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Nacional

Vallejo, la lucha por la dignidad; 30 aniversario luctuoso

El activismo del dirigente del sindicato ferrocarrilero en las décadas 50-60 es clave para entender el papel de los movimientos sociales en la construcción del México moderno

Andrea Meraz | 24-12-2015

CIUDAD DE MÉXICO.

La lucha de Demetrio Vallejo Martínez es clave para entender la historia sindical en México, personaje de quien hoy, 24 de diciembre, se conmemoran 30 años de su fallecimiento. El líder obrero encabezó el movimiento ferrocarrilero que primero inició por mejoras salariales y terminó luchando por democracia sindical.

Demetrio nació el 7 de noviembre de 1910, en El Espinal, poblado de Juchitán, en el Istmo de Tehuantepec, Oaxaca, donde inició su formación. La mayor parte de su niñez y juventud la vivió en Mogoñé, una estación de ferrocarril cercana a la frontera con Veracruz.

En la etapa de auge de la línea del Ferrocarril Nacional de Tehuantepec, Vallejo Martínez, hijo de padres de origen zapoteco dedicados al comercio de productos que cultivaban, comenzó con dificultades su vida escolar, misma que se truncó en el tercer año de primaria.

A los 14 años —junto con sus hermanos Isaura, Susana, Flavia y Atenodoro— quedó huérfano de padre, por lo que pronto inició su vida laboral como empleado del jefe de estación del ferrocarril de Mogoñé.

Esto le permitió con su salario comprar libros sobre literatura e historia de México, con las que comenzó su formación socialista. Despedido tras no obedecer imposiciones de su jefe, comenzó a entender las injusticias que vivían los trabajadores.

El hombre que sirvió de inspiración para una novela de Elena Poniatowska titulada El tren pasa primero, entró a las filas del Partido Comunista Mexicano sólo un año después de conseguir un empleo en la empresa ferrocarrilera y de haberse afiliado al Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana (STFRM) en 1933.

Editor también del periódico Lucha, a los 28 años Demetrio fue nombrado secretario general del Comité Regional del PCM; en Coatzacalcos continuó actividades en favor de los trabajadores, asesorando a quienes laboraban en las petroleras del lugar.

Ese apoyo al trabajador en huelgas y protestas en contra de empresarios abusivos le costó estar por primera vez en la cárcel durante tres días, de donde salió al pagar una fianza. En 1945, la ideología de Vallejo Martínez chocó con la de su partido, por lo que fue expulsado ese mismo año.

Tras las rejas

Durante 11 años, cuatro meses y un día, Demetrio Vallejo vivió la vida entre las rejas en el temido Palacio de Lecumberri en el sexenio del presidente Adolfo López Mateos. Fue encarcelado luego de que la policía rompió la huelga que paralizó al país en 1958-59.

En 1958, Vallejo le envió al Presidente un estudio sobre la situación en la que se encontraban los Ferrocarriles Nacionales y propuso una revisión a las tarifas por transporte de minerales.

De acuerdo con la biografía de la investigadora independiente Begoña Hernández y Lazo, las peticiones no excedían los 210 millones de pesos.

“En febrero de 1959, el sindicato emplazó a huelga a la empresa por revisión contractual y demandas de aumento salarial y prestaciones. Para lograr sus objetivos, Vallejo promovió la huelga y paros escalonados de los ferrocarrileros, hasta lograr la firma de un convenio en el que la empresa Ferrocarriles Nacionales de México y el STFRM dieron por terminados los problemas de la revisión del contrato colectivo de trabajo”.

El 28 de marzo de 1959, Vallejo Martínez fue aprehendido junto con su comité de huelga. El 13 de ese mes le fue dictada la formal prisión por los delitos de disolución social, contra la economía, ataques a las vías generales de comunicación, entonces equiparables al de resistencia de particulares y motín.

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