Morrissey pone sus reglas en el Vive Latino 2018

CIUDAD DE MÉXICO.

Durante 70 minutos el Foro Sol se convirtió en el reino de Morrissey. Su poder es tan grande que logra que miles de personas se aprieten en la pista del recinto, se rindan a sus pies y hasta los comercios de comida paren la venta de productos con carne durante cuatro horas –nada nuevo en sus visitas a México- a petición del vegano… sin importar que haya pérdidas para los comerciantes.

El originario de Lancashire, Inglaterra, sabía que su presencia en la décima novena edición del festival Vive Latino era una de las más esperadas. En 2013, por  salud, el británico canceló su presentación.

Desde las seis y media de la tarde la venta de alimentos hechos con carne se detuvo para que a las ocho de la noche, hora en la que Morrissey subió al Escenario Indio, el olor a carne no lo alcanzara. Ataviado con un pantalón y saco negro que resaltaba con la blancura de su camisa, el exlíder de The Smiths apareció en el escenario para saldar la deuda que tenía con sus fans.

Hola”, dijo en español con su voz ronca. “Estoy muy contento de estar aquí con ustedes”, agregó en inglés arrancando la ovación de sus fans. You’ll Be Gone, cóver de Elvis Presley, fue el tema para abrir la velada, acompañado por una imagen del Rey de Rock en las pantallas.

The Last of the Famous International Playboy, I Wish You Lonely y Suedehead, la cual arrancó el coro de los presentes que, sin mucho espacio, intentaban bailar al ritmo de rock pop; con How Soon Is Now evocó sus primeros años con The Smiths.

Ustedes son muy amables por quedarse, por mantenerse en España en dolor”, dijo el británico haciendo referencia al maltrato animal que representa la Fiesta Brava. Con The Bullfighter Dies, Morrissey dejó mudos a quienes veían  las pantallas donde un video con imágenes de corridas de toros en las que tanto animales como humanos son lastimados. “Ay, no mames, no puedo ver eso”, fue uno de los comentarios que se escucharon.

Morrissey se fue sobre el abuso policial que se vive en diferentes partes del mundo con Who Will Protect Us From the Police?, tema ilustrado con un video en el que se mostraba la violencia ejercida por la policía.

Las influencias de la época de los 70 no pudo faltar cuando el veterano interpretó un cover de Ramones: Judy Is a Punk, tema con el que cerró la velada, no sin antes interpretar Jacky’s Only Happy When She’s Up on the Stage, el mismo que presentó en Imagen Televisión el pasado jueves.

Los amo, los amo, los amo, los amo”, dijo el británico antes de abandonar el escenario, quitarse la camisa y lanzarla.

Antes Los Amigos Invisibles armaron la gran fiesta. Frente a cinco mil personas los amos del funk hicieron lo que mejor saben hacer: organizar una fiesta llena de picardía y calor.

Los 26ºC que se registraban   fueron uno de los mejores pretextos para tirarse sobre el pasto. El sol caía a plomo y la piel marcada con tinta era la constante entre los asistentes.

Poco antes, Amandititita se apoderó del público. Con sus letras y pancartas denunció los problemas del país.

Pero fue la presencia de Los Estrambóticos con la hija de Rockdrigo González la que preparó el ambiente para la llegada del invitado especial de la tocada. La luz misma fue como Amandititita presentó a Rubén Albarrán, de Café Tacvba, con quien hizo bailar al público con Te Odio Te quiero, a la que se sumaron La criada, Güera Televisa, La mataviejitas y La muy muy.

El público se movía por los distintos escenarios, donde la oferta musical estuviera latente.

Así los jóvenes comenzaron a moverse hacía los otros escenarios donde la oferta musical estaba latente. Los shorts, las playeras sin mangas, los lentes de sol, las máscaras de luchadores y los penachos se hicieron presentes.

Comprar una cerveza, una botella con agua o un refresco para calmar su sed era necesario. Los puntos de recarga era el objetivo, donde una pulsera con chip se convertiría en su medio de sobrevivencia. Al cargarle una cantidad de dinero la pulsera era el instrumento para comprar cualquier alimento o bebida.

Llegar, recargar y comprar chela. La prioridad al entrar a Foro Sol era tener crédito para poder hidratarse. Con cebada obviamente. Ya la onda de que algunas máquinas fallaran en el cobro era extra. Uno, dos, tres, cuatro intentos para cobrar en algunos puntos, pero se lograba obtener chelita.

Y se necesitaba para ver a Allison, el único grupo de pop punk en el festival. Bueno, alguien tenía que tocar para la chaviza. Hace 12 años que no tocaban en el evento. Lo lograron en ese entonces con un sólo disco y tocando Memorama una y otra vez. Esta vez fue diferente. Ya sus fans son chavos y algunos muchachos entrados en los 30, panzoncitos, tatuados y mesurados. Estaban en primera fila o en el centro armando un intento de circle pit, intento porque se vieron muy novatos y no lo lograron, aunque Fear, el guitarrista, se vio complacido en Matar o Morir.

Algunos chicos volaban. Muchos perdieron sus Vans, pero poco les importaba su extravío. Se fueron con Frágil. Tuvieron muy poco tiempo y en 35 minutos lograron lo impensable: armar el primer circle pit sabatino.  Los de Abajo lo hicieron primero, un slam más ñero, de ska, con gorditos que no les importó que los vieran con la llanta gelatinosa.

Se acabó el pop punk. Los de playera de Blink 182, Sum 41 y The Ramones se dispersaron. Unos a comer y otros a cotorrear en las activaciones de varias marcas. Por ejemplo, los de Tajín pusieron a escalar a los fans, pero les advirtieron que podían subir el muro sin que estuvieran ebrios.

Así que muchos desertaron. Mejor se fueron a ver a Enjambre; otros a Él Mató a un policía Motorizado, de Argentina. Los mexicanos se robaron la atención del momento.

Mucha niña eso sí, como que Enjambre atrajo a muchas chamacas enamoradas de Luis Humberto Navejas, la voz del grupo. “Es un show muy importante para nosotros, hace tres años que no venimos”, dijo.

Dulce Soledad salió. Manía Cardiaca y Sábado Perpetuo. El set de enjambre no fue tan maniaco, fue más como para perderse entre mota y cursilería. No interactuaron mucho los músicos, se dejaron llevar. Veneraron el amor, al festival, a los fans y se dedicaron a cantar nada más y cerrar con Vida en el Espejo.

Los que tuvieron su show a todo dar fueron los argentinos de Él Mató a un Policía Motorizado, aun cuando el baterista carga con una acusación de acoso sexual. La gente ni se acordó, además de que a las 18:00 horas ya había chicos y chicas con ojitos pispiretos de tanta chela, un lujo de 110 pesos.

El trecho de la curva llegó al Escenario Indio con un hit de clásicos en español, por llamarlo de la mejor manera, porque los millenials lo llamaban: rock de bares y cantinas.

Se trataba de Rock en tu Idioma Vol. 2, que quemó shows de La Cuca y La Lupita, entre otros. Puro éxito que uno puede cantar en una noche de farra, pero con estelares.

José Fors, de Cuca, salió con el Son del Dolor; y María Barracuda, con Ni tú ni nadie, de Alaska y Dinarama. La raza estaba extasiada. Raro. Son rolas que suenan en todos lados, pero que resulta morboso verlas en vivo con talento dirigido por Sabo Romo.

El Chuntaro llegó al final: El Gran Silencio con Duerme Soñando cerró el show. Increíble, aunque esperado, intento de cholos con paliacates en la cabeza le dieron la despedida al tributo de rock en español.

Listo para irse a Los Amigos Invisibles o chutarse la media hora del documental de Morrissey que hacía que uno se sintiera culpable que embutirse órdenes de tacos al pastor, burritos, tortas, banderillas o toda la variedad de carne animal que se vendía al fondo del Foro Sol, porque ni locos se atrevieron a vender carne alrededor del escenario donde el Divo de Manchester estaba a punto de salir a cantar.

Ya había borrachos, todos abandonados, pisoteados y mal mirados en todo el inmueble, muchachos que estaban ya hundidos en alcohol.

cva