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Expresiones

Los retos frente a Operalia 2016

Los cantantes mexicanos que participarán en el certamen coinciden que en el país se necesita más presupuesto para la ópera y la educación musical, así como un mayor número de montajes

Juan Carlos Talavera | 18-07-2016

CIUDAD DE MÉXICO.

México necesita más presupuesto para la ópera y la educación musical de los niños, un mayor número de montajes dentro y fuera de la Ciudad, aprovechar su infraestructura cultural y que sus temporadas tengan una mayor duración. Éstas son algunas de las críticas y observaciones que, en entrevista con Excélsior, hacen los siete intérpretes mexicanos que participarán desde mañana y hasta el 24 de julio, en el Concurso Operalia 2016, en el Teatro Degollado de Guadalajara.

La delegación de siete mexicanos está integrada por las sopranos Sofía Troyo (28 años), Anabel de la Mora (30 años) y Angélica Alejandre (28 años); los tenores Alan Pingarrón (28 años), Fabián Lara (27 años); y los barítonos Emmanuel Franco (32 años) y Juan Carlos Heredia (27 años), quienes forman parte de los 40 seleccionados, y buscarán hacer historia como Rolando Villazón, Arturo Chacón-Cruz, David Lomelí y María Katzarava.

Operalia es el concurso de canto más importante del orbe, fue creado a iniciativa del tenor Plácido Domingo, y tras 22 años de itinerar por Madrid, Burdeos, Tokio, Hamburgo, Quebec, entre otras ciudades, ha vuelto a México.

El primero en hablar es Alan Pingarrón, participante de concursos como el Ópera Prima y el Francisco Araiza, quien pide que se amplíen las temporadas de ópera en México. “Porque cuando hay una función muy pocos tenemos la oportunidad de disfrutarla, sin dejar de lado que apenas se montan cinco o seis títulos por año… Y eso podría mejorar”.

Y añade: “Pienso en que se deberían aprovechar mejor los espacios culturales porque tenemos teatros impresionantes como los de Nuevo Laredo, Tampico y León, donde podría llevarse más ópera y que éstos no se queden como espacios para música de concierto”.

Angélica Alejandre, quien ya se ha presentado en Bellas Artes y al lado de tenores como Arturo Chacón, comenta que se debería “destinar más presupuesto a la cultura y a la educación musical, pues nuestras escuelas de música están muy olvidadas; y aunque se sabe bien que la música aleja a los niños de los vicios, es increíble que no se vea a la cultura como una inversión. Además, “la Compañía de Ópera (de Bellas Artes) necesita más interés del gobierno porque son muchos los interesados en su promoción, pero faltan recursos”.

Anabel de la Mora, abunda en la necesidad de ampliar el repertorio en las salas de ópera: “En general siempre ponen los mismos títulos y aunque entiendo que es por falta de presupuesto, se invierte lo mismo en una nueva producción que en traer cantantes del extranjero. Sería bueno poner títulos más allá de Carmen o La bohème; creo que Lourdes Ambriz quiere hacer un poco de esto, pero en lo personal veo pocas óperas para mi tesitura (lírico ligero), por lo que sería ideal también explorar ese repertorio”.

Sofía Troyo, que impulsa su proyecto La Belle Époque, se refiere a la pereza del público: “Se requiere que el público deje de esperar a que lleguen, toquen su puerta y le pregunten si quiere asistir a un montaje de ópera… Y aunque quizá no haya presupuesto, mientras la partitura y la voz estén… se puede hacer música de cualquier manera; ése es un reto personal para los artistas”.

En su caso, Fabián Lara, quien trabaja en el Estudio de Ópera de Plácido Domingo en Valencia, insiste en la faltan oportunidades para las jóvenes generaciones, en particular quienes han demostrado talento y habilidad: “Habemos poco más de 15 cantantes que damos el cien por cien, alrededor del mundo, pero faltan más espacios y oportunidades para participar en montajes. El problema principal es que no se hace tanta ópera en México… y cuando se hace casi no invitan a jóvenes”.

Emmanuel Franco, quien trabaja en el Estudio de Ópera de la Opera Nacional du Rhin, en Estrasburgo, piensa distinto: “Afortunada o desafortunadamente no es fácil encontrar los medios para abrirse las puertas y avanzar en el camino de la ópera, la preparación, la educación, pero por experiencia personal diría que nunca hay que desistir. Y aunque no son tantas las puertas abiertas, si uno sabe buscar y moverse siempre habrá puertas abiertas”.

Y Juan Carlos Heredia, que participa en el Estudio de Ópera de Bellas Artes, se centra en el trabajo del intérprete: “Yo creo que como cantantes nos hace falta mucho el trabajo profesional y la disciplina, no sólo en cuanto a una técnica vocal, sino a la actuación, la corporalidad y la mentalidad del cantante y buscar algo más elevado que nos lleve a niveles internacionales”.

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