El color que viste al Super Bowl LII
Aficionados de las Águilas y los Patriotas le ponen ambiente y calidez a la fría Minneapolis en las gradas del US Bank Stadium
MINNEAPOLIS.
La afición de Filadelfia, esa que tenía pocas experiencias en un Super Bowl, la que luego de dos intentos no sabía lo que era que su equipo no ganara el partido grande de la NFL y la que se burlaba de sí misma por ser los “underdogs” (desfavorecidos) durante todos los playoffs, aprovecharon la tercera aparición del equipo en un partido por el título de la NFL y fueron clara mayoría en el U.S. Bank Stadium.
La afición de enfrente, la de los Patriotas de Nueva Inglaterra, esa que está acostumbrada a asistir al Super Bowl año tras año, simplemente disfrutó del nuevo viaje y esperó a que su equipo hiciera lo suyo en el emparrillado.
Los fans de Filadelfia comenzaron a “sitiar” la ciudad de Minneapolis desde el inicio del fin de semana.
Los jerseys de Foles, Wentz, Jeffery, Blount y compañía, además de los retros con nombres históricos como Jawroski, McNabb y Cunningham se paseaban a todas horas por las calles y por los centros comerciales de Minneapolis, sin importar las temperaturas de hasta -22 grados centígrados.
La seguridad alrededor del partido fue impresionante y eficaz, ya que a pesar de los por lo menos cuatro filtros de seguridad las revisiones eran rápidas y eficientes, lo que impidió aglomeraciones en las diferentes entradas del U.S. Bank Stadium.
Ya adentro la mayoría de fans de Filadelfia se confirmó. Entonando a cada momento el himno de Fly Eagles Fly (vuelen águilas vuelen), hacían notar su mayoría.
Pero cuando sonaba la motivante música de la película de Rocky, y era acompañada por imágenes de la película interpretada por Sylvester Stallone, los decibeles aumentaban aún más.
Y mientras tanto, la afición de los Patriotas sólo esperaba a que su equipo hiciera lo suyo, lo que han hecho casi año con año desde 2001.
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