Benedicto XV: 100 años de la muerte del Papa de la paz olvidado

Giacomo Della Chiesa, arzobispo de Bolonia, fue elegido como Papa, sucesor de Pío X, el 3 de septiembre de 1914. El nuevo Sumo Pontífice italiano adoptó el nombre de Benedicto XV, en honor al también obispo de Bolonia, Lorenzo Lambertini, quien se desempeñó como Papa bajo el nombre de Benedicto XIV a mediados del siglo XVIII.

El ilustre religioso nació en Génova, Italia, el 21 de noviembre de 1854. Hijo de Marchesa Giovanna y el marqués Giuseppe, Della Chiesa, estudió Derecho, y pronto entró al Colegio Capranicense de Roma, donde se ordenó sacerdote. Con lo que, comenzó su carrera religiosa, ocupando diversos cargos eclesiásticos a lo largo de varios años.

EL PAPADO DE BENEDICTO XV

El 20 de agosto de 1914, el Papa Pío X murió inesperadamente, a causa de un infarto. El Cónclave se reunió unos días después para designar al nuevo sucesor de Pedro. A solo tres meses de haber sido nombrado Cardenal, Giacomo Della Chiesa, fue elegido como Papa. Consciente de la situación de crisis que atravesaba el planeta, el nuevo Papa pidió que su consagración pontificia se realizara en la Capilla Sixtina en lugar de la Basílica del Vaticano.

A sus 60 años de edad, el nuevo Papa encontró una Europa exacerbada por la guerra, por lo que, pidió por la paz y profundizó en las causas del conflicto bélico que se vivía en Europa en ese momento. En una primera circular dirigida a los católicos de todo el mundo, el mismo Benedicto XV definió la problemática como el episodio "más oscuro, quizás, y el más lúgubre de la historia de los tiempos", y señaló a “la falta de amor entre los hombres” como una de sus principales causas.

Pasó a la historia como un buscador de paz dentro y fuera del entorno del catolicismo. Sus amplias habilidades diplomáticas le permitieron establecer los más enérgicos reclamos de paz y de justicia desde la neutralidad para con ello mejorar la relación de la máxima institución católica con el mundo.

El día de su elección habló de la tremenda carga de responsabilidad que se imponía a un ‘cerebro delicado’, expresando el horror que le causaba la guerra mundial que en esos momentos se desarrollaba y dijo que abrigaba la esperanza de que pronto concluiría”. Excélsior, 22 de enero de 1922.

Durante su pontificado se promulgó el Código de Derecho Canónico, con lo que al fin se regulaba jurídicamente la iglesia católica. Por otro lado, se fundó el Pontificio Instituto para Estudios Orientales en Roma, junto con una biblioteca que contenía obras esenciales de estudio en diversos del conocimiento religioso.

La llamada ‘Tregua de Navidad’ fue otra de las propuestas hechas realidad. A principios de diciembre de 1914, Benedicto XV hizo un llamado de tregua a las tropas combatientes en los conflictos bélicos, de modo que, el 24 y 25 de diciembre, soldados ingleses y alemanes pusieron un alto momentáneo al fuego en un hecho que pasó a la historia debido a que incluso el fútbol se hizo presente al enfrentar, sin armas de por medio, a tropas enemigas a través del deporte.

El fin de la Primera Guerra llegó y con ello una serie de reiterados llamados de paz por parte de Benedicto, quien no dejó de lado su postura pacifista. Continuó trabajando en favor de los afectados por la guerra. Durante los dos años posteriores, el italiano estableció un discurso que buscaba erradicar por completo los enfrentamientos bélicos en el mundo. El papado de Benedicto XV marcó un antes y un después en la historia del pontificio.

EL DESENLACE

Después de haber presentado síntomas de gripe, estos se agravaron desarrollándose una agresiva bronconeumonía que le dejó en cama por unos días. Las noticias sobre el estado de salud del Sumo Pontífice eran confusas, la información proveniente de diversas agencias noticiosas apuntaba al fallecimiento del Papa italiano.

Finalmente, el 22 de enero de 1922, Excélsior confirmó la noticia en su primera plana bajo el encabezado de “El Papa Benedicto XV, falleció a las seis de la mañana de hoy”, además, enfatizó que “Durante la mañana, el Pontífice agonizaba lentamente, aunque en algunas ocasiones reaccionaba, haciendo que se abrigaran esperanzas sobre su restablecimiento, pero en breve su condición se hizo crítica”.

La Plaza de San Pedro pronto se vio llena de fieles expectantes de la salud del Papa. “Algunos curiosos trepaban hasta algunos puntos elevados tratando de descubrir por medio de las luces que se observaban en la recámara, algún indicio de lo que ocurría en su interior”, mencionó Excélsior en sus páginas.

De inmediato innumerables jefes de Estado alrededor del mundo expresaron sus condolencias y las campanas de las iglesias comenzaron a resonar en señal de luto por la partida de Benedicto XV. Los restos del Papa permanecieron expuestos en la Capilla Sixtina durante cuatro días, donde miles de creyentes se dieron cita para despedirse del máximo líder del catolicismo. Después fue sepultado en la cripta de la Basílica de San Pedro en el Vaticano, donde reposa actualmente.

El cadáver encerrado dentro de tres féretros y vestido con el traje pontificio, descansa ya en la cripta situada bajo la Basílica de San Pedro, a la derecha de la entrada”, informó Excélsior, en su edición del 27 de enero de 1922.

El 02 de febrero de reunió el Cónclave para nombrar al nuevo jefe del Vaticano. El romano Achille Damiano Ambrogio Ratti resultó electo bajo el nombre de Pío XI, quien continúo con la política de paz emprendida por su antecesor Benedicto XV.