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Tradición prehispánica; viscosos, pero muy sabrosos

Hormigas, abejas, avispas, escarabajos, chapulines y gusanos: manjares mexicanos que, pese a su aspecto “repulsivo”, son fuente de sabor y nutrición

Olimpia Ávila | 08-10-2016
EXQUISITES. Los escorpiones, originarios de Durango, pueden adquirirse en el mercado de San Juan.

CIUDAD DE MÉXICO.

¿Qué piensa comer hoy? ¿Se imagina tener en su plato un taco de escorpiones, aderezado con una salsa de hormigas chicatanas y acompañado de una michelada escarchada con sal de chapulines bebé?

Quizá este menú le parezca extravagante, pero existe, y para muchos es una delicia cotidiana. Estos animales “raros” pueden conseguirse, para su consumo, dentro del mercado de comidas exóticas de San Juan Ernesto Pugibet, en el centro de la Ciudad de México.

La ingesta de insectos (entomofagia) es una práctica que se remonta a la época prehispánica. Además de los tradicionales chapulines oaxaqueños y la sal de gusano para acompañar el mezcal, en el país se comen escamoles (larvas de la hormiga), hormigas chicatanas, abejas, avispas, termitas, chinches,escarabajos, mariposas, jumiles y hasta piojos, pulgas y pulgones.

En muchos estados del país también se consumen escorpiones y tarántulas, sin embargo, estos dos últimos no son insectos, sino artrópodos terrestres.

Aunque su aspecto pueda ser repulsivo, los insectos son, además de deliciosos, muy nutritivos. Son una fuente natural y barata de proteínas, con un valor nutrimental muy alto, pues contienen sales minerales, calcio, vitaminas del grupo B y magnesio.

De acuerdo con especialistas, mientras que 100 gramos de carne de res contienen de 54 a 57% de proteínas, 100 gramos de chapulines contienen de 62 a 75%, lo que convierte a estos insectos en una excelente opción alimentaria.

En el país, actualmente se han contabilizado 504 especies de insectos comestibles, aunque sólo se han explorado parte de los estados del centro, sur y sureste del país.

Atracción para los turistas

Según Adrián Álvarez, vendedor del mercado de San Juan Ernesto Pugibet, los insectos comestibles captan, sobre todo, la atención de visitantes extranjeros.

“A los turistas les llaman mucho la atención los escorpiones, ya que en muchos países esto no se vende en ningún lado y, como aquí lo ven, se animan a probar”, dijo a Excélsior.

El joven de 18 años ha pasado toda su vida entre insectos comestibles, alimentos gourmet y cortes de carne exóticos —león, tigre y cocodrilo, por ejemplo—, que también se venden en el mercado.

A Adrián le gusta el incomparable sabor de los escorpiones de Durango, los cuales vende en 100 pesos la pieza.

Afirma que los insectos que se ofertan en el  local de su familia se venden bien, aunque, a la vez, lamenta que la tradición de ingerirlos se vaya perdiendo.

Defiende las propiedades nutricionales de los chapulines, hormigas chicatanas y escorpiones, así como de un escarabajo conocido como chahui, el cual se alimenta del árbol de mezquite; todos ellos  a la venta en el mercado de San Juan Ernesto Pugibet.

“Es una bonita experiencia probar todo tipo de cosas; comer insectos ayudaría mucho a las personas en su propia salud”, asegura.

Erik Hernández, otro vendedor del mercado, también explica que, entre los mexicanos, la tradición de comer insectos va a la baja. 

“Vienen más turistas. Siento que a los mexicanos les da miedo probar otras cosas que no sean pollo, res o puerco, y a la gente que viene de otro país ve esto y como que sí les llama la atención probar cosas diferentes”, indica.

Erik, de 19 años, atiende en  un local donde, además de insectos, escorpiones y tarántulas, se pueden degustar carnes exóticas como venado, cocodrilo, armadillo, búfalo, jabalí, avestruz, víbora, león y tigre.

En el mercado de San Juan Ernesto Pugibet, un kilo de chapulín bebé oscila entre los 450 y 500 pesos. Pueden consumirse como botana, en sal para escarchar bebidas, o cocinarse al mojo de ajo, entre muchas otras formas.

La hormiga chicatana, que aparece en los meses de mayo y junio, con las primeras lluvias, puede consumirse en salsa, o, como también la venden en el mercado: cubierta de chocolate. Su costo es de 150 pesos los 100 gramos.

Los escarabajos chahuis, que son tostados cuidadosamente para que no sepan amargo, pueden adquirirse en diez pesos cada uno.

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