Incredulidad y convoyes de ambulancias en Rusia, cerca de la frontera ucraniana

Las cadenas redifunden el mensaje de Vladimir Putin anunciando de madrugada la operación militar contra Ucrania, a la que acusa por un supuesto "genocidio" 

Por: AFP

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Taganrog.- "¿Puede ser una información falsa?", se pregunta con un hilillo de voz la recepcionista de noche del Ida, un pequeño hotel del centro histórico de la ciudad costera rusa de Taganrog (suroeste), a pocos kilómetros de la frontera ucraniana.

Cuando una periodista de la AFP le confirma el ataque a Ucrania por las tropas rusas, esta mujer de unos sesenta años, con el pelo corto teñido de negro, enciende la televisión y fija su mirada en la pantalla. 

Las cadenas redifunden el mensaje de Vladimir Putin anunciando de madrugada la operación militar contra Ucrania, a la que acusa por un supuesto "genocidio" de la población rusa en los territorios separatistas del este ucraniano.  

Pegada al mar de Azov, la carretera que lleva hasta Mariúpol, el puerto ucraniano del otro lado de la frontera, aparece desierta, cubierta de una niebla espesa y azotada por la lluvia.  

En el puesto fronterizo reina una rara calma: no se ve a ningún militar, ni se oyen detonaciones. Mientras, los agentes de policía siguen con sus quehaceres, entre las tiendas de campaña vacías del servicio ruso de situaciones de emergencia.

Los escasos coches que se aventuran en Ucrania a pesar de la ofensiva atraviesan sin problemas las barreras de este paso. 

A 50 kilómetros al norte de Taganrog, ya no queda ni rastro de los soldados ni del convoy militar que la víspera esperaban en el pueblo de Pokrovskoe.

A la salida del pueblo, las orugas de los carros de combate han dejado huellas recientes en el barro: dirección norte, hacia la región ucraniana de Donetsk.   

Anastasia Yashonkova ha salido a comprar unos juguetes y limonada para su hijo de cuatro años, al que lleva de la mano.

Intentamos no verlas (las noticias), no pensar en ello. Queremos paz, solo queremos vivir tranquilamente", afirma Yashonkova, vendedora de 30 años. "Realmente es horrible, para las personas que viven allí (en Ucrania) y para los soldados, para todo el mundo". 

Cerca del límite con Ucrania, los convoyes de ambulancias, cada vez más frecuentes, circulan a toda velocidad hacia Taganrog, con las sirenas apagadas.

En Avilo-Uspenka, un barrio cerca de la frontera, se está instalando tiendas de campaña del Ministerio de Situaciones de Emergencia.  

Los voluntarios del Frente Popular, un movimiento de apoyo a Putin, se encuentran en el campo. 

Kirill, un estudiante de unos veinte años, explica que están acogiendo a las personas que huyen del territorio separatista de Donetsk, que Putin reconoció como independientes el lunes. 

Esta mañana llegaron entre 300 y 400 personas a pie. Les damos ayuda médica, hemos preparado sillas de ruedas para las personas mayores". 

La situación "es estable", afirma.

'La guerra ha empezado'

En Pokrovskoe, Yulia (que prefiere no dar su apellido), una estudiante de turismo de 22 años, sigue sin creer lo que está pasando. 

Me desperté y mi padre me dijo: 'La guerra ha empezado'. No me siento bien. Me gustaría que hubiera paz en todo el mundo. Tengo mucho miedo por nuestros soldados, esperemos que no haya muertos", cuenta.

Me preocupan los civiles, no solo en Rusia, también en Ucrania", añade esta joven, con el rostro medio escondido por el tapabocas.

En las calles del pueblo, perros errantes chapotean en los charcos de barro.

Anton Shapovalov, un agente de seguros de 40 años, no se deja impresionar: "Todo va bien. Es cuestión de unos días, se acabará rápido. El presidente lo ha hecho todo bien. Tomó la buena decisión para la seguridad de nuestro país y nuestro pueblo en el Donbás". 

Tengo familiares en Ucrania, a pocos kilómetros del territorio separatista de Donetsk", explica. Sin embargo, desde hace una semana no puede hablar con ellos, "no tienen conexión". 

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