Música para sofocar el calor

Los cerca de 40 grados centígrados que se sintieron en el Parque Fundidora de Monterrey no impidieron la fiesta comandada por los Rebel Cats y Juan Cirerol

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MONTERREY.

Nadie quie­re imaginar cómo terminaron los Rebel Cats su set. Panta­loncito negro, zapatitos, ca­misa y saco con 38 grados centígrados cayendo pesa­damente sobre ellos.

Seguramente acabaron empapados hasta los cal­cetines cuando bajaron del escenario Bud Light del fes­tival Budweiser Macha­ca, al que asistieron ayer 40 mil espectadores entre re­gios, chilangos y hasta com­pas centroamericanos con sus banderas de Costa Rica y Nicaragua.

El que no toma chela segu­ro se deshidrata en un lugar como el Parque Fundidora. Y si tomaban agua, de nada les servía porque la sudaban de inmediato mientras estaban parados babeando por la bo­nita de Madame Récamier.

Ella también acabó más acalorada que nadie, pero la verdad es que valió la pena sentir la quemazón por verla en vivo, y cantar con ella can­ciones como Volverás.

Había muchos chamaco­nes que en serio estaban lo­cos, iban de puristas del rock vestidos con playeras negras, pantalón de mezclilla y unos hasta con botas Dr. Martens, un castigo que soportaron con tal de llevar el porte para la ocasión.

Juan Cirerol fue de lo pri­mero chido en el escenario Takis. El chamacón de Ciu­dad Juárez, que antes le cantaba a la metanfetamina que se agasajaba en el ambien­te bohemio del alcohol y los narcóticos, le puso el ritmo de banda al festival.

La Florecilla empe­zó cuando cerca de ahí, en las instalaciones de la Casa Comedy, se presentaba un show del standupero Álex Fernández.

Rápido le pusieron el to­que de la tarde, el rocanrole­ro, el rockabilly, el country y hasta blusero de donde viene la banda chilanga.

No cabe duda que ver a don Vincent Van Rock en la guitarra y el violín hacen que uno desee llegar a su edad para rockear a esa magnitud y poner a todos a bailar con Gato Rebelde, Prisionero, La chica rockabilly y mandar a los padres a la fregada con No le hagas caso a tus padres.

Un compa disfrazado de Dr. Wagner -el luchador- fue más inteligente y para no ros­tizarse dentro de la máscara, se tapó junto con sus ami­gos con la ayuda de una co­bija, mientras otros chicos bailaban como si estuvieran en Tennessee levantando la bandera de los Rebel Cats.

Fue el acto sin duda que hizo la tarde calurosa, dejó el escenario para la llegada de Siddharta, JUMBO, Illya Kuryaki & The Valderramas y el cierre de la banda que vale lo que pesa, Pesado.

hch