Castillo de Chapultepec, testigo inconmensurable de la historia

El cerro de Chapultepec fue descubierto por los primeros grupos prehispánicos en el año 1122 de nuestra era. Posteriormente, los mexicas se establecieron en el lugar al que denominaron el Cerro del Chapulín (Chapultepec en lengua náhuatl).

Aproximadamente en 1465, bajo el mando del tlatoani mexica, Axayácatl, las necesidades de agua en los asentamientos aledaños obligaron a la construcción de un acueducto que conducía la sustancia líquida directamente de Chapultepec a gran parte del valle. La magna construcción fue encargada a Nezahualcóyotl.

 

 

Durante muchos años, el Bosque de Chapultepec se convirtió en un importante sitio de esparcimiento para la nobleza mexica, donde Nezahualcóyotl tenía una residencia de descanso, incluso contaba con albercas privadas. Actualmente, el Bosque de Chapultepec es uno de los parques urbanos más grandes del mundo.

EL CASTILLO

Los terrenos que albergan la zona de Chapultepec, fueron utilizados por Moctezuma Ilhuicamina como campo de dispersión. El lugar habitado en abundancia por saltamontes tenía también un profundo significado religioso para la cultura mexica.

El mismo Ilhuicamina mandó esculpir su propia efigie, la cual se encontraba en el gran parque junto con las de otros dioses primigenios. Por su parte, otros gobernantes como Axayácatl y Ahuízotl hicieron lo mismo. Las esculturas de piedra adornaban el verde paisaje natural.

Tras la llegada de los conquistadores castellanos, Chapultepec sirvió como fortaleza natural debido a su espesa vegetación. El virrey Antonio de Mendoza dedicó recursos a rehabilitar un parque como conjunto natural para abastecer de agua a la capital del virreinato por medio del mejoramiento del sistema de acueductos con que ya contaba.

 

 

Las crónicas del suplemento semanal editado por Excélsior, Jueves de Excélsior, refieren en un artículo publicado el 03 de agosto de 1967 que “Chapultepec fue declarado lugar público, el 25 de junio de 1530, por cédula real expedida por don Luis de Velasco, segundo Virrey de Nueva España”.

En las faldas del cerro se mandó a construir uno de los primeros palacios por instrucciones del virrey Luis de Velasco, el edificio se ocupaba para recepciones fastuosas y reuniones entre los virreyes de la Nueva España.

Casi dos siglos después, el edificio quedó derruido por la explosión de una fábrica de pólvora que se encontraba en los alrededores. En agosto de 1785 comenzó la construcción del emblemático castillo de Chapultepec durante el mandato de los virreyes Matías de Gálvez y Bernardo de Gálvez.

En lo alto del montículo entre el bosque se encontraba una capilla, en ese lugar decidieron reubicar la edificación. Solo una parte se terminó y “el virrey don Francisco Fernández de la Cueva, Marqués de Alburquerque, reedificó el castillo, pero no lo vio terminado debido a que la Corte –en 1785- no aprobó el presupuesto porque el proyecto tenía aspecto de fortaleza”, menciona Jueves de Excélsior.

La propiedad fue subastada pero nadie la adquirió. El conde de Revillagigedo, Juan Vicente de Güemes Pacheco de Padilla, propuso que el recinto resguardara el archivo general de la Nueva España, el proyecto nunca se consolidó.

 

 

“En 1818, en plena lucha independentista, otra vez se puso a la venta y salieron varios postores. En esa fecha ya tenía un costo de $300, 000 (TRESCIENTOS MIL PESOS), sin embargo no se realizó la operación”, se puede leer en Jueves de Excélsior.

LOS NIÑOS HÉROES

El lugar permaneció abandonado durante varios años. En 1833 se decretó que el castillo de Chapultepec funcionara como sede del Colegio Militar; hasta 1844 fue ocupado para dicho fin, en esa época ya comenzaba a ser conocido como castillo

Uno de los momentos más dramáticos en la historia de México fue la intervención de Estados Unidos en territorio mexicano. Las fuerzas estadounidenses bombardearon el castillo durante el 12 y 13 de septiembre de 1847. Ya como sede del Colegio Militar, el recinto cayó ante el ejército eestadunidense.

 

 

En el ataque murieron cientos de cadetes mexicanos. El suceso quedó marcado como una de las gestas heroicas más sobresalientes en la historia militar del país debido a la férrea defensa de las tropas nacionales ante el ataque sufrido durante la batalla de Chapultepec.

 

 

“Los nacionales contaban con 4 baterías de 8 piezas y 800 hombres al mando del insurgente don Nicolás Bravo, contra 8, 000 norteamericanos bien pertrechados. Fue defendido a sangre y fuego el suelo patrio. Ofrendaron sus vidas los heroicos cadetes del Colegio Militar. Casi niños murieron rodeados de su enseña patria” se relata en Jueves de Excélsior.

CASTILLO IMPERIAL

En 1864 el archiduque de Austria, Maximiliano de Habsburgo y su esposa, la emperatriz, María Carlota de Bélgica, arribaron a México para establecer el Segundo Imperio Mexicano. De inmediato eligieron al castillo de Chapultepec como su lugar de residencia, en ese entonces también conocido como Castillo de Miravalle.

 

 

La pareja imperial emprendió una serie de remodelaciones en la construcción para poder ser habitado. Los trabajos corrieron a cargo del arquitecto Ramón Rodríguez Aragonti. Finalmente la edificación completó una de sus últimas y más completas etapas de construcción con adecuación de habitaciones y nuevos jardines.

El Paseo de la Reforma, inicialmente llamado Paseo de la Emperatriz es una de las calzadas más importantes del país fue trazada durante el imperio de Maximiliano. La avenida comenzaba en el castillo hasta la estatua ecuestre de Carlos IV, ahora esquina de Bucareli y Reforma.

Carlota escribió en una misiva “estamos encantados con Chapultepec, donde habitamos, el panorama es uno de los más bellos del mundo: yo creo que sobrepasa a Nápoles. El clima es encantador y me recuerda al de Italia en estado de perpetuidad, es decir que los días incomparables de Italia, aquí son situación normal”, detalló la referida publicación de Jueves de Excélsior.

 

 

En 1867 cayó Maximiliano y el castillo volvió a permanecer abandonado por varios años. Chapultepec y su la grandeza de su castillo seguirían íntimamente ligados a la historia de México.

SEDE PRESIDENCIAL Y MUSEO

En 1882 se convirtió por primera vez como residencia oficial bajo el gobierno del presidente Manuel González hasta el presidente Abelardo L. Rodríguez, a partir del régimen de Lázaro Cárdenas la casa presidencial pasó a ser Los Pinos. El castillo pasó a ser Patrimonio Nacional.

Durante la etapa del presidente Porfirio Díaz el castillo fue remodelado y convertido en una de las sedes más importantes del poder. “Fue don Porfirio Díaz otro benefactor quien forjó esos sitios incomparables, parajes de belleza sin igual. Fueron contratados maestros en jardinería de Francia y de Bélgica. Repobló el bosque… se amplió el lago… se creó el cuerpo de guardabosques portando uniforme militar”.

Francisco I. Madero, ya como como presidente, encabezó la llamada Marcha de la Lealtad que partió del castillo de Chapultepec hacia Palacio Nacional acompañado por los cadetes del Heroico Colegio Militar, el hecho concluyó con la matanza de Madero y el vicepresidente José María Pino Suárez durante el golpe de estado conocido como la Decena Trágica.

El 27 de septiembre de 1944, el castillo de Chapultepec se convirtió en el Museo Nacional de Historia, que exhibe la historia de México a partir de una colección de miles de piezas y objetos representativos. La participación en una defensa nacional, así como el haber sido habitado por una pareja imperial le otorga el término de castillo a uno de los recintos históricos y culturales más importantes que resguarda buena parte del patrimonio histórico del país.

Fue la sede de la firma de tratado de paz ‘Los acuerdos de paz Chapultepec’ en abril de 1992, con el propósito de terminar con la guerra civil en El Salvador. El acuerdo firmado formó parte de las negociaciones de paz en búsqueda de la estabilidad política en el país centroamericano.