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Nacional

Surgimiento consejo nacional de huelga

Después de la marcha de estudiantes politécnicos publicada hoy hace 50 años, la máxima representación que tuvo el Movimiento Estudiantil se configuró

Andrés Becerril | 06-08-2018
Surgimiento consejo nacional de huelga
La marcha multitudinaria partió de Zacatenco al Casco de Santo Tomás, ruta que fue protegida por ciudadanos quienes al paso de los estudiantes gritaban consignas de apoyo. En la imagen, la vanguardia de los manifestantes.

CIUDAD DE MÉXICO.

Tal y como lo habían programado los alumnos del Poli, salieron a la calle de la Ciudad de México. Fue una manifestación de al menos 50 mil estudiantes. Marcharon durante más de cuatro horas en contra de la violencia policiaca, repudió a la intervención del Ejército y en defensa de la libertad de expresión y de reunión.

La marcha, de Zacatenco hasta el Casco de Santo Tomás, y la concentración en la Plaza del Carrillón se realizó en absoluto orden, escribió Antonio Ortega en la nota publicada en Excélsior el 6 de agosto de 1968.

Al término de esa marcha, que no estuvo exenta de jaloneos de al menos dos grupos de estudiantes que querían llevar la vanguardia del Movimiento, nació el Consejo Nacional de Huelga (CNH), que a partir de entonces se fue abriendo paso hasta convertirse en el máximo órgano de representación del Movimiento Estudiantil.

En esa marcha también empezaron a despuntar las figuras de Raúl Álvarez Garín y de Gilberto Guevara Nieblas.

Raúl Álvarez era estudiante de la Escuela Superior de Ciencias Físico Matemáticas, que estuvo preso, fue enviado a Chile por unos días, antes de ser liberado y a la postre obtuvo la mención de “líder histórico”. Murió en septiembre de 2014.

Guevara Nieblas, estudiante de la UNAM, también estuvo en la cárcel y se convirtió en líder histórico.

Álvarez Garín dijo en ese mitin que si el gobierno no había dialogado con los estudiantes “ahora tiene la oportunidad de hacerlo después de que sean satisfechas nuestras demandas”.

Gilberto Guevara, por su parte se refirió a que lo más significativo de aquel mitin “es la unidad estudiantil y que el Movimiento Estudiantil ha dado un paso adelante”.

En la edición del 6 de agosto de hace 50 años de la Segunda Edición de Últimas Noticias de Excélsior, conocida como La Extra, aparece en primera plana la nota titulada: “Se dividen los líderes del IPN; predomina la facción huelguista”.

La nota dice: ha surgido la división entre líderes del Instituto Politécnico Nacional que luchan entre sí por controlar el movimiento de protesta y la presión contra las autoridades de la ciudad, a las que exigen la resolución de un pliego de peticiones entregado durante los disturbios de la semana pasada.

La información establece que la división estaba entre los líderes del llamado Comité de Lucha y el Comité de Huelga de Estudiantes Técnicos, que era una escisión de la Federación Nacional de Estudiantes Técnicos (FNET), ligada al PRI.

La FNET había convocado a otra marcha, ese mismo día y dos horas antes del comienzo de la reseñada. Querían confundir a los interesados de participar en la manifestación. Sin embargo, fue tan reducida la convocatoria que tuvieron los de la FNET, que entonces decidieron sumarse a la marcha, aunque con los desaguisados registrado en La Extra.

La información revela que la ruptura se había hecho ostensible durante la celebración de la manifestación del día anterior (5 de agosto). Los líderes del Comité de Lucha hicieron a un lado a los dirigentes de la FNET en la organización y vigilancia de la marcha.

En ese contexto de división fue que nació el Consejo Nacional de Huelga (CNH). El 4 de septiembre de 1998, en el marco de la jornada llamada Diálogos del 68, particularmente sobre el tema del Consejo Nacional de Huelga, Miguel Yoldi Marín, en 1968 integrante del Comité de Lucha de la Escuela Nacional de Ciencias Químicas de la UNAM y uno de los integrantes del CNH, confirmó: “El Consejo, consulto mis apuntes porque me falla la memoria, se creó el día de la manifestación de Zacatenco al Casco de Santo Tomás , el 5 de agosto...” El objetivo planteó entonces Yoldi fue “darle una orientación a la huelga”.

Los hechos de la marcha publicada hace 50 años había sido preparada con varios días de anticipación. Diferentes comités de lucha de las escuelas del Poli la prepararon y participaron alumnos y catedráticos de la UNAM, de Chapingo y de la Normal de Maestros.

Ese mismo día 6 de agosto de 1968, Gilberto Rincón Gallardo y otras cuatro personas señaladas como líderes comunistas, quedaron formalmente presos acusados de ser “cabecillas” de una conspiración para subvenir el orden, según el juez Eduardo Ferrer Mac Gregor.

En el mitin de los estudiantes del Poli, los oradores dieron un plazo de 72 horas a las autoridades para que fueran destituidos el jefe de la policía preventiva, el general Luis Cueto Ramírez, el subjefe, el general Raúl Mendiolea Cerecero y el comandante de granaderos, Alfonso Frías, además de “otros jefes responsables del brutal y sangriento ataque a los estudiantes y a la violación de los derechos democráticos”.

En las distintas intervenciones, fueron cinco en total, se tocó el tema de los dirigentes de la Federación Nacional de Estudiantes Técnicos (FNET), que los politécnicos veían estaba relacionada con el PRI. En el mitin de la Plaza del Carrillón se refirieron a ellos como “aprendices” de Fidel Velázquez (Velázquez fue líder de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) entre 1950 y 1997, y su posición se mantuvo siempre a favor del PRI).

La crónica de Ortega de hace 50 años informó que los mismos estudiantes se ocuparon de mantener el orden del enorme contingente que recorrió 10 kilómetros, a lo largo de los cuales el público aplaudió en distintos punto al paso de la marcha.

Por si las moscas, algunos comerciantes bajaron las cortinas de sus establecimientos, pero se incorporaron a la valla humana para ver el paso de los jóvenes.

“Se repitieron las muestras de aprobación entre los espectadores cuando en volantes y pancartas los estudiantes expusieron la siguiente idea: “Hubo violencia cuando la policía la inició… Una manifestación sin policía es una manifestación pacífica”.

También fue aplaudida otra pancarta, como la que señalaba: “Hoy se llama comunistas y agitadores a quienes tienen el valor de defender derechos constitucionales… los verdaderos agitadores son el hambre y la miseria y la ignorancia”.

El féretro negro en las marchas y manifestaciones de los estudiantes se empezó a popularizar. En la publicada el 5 de agosto de 1968 no fue la excepción. Seis alumnos cargaron el símbolo de muerte, con la leyenda: “Está vacío… el Ejército incineró a las víctimas”. Dentro de esa tónica —se lee en el texto de Ortega—, en el trayecto se guardaron minutos de silencio por los “compañeros caídos”. No obstante que hasta ese 5 de agosto de 1968 y a pesar de varios enfrentamientos callejeros, no se registraba oficialmente ningún muerto como parte del Movimiento Estudiantil.

En la guerra de desplegados que se publicaban en Excélsior, relacionados con el Movimiento Estudiantil que cada día crecía más e iba obteniendo el apoyo popular, el Partido Popular Socialista (PPS) —partido fundado en 1948 por Vicente Lombardo Toledano, como Partido Popular que no tenía registro y que en 1961 incluyó la palabra Socialista en su membrete; y que en 1997 perdió el registro, que obtuvo 20 años atrás—, pagó una inserción que inicia así:

“Está en marcha desde hace algunos años una gran conspiración contra México. Esa conspiración no es la del comunismo doméstico ni del comunismo internacional. Es de las fuerzas regresivas internas y del exterior. (…) El Partido Popular Socialista ha dejado deliberadamente que baje la marea de los últimos acontecimientos, para exponer su opinión con franqueza, con objetividad, con serenidad, sin ocultar ninguno de sus juicios, a fin de contribuir a que se indague a fondo lo ocurrido, a que se llegue a sus causas y a los móviles que crearon los disturbios”.

De acuerdo con el desplegado del PPS, en los últimos sucesos está la mano de los enemigos de la macha democrática de México. El desplegado, firmado por Lombardo Toledano, como secretario general y toda el buró político de ese partido argumentan que “al entrar la segunda mitad de su gobierno, la política del presidente Díaz Ordaz acentúo su impulso democrático. Inició un diálogo con fuerzas de la izquierda, incluyendo el Partido Comunista y de ese diálogo surgió un nuevo ambiente constructivo; propuso la ampliación fundamental de los derechos de la juventud…”

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