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Nacional

Agustín de Iturbide sobrevivió a dos siglos de olvido oficial

En el 200 aniversario de la consumación de la Independencia, el gobierno recreó la entrada del Ejército Trigarante al zócalo con Iturbide al frente, Guerrero y otros caudillos; sus restos permanecen en la Catedral Metropolitana

Héctor Figueroa   | 25-09-2022

Luego del fusilamiento de Agustín de Iturbide el 19 de julio de 1824, en Padilla, Tamaulipas, el comandante del Ejército Trigarante que consumó la Independencia de México, fue, sistemáticamente, a lo largo de las décadas, borrado de los libros de historia y vilipendiado por erigirse como emperador.  

Casi dos siglos después, en 2021, el gobierno federal decidió en una colorida ceremonia y desfile, devolverle su legado y reconocer su papel histórico, sin que ello lo exculpe de los errores que habría cometido al coronarse emperador.  

En 1925, en una majestuosa ceremonia, los restos de los Héroes de la Independencia: Hidalgo, Morelos, Allende y Aldama fueron trasladados de la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México a la columna del Ángel de la Independencia, todos, excepto los de Agustín de Iturbide, que permanecen hasta hoy en el recinto religioso.  

Durante 200 años, casi en la clandestinidad, cada 27 de septiembre al mediodía, decenas de personas se congregan en la capilla de San Felipe de Jesús de la catedral para rendir homenaje a Iturbide, coronel del Ejército Trigarante, quien en esa fecha de 1821 entró victorioso a la Ciudad de México para consumar la Independencia.  

Este 27 de septiembre de 2022 se cumplen 201 años de que Agustín de Iturbide y Juan O’Donojú, último capitán general de Nueva España, firmaron en el Palacio Virreinal, hoy Palacio Nacional, el acta de Independencia de México, que nació como país libre como un imperio que iba desde la Alta California hasta Costa Rica.   

FIN DEL DESTIERRO

Desde 2020, la historiadora Beatriz Gutiérrez Müller, presidenta del Consejo Honorario de la Memoria Histórica y Cultural de México, llamó a preparar la celebración de los 200 años de la Consumación de la Independencia de México, que se cumplirían en 2021. 

A través de su cuenta de Facebook, la escritora señaló que un 27 de septiembre de 1821, el Ejército Trigarante entró a la Ciudad de México y destacó que el festejo sería fundamental para nunca olvidar lo importante que es la soberanía nacional.  

Gutiérrez Müller acompañó su mensaje con una imagen de la entrada triunfal del Ejército Trigarante comandado por Agustín de Iturbide, pues de acuerdo con los relatos históricos, este personaje arribó al Zócalo en esa fecha, luego de sumar a Vicente Guerrero a sus tropas.   

Iturbide dio a conocer en Iguala, el plan con el que proclamaba la Independencia en febrero de 1821 y proponía como forma de gobierno una monarquía constitucional. 

Gracias a la unión de fuerzas, el Ejército Trigarante pudo derrotar a las tropas realistas, sobre todo, porque gran parte de ellas se fueron sumando a su bando.  

Hace un año, el 27 de septiembre de 2021, el gobierno federal recreó la entrada del Ejército Trigarante al Zócalo con Agustín de Iturbide al frente, Vicente Guerrero y otros caudillos, para celebrar los 200 años de Consumación de la Independencia y colocó la imagen de Iturbide en distintos espacios públicos. 

“A partir de la independencia política, la nueva nación pasó por pruebas muy difíciles y dolorosas, hasta llegar a ser lo que hoy somos. Gracias a mujeres y hombres que a lo largo de la historia han sabido poner en alto el nombre de México con valor”, dijo en el acto el presidente Andrés Manuel López Obrador. 

En el evento, decenas de actores, algunos a caballo, escenificaron el periodo prehispánico, el virreinato, el Grito de Independencia, así como los episodios de dos insurgentes destacados: José María Morelos y Vicente Guerrero.  

También momentos clave del proceso de independencia como el Plan de Iguala el 24 de febrero de 1821, los Tratados de Córdoba del 24 de agosto, la entrada triunfal del Ejército Trigarante y la firma del Acta de Independencia el 28 de septiembre de 1821.

CASI OLVIDADO 

La entrada del Ejército Trigarante, el 27 de septiembre de 1821, y el acta pronunciada un día después por la Junta Soberana que encabezaba Iturbide, terminaron con los casi tres siglos del Virreinato de la Nueva España y marcaron el nacimiento de una nación soberana.

El Imperio Mexicano abarcaba desde la Alta California al norte, hasta Costa Rica al sur, cuyo monarca efímero fue Iturbide, borrado prácticamente de los libros de historia e incluso en las estrofas del Himno Nacional que hacían referencia al hombre que venció el ejército virreinal.

Los gobiernos emanados de la Revolución decidieron anular cualquier vestigio que hiciera referencia a Iturbide como héroe de la Independencia y así, en 1921 se retiró su nombre del Muro de Honor de la antigua Cámara de Diputados, en Donceles y Allende.

SUS RESTOS EN CATEDRAL

El cráneo y la estructura ósea de Agustín Cosme Damián de Iturbide y Arámburu descansan en la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México, en la capilla de San Felipe de Jesús, donde también están los restos del primer santo mexicano; y de Santa Rosa de Santa María (Santa Rosa de Lima), primera santa de América.

En el muro derecho de la capilla de san Felipe de Jesús existía un altar dedicado al santo italiano Carlos Borromeo, removido en 1838 para colocar en el nicho una urna funeraria para proporcionar descanso a los restos de Agustín de Iturbide.

En la misma catedral, el 21 de julio de 1822, Iturbide había sido proclamado emperador, apoyado por una facción del Ejército Mexicano.

Luego del fusilamiento del primer emperador de México en Padilla, Tamaulipas, el 19 de julio de 1824, su amigo y presidente de la República, Anastasio Bustamante, mandó traer, en 1838, los restos de Iturbide y pidió que, cuando él muriera, se colocara su corazón junto a los restos de su querido compañero. Así se hizo.

Para 1964 se realizó el pedestal que sostiene la urna de cristal donde se observan los restos de Iturbide. Junto a la urna se encuentra una Bandera Trigarante (diseñada por él) con los colores verde, blanco y rojo, que simbolizaban unión, religión e independencia.

Sobre la pared, detrás de los restos del primer emperador de México, se halla una placa que dice: 

Agustín de Iturbide / Autor de la Independencia Mexicana / Compatriota llóralo / Pasajero admíralo / Este monumento guarda / las cenizas de un héroe / Su alma descansa en el seno de Dios.

BORRADO DEL HIMNO

Quienes recuerdan en la catedral cada 27 de septiembre a Agustín de Iturbide, tienen presente que del Himno Nacional Mexicano se suprimieron los versos referentes a él.

El himno, escrito por Francisco González Bocanegra y musicalizado por Jaime Nunó, constaba en su versión original de diez estrofas, sin embargo, tras la prohibición de algunas, quedó en cuatro más el estribillo.

La principal referencia son las victorias en batalla, la defensa de la patria y las virtudes de toda persona. Sin embargo, dos estrofas fueron suprimidas por decreto del expresidente Manuel Ávila Camacho en 1943, entre ellas las que hacían alusión a Iturbide:

 

“Si a la lid contra hueste enemiga 

Nos convoca la trompa guerrera, 

De Iturbide la sacra bandera 

¡Mexicanos! Valientes seguid. 

Y a los fieros bridones les sirvan 

Las vencidas hazañas de alfombra; 

Los laureles del triunfo den sombra 

A la frente del bravo Adalid.”

FUSILADO POR DECRETO

En febrero de 1823 se firmó el Plan de Casa Mata, resultado de la alianza de borbonistas y republicanos mexicanos, quienes unieron fuerzas para apoyar el derrocamiento de Iturbide. El efímero emperador decidió abdicar, en marzo de 1823, exiliándose en Europa.

Un decreto del Poder Legislativo con fecha del 28 de abril de 1824 declaró traidor y fuera de la ley a Iturbide, por proclamarse, dos años antes, emperador de México con anuencia de una facción del Ejército Mexicano.

Dicho ordenamiento surtiría efecto si se presentara bajo cualquier título en algún punto del territorio mexicano; también fue declarado enemigo público del Estado.

Cinco días antes de ser fusilado, Iturbide arribó al puerto de Soto la Marina, Tamaulipas, proveniente de Europa, ignorando el decreto que habían promulgado.

El objetivo de Iturbide al regresar al país era ofrecer sus servicios ante el peligro de una invasión de la Santa Alianza, integrada por Austria-Hungría, Rusia, Prusia, Francia e Inglaterra, que pretendía reconquistar México.

 

 

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