El Oscar a través de los años ha ganado espacio

A lo largo de 106 años de vida, el periódico Excélsior ha llenado sus páginas con infinidad de historias relacionadas al ámbito del entretenimiento y ha sido testigo de momentos determinantes e históricos como las coberturas del Oscar.

La primera vez que el Periódico de La Vida Nacional compartió con sus lectores una cobertura relacionada con el premio de la Academia fue en 1941, hace 86 años, y el énfasis que puso en esa publicación tuvo que ver con el discurso que emitió el presidente de Estados Unidos Franklin D. Roosevelt en febrero de 1941, diez meses antes de que su país entrara a la Segunda Guerra Mundial.

En aquel discurso dejaba en claro que “mediante el cine se fomentaba la unión de toda América”.  Ese año, en el que se usaron por primera vez los sobres sellados que contenían los nombres de los ganadores, la cinta Rebecca, de Alfred Hitchcock —la primera película americana dirigida por él— se alzó con el Oscar a Mejor Película. Cabe destacar que esa primera nota sobre el Oscar que publicó Excélsior, se aleja completamente de las coberturas que se hacen hoy en día con varias páginas dedicadas al Oscar y con muchas imágenes, así como texto. Dicha nota parece sólo en texto, rodeada de otras notas, y sin imagen de por medio.

En 1942 Excélsior no publicó nada sobre el Oscar, sin embargo en marzo de 1943, de igual manera se le dio importancia a otro discurso que dio Roosevelt y se le rindió un homenaje simbólico a los 27 mil 677 miembros de la industria fílmica que habían dejado el cine para enrolarse en la guerra, tal como lo hizo el director William Wyler, quien en esa edición del Oscar ganó como Mejor Director por Rosa de abolengo, pero no estuvo en la ceremonia debido a que se hallaba en Europa, combatiendo con la octava Fuerza Aérea de Estados Unidos.

“En la guerra total, las películas cinematográficas, como toda empresa humana, desempeñan un importante papel por la lucha por la libertad y la supervivencia de la democracia. Los que participen en las películas en estos momentos habrán contribuido grandemente a ese fin.  En los meses por venir las condiciones del mundo tal vez obliguen a la industria cinematográfica a desempeñar un papel mucho más amplio en la guerra contra la tiranía del eje”, expresó el presidente Roosevelt.

En dicha edición del Oscar no hubo fiesta ni baile y las estatuillas que se otorgaron (de 1942 a 1945) fueron de yeso.

Las siguientes publicaciones del Oscar en la década de los 40, de igual manera dedicaban un pequeño espacio para anunciar a las películas  ganadoras y comenzaban a meter una que otra imagen que acompañara la nota como cuando en marzo de 1945 el periódico anunció como la gran ganadora de la noche Días sin huella, del director Bily Wilder. Asimismo Excélsior publicó una foto mediana en la que se veía a los actores Ingrid Bergman, Bing Crosby, así como al director Leo McCarey, nominados al Oscar a Mejor Actriz, Actor y Director, respectivamente. La foto nota anunciaba que su cinta Las campanas de Santa María se iba a estrenar al siguiente día en el Cine Alameda.

Ya en la década de los 50, Excélsior dio un paso más en cuanto al diseño de sus páginas y de la manera en que presentaba sus notas (había más fotos acompañando los textos). En marzo de 1950, cuando la cinta Todos los hombres del rey se llevó el Oscar a Mejor Película, Actor para Broderick Crawford y Mejor Actriz de Reparto para Mercedes McCambridge, el Periódico de la vida Nacional daba fe de que por primera vez en 22 años la ceremonia se efectuó en otro escenario, el Boulevard Hollywood y al ser un gran espectáculo se paralizó el tránsito de la zona.

Fue en marzo de 1954 que Excélsior trajo una entrevista, firmada por Manuel del Castillo, con Burt Lancaster, pues el actor se encontraba rodando en México, en Teotihuacán, la cinta Veracruz y estaba nominado al Oscar a Mejor Actor por De aquí a la eternidad.

“No estoy preocupado por el veredicto de la Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas de Hollywood. Creo que cada actor no debe fijarse en ganar premios, sino en hacer buenas películas para el progreso de la industria fílmica. Esta noche no pienso hacer nada especial cualquiera que sea el resultado sobre la Mejor Actuación Masculina, lo único que voy a hacer es dormir tranquilo”, expresaba Lancaster.

Esa noche William Holden ganó a Mejor Actor por Stalag 17 y Audrey Hepburn ganó a Mejor Actriz, a sus 24 años, por Vacaciones en Roma.

En 1957 dos mexicanos fueron resaltados en las páginas de Excélsior junto a ganadores como Ingrid Bergman por Anastasia y Yul Brynner por El rey y yo. Anthony Quinn se alzó con el Oscar (el segundo de su carrera) como Mejor Actor de Reparto por Sed de vivir y Mario Moreno Cantinflas era mencionado como parte del elenco de La vuelta al mundo en 80 días que se coronó con cinco premios de la Academia, entre ellos el de Mejor Película.

Dentro de las consignas de Excélsior, ya en la década de los 60, no podía faltar la hazaña de la producción Ben-Hur, que se anotó un récord en la historia del Oscar al llevarse 11 galardones, así como la nominación en 1961 de la película mexicana Macario, dirigida por Roberto Gavaldón y protagonizada por el finado Ignacio López Tarso, a Mejor Película Internacional o el fenómeno que fue La novicia rebelde, cinta protagonizada por Julie Andrews, que ganó en 1966 cinco Oscar destacando el de Mejor Película y Director. En la ceremonia de 1966 Excélsior destaca que a la gala fue Lynda Bird Johnson, hija del entonces presidente Lyndon B. Johnson.

Además de consignar los momentos en los que Elizabeth Taylor ganó sus dos Oscar en esa década, uno por Una venus en visón y otro por Quién teme a Virginia Wolf, también se da fe de cómo en 1968 el Oscar recorrió su fecha ante el asesinato del activista Martin Luther King.

“Nos unimos con los miembros de nuestra industria en expresar nuestros profundos respetos a la memoria del doctor Luther King”, expresó el actor Gregory Peck al recibir un Oscar especial por su labor humanitaria.

Ya en los 70 y con un diseño mejorado, Excélsior, en su sección Cinematografía, consignó varios hechos importantes: cuando en 1971 George Scott desdeñó el Oscar a Mejor Actor por Patton, ceremonia en la que Frank Sinatra recibió un Oscar especial por su labor altruista, cuando en 1972 Charles Chaplin viajó ya octogenario y desde Suiza a recibir su Oscar Honorífico, cuando en 1973 Marlon Brando no aceptó la estatuilla a Mejor Actor por El Padrino y en su lugar mandó a recoger su presea a una actriz indígena o el fenómeno que fue en 1976 la cinta Atrapado sin salida, protagonizada por Jack Nicholson o como cuando en 1977 la ciencia ficción se hizo presente y se empezó a tomar en cuenta en el Oscar gracias a   películas como Star Wars de George Lucas o Encuentros cercanos del tercer tipo de Steven Spielberg.

Ya en los 80, 90 y todo lo que va del Siglo XXI, Excélsior le ha dado cabida a notas de diversa índole y también ha publicado notas de corte más económico como cuando a finales de los 80 y principios de los 90 tomaron auge las apuestas que se llevaban a cabo en Las Vegas. De igual manera hay cabida a otros temas que para la época dieron de que hablar como cuando en los 90 se empezó a hablar del VIH y la cinta Filadelfia fue uno de los estandartes y Tom Hanks se hizo acreedor a un Oscar a Mejor Actuación.

Ya entrados en el año 2000 se empiezan a colar nombres de latinos en las ceremonias como el caso de Salma Hayek, quien fue nominada en 2003, a Mejor Actriz por Frida o Felipe Fernández del Paso, quien también estivo nominado por su trabajo como diseñador de set. Ese mismo año Pedro Almodóvar fue nominado al Oscar como Mejor Director por Hable con ella.

De igual manera Excélsior ha sido testigo en los últimos años de cómo los mexicanos han ido conquistando premios Oscar como Eugenio Caballero, Guillermo Navarro,  Alejandro González Iñárritu, Alfonso Cuarón, Guillermo del Toro, Emmanuel Lubezki y Carlos Cortés. También ha reflejado en sus páginas cómo las mujeres han ido ganando terreno al ganar en las categorías de Dirección, como ha sido el caso de Kathryn Bigelow, Chloé Zhao o Jane Campion y se ha plasmado en papel cómo la inclusión ha sido parte de las narrativas fílmicas y discursivas.