Bajan del ring a hijo de Sergio Goyri por no dar pelea
En Naucalpan, el réferi detuvo una pelea por inacción y mandó a descansar a Shailock 'Nitro' Goyri

El público gritaba, chiflaba. Pedían acción después de varios rounds que ellos consideraron fueron de bostezo. En el centro del ring, dos hombres daban vueltas sin intención. El intercambio de golpes era casi nulo. Fue entonces cuando el réferi Gabriel Peralta hizo lo impensado: levantó las manos, dio un paso al frente y terminó con el espectáculo.
Ocurrió el sábado por la noche en Naucalpan. El hijo del actor Sergio Goyri, Shailock 'Nitro' Goyri, miró al juez con gesto de incredulidad. Su rival, Víctor Andrade, tampoco entendía del todo. Pero el réferi sí. Había recibido la indicación del jueces y del comisionado Abraham Ibarra de detener el combate. Los dos boxeadores no estaban peleando.
El combate que no fue
Pactado a seis asaltos en la división Superwelter, el enfrentamiento apenas había llegado al quinto round. Los golpes eran escasos, las fintas abundaban, el riesgo brillaba por su ausencia. En cada campanazo, el público pedía acción.
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El boxeo, por reglamento, permite suspender una pelea por “falta de combatividad”. Pero en México, esa cláusula rara vez se aplica. La costumbre es dejar que el aburrimiento siga su curso. No esta vez.
Nitro sin chispa
Shailock Goyri llegó con un récord prometedor. Ocho triunfos, una derrota y un empate. Su físico, trabajado y su apellido, reconocido. Desde hace unos años intenta abrirse camino en el pugilismo profesional, aunque cada presentación suya carga con la curiosidad mediática de ser “el hijo de”.
Pero el sábado, la historia no se trató de linajes, sino de inacción. Su esquina reclamó, protestó, pidió reconsiderar la medida. La respuesta fue que bajaran del ring
El rostro de Goyri mezclaba sorpresa con incomodidad. Andrade tampoco podía ocultar el desconcierto. En un país donde los combates mal actuados suelen pasar inadvertidos, esa ocación fue una rareza.
El boxeo mexicano está acostumbrado a los héroes de mandíbula rota y corazón terco. Aquellos que pelean como si el ring fuera una deuda pendiente con la vida. Por eso, lo ocurrido en Naucalpan suena a herejía. Dos hombres que no se golpean y un réferi que los manda a su esquina.
En sus redes sociales, Goyri repudió la decisión y sostuvo que hubo casrigo por parte de los dos boxeadores.
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