El arte de catar un vino de Ribera del Duero

La Denominación de Origen Ribera del Duero nace para impulsar los viñedos y salvaguardar la calidad de los vinos de esta zona, dando un resultado excepcional, posicionándose como una de las mejores Denominaciones de Origen de España y del mundo.

La cata del vino de esta categoría, más allá de analizarlo, supone tener un diálogo con el propio vino y disfrutarlo. Esto, se divide en 3 fases:

1. Visual: Analizamos los colores del vino, de preferencia sobre un fondo blanco. Los vinos de Ribera del Duero suelen tener colores rojos muy potentes, apareciendo en algunas ocasiones ribetes de colores morados y que normalmente indican juventud. En otras ocasiones estos ribetes en la parte lateral de la copa llevarán tonalidades ladrillo o teja, los cuales nos indican que estamos ante un vino con un mayor paso por barrica.

Envero en Ribera del Duero

2. Olfativa: Lo hacemos con la copa quieta, donde nos daremos cuenta de que estamos ante un vino intenso con una gran frutalidad. Posteriormente movemos la copa de manera circular, esto sirve para que la carga aromática se multiplique y todos los aromas que tuvimos a copa quieta sean más fáciles de identificar y apreciar. Aquí destacará nuevamente la frutalidad, los frutos rojos y dependiendo del tipo de vino que tengamos, ya sea cosecha, crianza, reserva o gran reserva, tendremos diferentes gamas aromáticas.

3. Gustativa: Probar el vino, degusta la fruta, la acidez y todos estos matices que un vino de Ribera del Duero consigue mostrar y que anteriormente se percibieron en nariz, congruencia y equilibrio en nariz y boca.

Los vinos amparados por la Denominación de Origen “Ribera del Duero”, para poder hacer uso de las menciones tradicionales “Crianza”, “Cosecha”, “Reserva” y “Gran Reserva”, deberán someterse a un proceso de envejecimiento en barricas de madera de roble. Dicho proceso de envejecimiento deberá realizarse dentro de las zonas de Ribera del Duero avaladas por el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Ribera del Duero. 

Ribera del Duero, un vino que se bebe con los cinco sentidos, una experiencia gastronómica para cualquier ocasión. Para todos los gustos. Un vino único que no surge por casualidad, es consecuencia de una tierra y un clima singularmente exigentes, el esfuerzo y paciencia de viticultores y bodegueros. Sin prisa. Sin atajos. Solo de esta manera es posible alcanzar un resultado excepcional: un vino con alma, que transmite. Un vino creado para emocionarte. ¡Descubre la magia del vino con un Ribera del Duero!