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Premian a neurocirujano mexicano que rejuvenece cerebros

Arturo Álvarez-Buylla, Joseph Altman y Giacomo Rizzolatti fueron galardonados con el premio Príncipe de Asturias

EFE, AFP y Notimex/ Sonia Ávila | 26-05-2011

MADRID, 26 de mayo.— Los neurocientíficos Arturo Álvarez-Buylla, Joseph Altman, y Giacomo Rizzolatti, galardonados con el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica de 2011, son tres referentes mundiales de la neurología por aportar pruebas sólidas para la regeneración de neuronas en cerebros adultos.

Los tres han abierto vías a una nueva generación de tratamientos para combatir enfermedades neurodegenerativas o asociadas al cerebro como el Alzheimer, el Parkinson o el autismo.

El mexicano Arturo Álvarez-Buylla tiene ascendencia asturiana: su abuelo paterno fue uno de los impulsores de la aviación civil en España, y el materno, Wenceslao Roces, fue senador por Asturias en 1977.

Sus principales campos de trabajo son la neurogénesis del cerebro de los mamíferos adultos, el ensamblaje del cerebro, los tumores cerebrales y su curación.

Joseph Altman, de EU, comenzó sus investigaciones en 1961 en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, donde descubrió la neurogénesis en adultos y, aunque en su momento este hallazgo recibió muy poca atención por parte de la comunidad científica, en los años noventa se demostró la veracidad de su teoría.

Giacomo Rizzolatti, de nacionalidad italiana aunque nacido en Kiev, descubrió en el cerebro de los monos un tipo de neuronas que se activan no sólo cuando el individuo realiza una acción concreta, sino también cuando observa a un congénere realizar la misma acción, y fueron denominadas “neuronas espejo”. Luego amplió el área de estudio a aves y seres humanos.

Neuronas como nuevas

Álvarez-Buylla descubrió una subpoblación de células como progenitoras de nuevas neuronas, así como la migración en cadena de estas últimas a diferentes zonas del cerebro, lo que abre nuevas pistas sobre el origen de los tumores cerebrales.

Es miembro de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de España, así como de la Sociedad de Neurociencias de EU, entre otras instituciones.

UNAM, alma máter

Egresado en investigación Biomédica en 1983 por la UNAM y doctorado en la Universidad de Rockefeller en 1988, Álvarez-Buylla fue propuesto a la candidatura del premio español por Ricardo Miledi, investigador del Instituto de Neurobiología de la UNAM, también Premio Príncipe de Asturias en 1999.

“La Universidad Nacional es importantísima para mí, es mi alma máter y no la he olvidado”, expresó emocionado Álvarez-Buylla desde San Francisco, donde reside e imparte cátedra en la Universidad de California.

El de Investigación Científica y Técnica es el cuarto de los ocho Premios Príncipe de Asturias que se conceden cada año (Artes, Ciencias Sociales, Comunicación y Humanidades, Letras, Cooperación Internacional, Deportes y Concordia), que cumplen tres décadas.

Cada uno de los Premios Príncipe de Asturias, concedidos por primera vez en 1981, está dotado con 50 mil euros y una escultura creada y donada expresamente por Joan Miró para estos galardones.

Se entregarán en octubre próximo en Oviedo, en un acto presidido por el Príncipe de
Asturias, Felipe de Borbón, heredero al trono de España, cuyo título da nombre a los galardones.

 

“Células recién nacidas”

 “La ciencia es una actividad de exploración, trata de entender cómo están creadas las cosas, cómo es que el mundo funciona, desde la formación del universo hasta las cosas más pequeñitas. Cómo surge la vida, cómo crece un embrión para crear un ser humano”, explica pausadamente, pero con evidente emoción, Arturo Álvarez-Buylla vía telefónica desde San Francisco, California.

Y no es para menos, pues su designación como Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica, el profesor de Cirugía Neurológica lo sorprendió en su trabajo: la Universidad de California, San Francisco, desde donde asegura que la ciencia siempre acompaña la vida diaria, con la simple acción de “curiosear”.

El gusto por la investigación, dice, nació desde niño, cuando su padre, también científico de la Universidad Nacional Autónoma de México, le contaba de sus experimentos sobre la regulación de la glucemia.

“Mi mejor maestro fue mi padre, fue un investigador científico en México, hizo descubrimientos muy importantes en su tiempo sobre la regulación de la glucemia,  era un entusiasta y un idealista de la investigación científica, impulsó en mí y mis tres hermanas, un interés por la investigación, la biología y la cultura en general”, recuerda animadamente.

Con esa naturalidad ante el conocimiento, el investigador descubrió células madres “jóvenes” capaces de restituir  parte de los circuitos de un cerebro adulto, lo que le mereció el Premio Asturias.

Arturo Álvarez-Buylla explica que se trata de una investigación básica en la que encontró que las células “recién nacidas” se alejan del sitio donde brotaron y se introducen a la “maraña” del cerebro viejo para llegar a circuitos específicos y “aportarles plasticidad”.

“Una forma coloquial que mi profesor usaba era rejuvenecer el cerebro, es más bien un mecanismo biológico para crear plasticidad y esta plasticidad significa flexibilidad en los circuitos, que tiene mucho que ver con la plasticidad que tenemos de niños para aprender muchas cosas”, detalla.

Aunque explica que su investigación no tiene una relación directa con el tratamiento de enfermedades como el Alzheimer o Parkinson, el científico mexicano considera que es el inicio de nuevas posibilidades de entender el cerebro adulto.

El profesor confiesa que una vez que pase la conmoción del premio, disfrutará mucho compartir con sus alumnos nuevas ideas de avances científicos. 

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