Exlíder de la CRAC dice tener ubicación

CHILPANCINGO.

El exdirigente de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC) de San Luis Acatlán, preso en Chilpancingo, Eliseo Villar Castillo, aseguró conocer el destino de los 43 normalistas de Ayotzinapa que fueron desaparecidos el 26 de septiembre del 2014.

Villar Castillo asegura que dentro del penal de Chilpancingo se hizo amigo de tres  de las personas que participaron en la desaparición de los normalistas y fueron ellos quienes le contaron cómo ejecutaron a los 43 jóvenes y dónde fueron enterrados, en algún punto del estado, información que afirma ya le fue entregada al subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración, Alejandro Encinas Rodríguez; al abogado de los padres, Vidulfo Rosales Sierra y a Abel Barrera Hernández, del Centro de Derechos Humanos Tlachinollan.

El 18 de junio me sacaron del penal para tener una reunión con los funcionarios federales, y en un mapa yo les señalé el punto donde están los cuerpos y ellos con su computadora sacaron la ubicación satelital”, manifestó.

A cambio, el expolicía comunitario pidió al gobierno federal seguridad especial para él y las personas que le dieron la información; seguridad para los padres de los normalistas desaparecidos, presentaciones del fiscal de la verdad para el Caso Ayotzinapa; presentación de un agente del MP federal; operativos de seguridad en el lugar donde están los cuerpos de los normalistas y mayor seguridad en municipios.

“NOSOTROS NO PEDIMOS ESTAR ACÁ”

En cinco años, la Normal se ha convertido en su primera o segunda casa. Sus hijos ya habrían egresado, pero fueron desaparecidos en Iguala por delincuentes coludidos con policías el 26 y 27 de septiembre de 2014, y desde entonces su vida cambió.

Y sí es muy doloroso, porque nosotros, como decimos, nosotros no pedimos estar acá, a nosotros nos pusieron, no sabíamos nada de esto, nomás nos pusieron en medio. Da tristeza ver que, a pesar de que andamos exigiendo la presentación de nuestros hijos, no ha habido ninguna respuesta, y siguen pasando los años; pasa el día, la noche, no sabemos dónde está el hijo, no sabemos si ya comió, si está enfermo, cómo está”, manifestó María Martínez Zeferino, madre del normalista Miguel Ángel Hernández Martínez.

Dos cosas seguras tienen en común los padres, madres o familiares de los 43: el dolor de no encontrar a un ser querido y la pobreza. Todos son de bajos recursos económicos, pero se han aferrado a protestar, a ir a reuniones, caravanas, mítines, lo que sea necesario. Ellas sólo quieren ver a sus hijos.

Yo también tengo fe que mi hijo está vivo, porque yo siempre le he pedido a Dios: Señor, si mi hijo está vivo que yo lo vea regresar, y si va regresar que yo vea pues que llega, y si ya lo tienes a tu lado, que yo lo vea en el piso, y esa señal tuya yo voy a aceptarla. Y yo he visto que mi hijo ha regresado. Un día, en ese arbolito, yo vi que estaba sentado ahí, cuando lo vi que venía toda la fila de muchachos, todos venían”, reveló Nicanora García González, madre de normalista desaparecido.

En la cancha de principal de la Normal no se mueven las 43 butacas que, desde hace cinco años, están en ese lugar esperando ser ocupadas por sus dueños. Uno de ellos es Mauricio Ortega Valerio, de 18 años. Es originario de Monte Alegre, comunidad enclavada en la región Montaña del estado.

Su tío es don Melitón Ortega. Antes de llegar a la normal de Ayotzinapa, el 28 de septiembre de 2014, tenía tres años sin ver a su sobrino. De la nada se convirtió en una de las cabezas más visibles de los padres de los 43.

-Ángel Galeana