El papa Francisco, de 87 años, causó expectación ante su imposibilidad de dar personalmente su discurso para su audiencia de ayer en el Vaticano, además de no lograr abordar su vehículo oficial, por lo que debió ser ayudado en diversos momentos de su jornada.
El pontífice pidió a su colaborador, el sacerdote italiano Pierluigi Giroli, que leyera su lugar la catequesis de la audiencia general que ha presidido en la plaza de San Pedro y ha asegurado ante los fieles que todavía arrastra un “resfriado”.
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Ante los 6 mil fieles reunidos en la plaza, el pontífice expresó: “Les agradezco a todos ustedes, yo he preparado un discurso pero sientan mi incapacidad de leerlo por la bronquitis”.
Después, y al no poder subir a su vehículo, conocido como el papamóvil, pidió a uno de sus custodios que lo ayudara a recorrer el vallado cerca de la audiencia en una silla de ruedas.
Pese a los problemas de salud que lo aquejan, en los cuales se incluyen también algunos problemas de rodilla, el Vaticano ha confirmado este miércoles la presencia del Papa en todos los actos de la Semana Santa, desde el Domingo de Ramos del 24 de marzo al 31 de marzo, con la misa de Resurrección.
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clm
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