Paul Auster aborda la obra de Stephen Crane en nueva novela

Escritor, periodista, corresponsal de dos guerras, náufrago durante cuatro días, Stephen Crane (1871-1900) “pasó por mucho de lo que yo enfrenté de joven, el rechazo, la dificultad para publicar y la necesidad de persistir”, confiesa el narrador y poeta estadunidense Paul Auster (1947).

Ahí me siento cercano a él: en el ser testarudo y decir ‘lo voy a hacer sin importar cuantas veces me digan no’. Nunca ha sido una influencia sobre mi obra, pero lo admiro mucho.

Lo descubrí de joven y hace poco empecé a releer su obra. Entendí lo maravilloso, original y poderoso que era. Un autor que murió a una edad ridículamente joven, a los 28 años. Así que decidí escribir un libro que expresara mi aprecio por su grandeza”, explica.

En rueda de prensa virtual, desde su casa de Brooklyn, el Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2006 narró ayer los motivos que inspiraron su novela más reciente, La llama inmortal de Stephen Crane (Seix Barral), y por qué, por primera vez a sus 74 años, confeccionó
una obra que “no es una biografía, pero tampoco una ficción total”.

Destaca que Stephen Crane, el autor de Maggie, una chica de la calle (1893) y La roja insignia del valor (1896), que abordó temas como el miedo, la guerra y la pobreza, “entregó una obra muy profunda, inspiradora, directa y vívida. Estos libros te pueden cambiar”.

Auster aclara “no creo que sea una figura marginal, pero ha sido abandonado y quise regresarlo al centro del escenario”.

El también guionista de cine y traductor del francés afirma que Crane “fue el primer modernista de la literatura estadunidense, se adelantó a lo que sucedería en el siglo XX y sus preocupaciones y su método de escribir siguen siendo muy contemporáneos; le habla directamente a una persona de hoy, su obra está viva y exige ser leída”.

Dice que tomó una posición filosófica singular. “Le quitó todos los juicios morales que hacían los escritores en la ficción para contar la verdad, de una forma cautelosa, con una mirada como de fotógrafo, de científico, de periodista de investigación y así describir qué está pasando antes de ponerlo en juicio. Eso fue revolucionario. Le quitó todo lo que se asociaba con la novela del siglo XIX. Sólo escribió sobre lo esencial, desnudó la prosa”.

El autor de 4 3 2 1 considera que Crane entendía que las cosas estaban cambiando. “Viajó al Oeste a los 23 años, consiguió un trabajo como reportero. Llegó a Texas y hasta a México, en 1893. Su obra sobre México es muy interesante. Hay un pequeño relato, sin título, pero cuando se publica lo llaman Las clases bajas de México.

Aquí observa a los campesinos pobres de México y los compara con los estadunidenses pobres y enojados. Llega a un punto en el que piensa en la dignidad e incluso la magnificencia de los campesinos mexicanos. Le encanta prestar atención a los rostros de las personas. Dice que en Estados Unidos es de enojo y en México ve tranquilidad en esos rostros, que eran muy religiosos; y, hacia el final de esas cuatro páginas, dice ‘probablemente sean superiores a nosotros’”.

Ante la pregunta de qué había hecho Paul Auster a los 28 años, la edad a la que murió Crane, detalló que “me acababa de casar, había publicado dos o tres libros de poesía pequeños, traducido bastante poesía y escrito ensayos literarios. Había acumulado una pila de más de mil cuartillas de prosa, en las que había estado trabajando desde la adolescencia, que nunca me habían causado satisfacción.

Así que, si me hubiera muerto a los 28 años habría desaparecido completamente. Habría sido como una piedrita que cayó al agua y se hundió en el fondo del lago, porque mi carrera literaria estaba en un estado incipiente. Eso te hace sentir humildad. Empecé a sentir mi camino literario a inicios de mis 30 años; así, el hecho de que un hombre así de joven pudiera escribir y publicar unas 3 mil cuartillas de una obra excelente, me parece sorprendente, no lo puedo siquiera comprender”.

Auster indica que quiso invitar a las nuevas generaciones a leer la obra de Crane, por eso, más que de su vida, habla de sus novelas  y relatos.

TOLUCA recibe a Van Gogh

Después de haberse presentado exitosamente en diferentes ciudades del mundo, Van Gogh Alive, exposición de arte digital multisensorial se inaugura hoy en el Parque de la Ciencia, en Toluca, la capital del Estado de México.

La muestra presenta un espectáculo digital, con tres mil imágenes en 360 grados, que narra la vida de este genio neerlandés, autor de Los girasoles.

-De la Redacción

Fotos: Cuartoscuro

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