Orquesta El Macabeo honran tradición boricua

CIUDAD DE MÉXICO.

El bajista puertorriqueño José Ibáñez, director de la Orquesta El Macabeo, lo tiene muy claro: el estilo de la agrupación nacida en San Juan en 2008 está más cerca de Raphy Leavitt & La Selecta, Cortijo y su Combo, la Orquesta Zodiac, Zaperoko y Corporación Latina, que de la célebre Fania All Stars, que dominó la salsa brava hecha desde Nueva York toda la década de los 70 del siglo pasado y cuyo legado musical en el ámbito popular perdura hasta nuestros días.

El músico boricua explica a Excélsior que la inspiración del ensamble que lidera –y que debutará este año en la edición 47 del Festival Internacional Cervantino (FIC)– no necesariamente tenía que surgir de Fania, una selección de intérpretes de distintas orquestas y comandada por el flautista y director dominicano Johnny Pacheco, sino de otros artistas que hicieron su carrera en Puerto Rico “para trascender y dejar su marca en la historia musical” de América Latina.

Es decir que El Macabeo se nutre mucho más de las expresiones populares que se desarrollaron en la isla caribeña y no tanto de la expresión más conocida de la salsa que se articuló en la Gran Manzana, con exponentes como Ray Barreto o Willie Colón, con raíces boricuas, pero asentados en EU.

De hecho, muchos de esos pilares de la salsa (arreglistas, compositores, instrumentistas, cantantes, la mayoría virtuosos intérpretes) ya han fallecido, pero dejaron un legado musical que todavía se escucha con fuerza desde diversas ciudades de la Unión Americana hasta las urbes más pobladas de los países latinoamericanos.

Al respecto, Ibáñez considera que la Orquesta El Macabeo no elude hacer un homenaje, con su propia música, a esos artistas.  “Sí, deseamos honrar esa tradición de estos grandes artistas que nos influyeron. De hecho, la razón original de comenzar a tocar con El Macabeo, antes de saber que íbamos a ser un grupo establecido y sin siquiera tener nombre de la agrupación, era tocar algunos de estos temas clásicos que, luego de muchos años, tanto se escuchan en Puerto Rico, en fiestas, bares, restaurantes, tertulias... en fin, en la vida cotidiana”, asegura.

Pero con el tiempo, prosigue, “logramos crear nuestro propio sonido contemporáneo, que fusiona una gran variedad de ritmos tropicales y afrocaribeños, tal como inicialmente lo hizo este movimiento músico-cultural cuando se le denominó bajo el término ‘salsa’”.

Al respecto, cabe señalar que ese “sonido contemporáneo” que han consolidado a través de temas como Supermercado, La buena voluntad, Armonía, Yankee go home, La maldición colonial o El sueño, por mencionar algunos, tiene su fundamento en los estilos tan diversos que cada uno de sus integrantes aporta, pues han caminado previamente en géneros como punk, rock, ska y reggae. La diversidad es, pues, su sello inconfundible.

Y es ese bagaje justamente el que, desde el punto de vista de Ibáñez, ha propiciado su éxito como conjunto. “Hemos sido muy afortunados en conocer de mucha gente interesada en nuestra propuesta musical en diversas ciudades del mundo, principalmente hispanoparlantes. Esperamos seguir llevando nuestra música a través de todas estas ciudades de donde nos escriben continuamente”, menciona.

La Orquesta El Macabeo —cuyo nombre no tiene origen bíblico como pudiera pensarse, sino surgió porque así se llama una comida típica del municipio Trujillo Alto, donde el conjunto se reunía a grabar y ensayar—  presentará en el tradicional encuentro cultural de Guanajuato su cuarto álbum, La maldición del timbal, a través del cual “reafirma su intención de adaptar la música latina de los 60 y 70 a la época actual”.

Los músicos comandados por Ibáñez —entre quienes se encuentran Yussef Soto Villarini (saxofón), Héctor Lind Ortiz (trombón), Gabriel Beauchamp Hurtado, Horacio Alcaraz (trompetas), Julio Ortiz Luquis (conga), José Morales Benítez (bongó), Francisco Figueroa Jiménez (timbal), Aníbal Vidal (piano) y Luis de la Rosa (voz)— se presentarán el próximo 23 de octubre, a las 20:00 horas, en la explanada de la Alhóndiga de Granaditas.