Voto millennial
¿Qué quieren los millennials? Es la pregunta a la que muchos queremos encontrar respuesta. En todos los sectores nos hacemos bolas. Estamos en vías en entender la dinámica social de ésta, la primera generación de adultos que conocerán el mundo de una manera mucho muy ...
¿Qué quieren los millennials? Es la pregunta a la que muchos queremos encontrar respuesta. En todos los sectores nos hacemos bolas. Estamos en vías en entender la dinámica social de ésta, la primera generación de adultos que conocerán el mundo de una manera mucho muy diferente a como lo hicimos nosotros. Hoy, un joven de 17 años que cursa la preparatoria no sabe hacer una tarea escolar sin la ayuda de Google, por ejemplo. Así de radicales los cambios en estas últimas dos décadas.
Este fin de semana, por ejemplo, se realizó la segunda entrega de los Premios Eliot, que reconocen a lo mejor en redes sociales. Y cuando hablamos de este ámbito, vemos que son los jóvenes quienes, en su mayoría, lo dominan. Sus representantes son personificaciones precisas de cómo se codifican estos futuros adultos: todo llega (y se va) con mayor velocidad, también a todo se tiene más rápido acceso. Los jóvenes consumen todo lo que se encuentran en internet, pero hemos creído, equivocadamente, que sus posturas responden más al ocio que a una coyuntura social o política. Hay tantos “youtubers” gozando de mucha fama, pero pocos de ellos tienen credibilidad. A Chumel Torres, por ejemplo, lo comenzaron a seguir por la genialidad e ingenio de sus tuits; pero llegó a hacer de El Pulso de la República un espacio respetado e incluso exportado, también con él a la cabeza, a HBO.
Justo a eso, a lo que los millennials piensan y esperan de su sociedad, es que hoy los partidos políticos dedican largas horas de trabajo para lograr un discurso que llegue a esas mentes jóvenes y que les genere un debate, una idea… una simpatía para hacer que se involucren. Bernie Sanders lo hizo hace unos meses en la precampaña demócrata en Estados Unidos. Hillary tuvo que pelear por esos votos. La razón, según varios análisis, es que los jóvenes no veían en la exsecretaria de Estado a una figura honesta —estaba a full el tema de los correos electrónicos— y Bernie, por su parte, conectó con ellos porque no tenía escándalos que pusieran en duda su honestidad.
En nuestro país sucede lo mismo, al menos así lo arroja una encuesta realizada y publicada por nacion321.com. En ella se analizaron las preferencias por partidos y aspirantes de jóvenes de entre 35 y 16 años, estos últimos votarán por primera vez en 2018. La conclusión fue interesante: 77% de los entrevistados dijo estar seguro de salir a votar. Abrumador porcentaje si vemos que, en dos años, ellos representarán 50% de la lista nominal. Los candidatos los tienen que voltear a ver sí o sí, pero, sobre todo, deben comenzar a trabajar en su credibilidad ante ellos. No es que los jóvenes no quieran salir a votar (apenas 3% de la muestra dijo que no lo hará), sino que, aunque conocen a personajes como Margarita Zavala, Andrés Manuel López Obrador, Ricardo Anaya, Miguel Ángel Mancera, etcétera, la opción que más adeptos tiene es “ninguno de ellos”, el rechazo a estos personajes es lo que les provoca apatía. No es que los jóvenes no tengan posturas políticas, es que las tienen, pero no ven en ninguno de estos personajes a alguien que los represente. Ése es el reto de cualquiera que pretenda estar en la boleta electoral de 2018: los jóvenes serán los que decidan quién de ellos llegará a Los Pinos. El informe de este estudio apunta: “¿Alguna pista sobre lo que quieren los millennials? Ante todo, honestidad. El 57% prefiere un gobierno íntegro y transparente, aunque no se noten los resultados, frente a 36% que quisiera resultados a pesar de tener sospechas de deshonestidad…”, y hoy, con la coyuntura de Javier Duarte, Guillermo Padrés, Roberto Borge y Rodrigo Medina (a nosotros no se nos olvida el tema, gobernador), los partidos tienen la oportunidad de demostrar su compromiso con la más deseada de las cualidades en un político y que tan pocas veces se ve en ellos. No sólo por el voto de los millennials, sino porque en ese otro 50% del electorado también ya estamos cansados…
