Gloria contra el populismo
Este fin de semana se cumplió una década de que se conformó la Alternativa Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América, mejor conocida como ALBA. El organismo surgió en el marco de una visita del presidente venezolano Hugo Chávez a su homólogo cubano Fidel Castro, ...
Este fin de semana se cumplió una década de que se conformó la Alternativa Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América, mejor conocida como ALBA.
El organismo surgió en el marco de una visita del presidente venezolano Hugo Chávez a su homólogo cubano Fidel Castro, el 14 de diciembre de 2004, cuyo propósito, se pensaba, no iría más allá de un encuentro para fortalecer los lazos bilaterales.
Sin embargo, los dos mandatarios sorprendieron con el impulso de un plan de articulación regional —sobre la base de la complementación política, social y económica—, como contrapartida del ALCA, el Acuerdo de Libre Comercio de las Américas, empujado por Estados Unidos.
El encontronazo de las dos visiones de desarrollo del continente tuvo lugar al año siguiente, en la Cumbre de las Américas de Mar del Plata, Argentina, la misma en la que salieron de pleito el presidente Vicente Fox y el anfitrión, Néstor Kirchner.
Desde entonces, y bajo la égida de Chávez, el bolivarianismo fue promovido a nivel latinoamericano como una alternativa a la visión de Washington.
Una alternativa, además, regada con las abundantes reservas de petróleo de Venezuela, en momentos en que el hidrocarburo tuvo altos precios en el mercado internacional.
Sus rivales tacharon las políticas promovidas por el ALBA como populistas, pero mientras aquella tenía a Chávez como un potente y polémico vocero, los gobiernos y partidos latinoamericanos que no comulgaban con la vía sugerida por Caracas carecían de una figura similar.
Además, el clímax del bolivarianismo coincidió con la popularización de las redes sociales, que los simpatizantes de esa corriente usaron eficientemente a su favor, no sólo para promover sus ideas entre la juventud sino para atacar las de sus rivales.
La muerte de dos de sus figuras más destacadas —Kirchner (2010) y Chávez (2013)—, junto con las crisis económicas que actualmente enfrentan los países que uno y otro lideraron, han hecho menguar la estrella del ALBA.
Es quizá la hora de la revancha para quienes han permanecido firmes contra las ideas bolivarianas.
Sobre todo porque ha aparecido, de manera inopinada, una figura que ha logrado no sólo pronunciar clara y distintamente los argumentos de por qué las políticas del ALBA no funcionan sino que se ha hecho escuchar a través de las redes sociales, el mismo instrumento de propaganda que utilizaron los bolivarianos.
Ella es Gloria Álvarez, una joven politóloga guatemalteca que se propone usar la tecnología para combatir lo que ella califica como populismo.
Un discurso suyo, de apenas 11 minutos, durante el Parlamento Iberoamericano de la Juventud —en Zaragoza, España, a finales de septiembre pasado— se viralizó de tal modo que Álvarez ha sido invitada a diversos países latinoamericanos para profundizar en sus conceptos. Su participación puede verse aquí: https://goo.gl/pNMoxL.
Apenas el miércoles pasado debatió en la televisión uruguaya con Gonzalo Civila, un joven diputado electo por el Frente Amplio. Antes, había sido invitada a disertar ante el Congreso de ese país.
Miembro del Movimiento Cívico Guatemalteco —corriente creada a raíz del asesinato del abogado Rodrigo Rosenberg, en 2009—, Álvarez se define como libertaria.
Defiende lo mismo la libertad económica absoluta, que los derechos de “la minoría más pequeña, que es el individuo”. En su lucha por los derechos individuales incluye la pugna por la despenalización de las drogas y el reconocimiento del matrimonio homosexual.
Algunos fragmentos de su discurso en Zaragoza son los siguientes:
“El populismo, de lo primero que se encarga es de desmantelar instituciones; de reescribir Constituciones para poderlas acomodar a los antojos de los diferentes líderes corruptos que tenemos en Latinoamérica (...)
“El populismo no ha llegado ahí por pura casualidad. Y es parte nuestra no sólo denunciar las atrocidades que el populismo comete contra nuestras instituciones sino también reconocer el pésimo trabajo de los sistemas gubernamentales que precedieron y llevaron a la absoluta crisis a las poblaciones que, en desesperación, recurrieron a estos líderes (...)
“Más que de batallas entre izquierdas y derechas, las personas que estamos en contra del populismo debemos hablar de populismo versus República. Porque es la República la que realmente garantiza la institucionalidad del Estado (...)
“Éste es un debate que nuestra región debe tener: si vamos a dar derechos, ¿de dónde los vamos a sacar y con qué recursos se van a pagar? Porque si eso no queda establecido, nuestras poblaciones van a seguir interminablemente viendo en estos líderes, la respuesta y la solución (...)
“Los líderes populistas anulan toda la razón levantando pasiones. Pero nosotros también tenemos que levantar una pasión: por la educación, por el intercambio de ideas, por el conocimiento, por querer ser individuos empoderados (…)
“Porque la otra cosa que hace el populismo es que le anula la dignidad a las personas. Hace sentir a la persona que no es capaz ni digna de gobernar su propia vida. Y que necesita de un líder que le maneje absolutamente todo para poder salir adelante”.
Ahora que Gloria Álvarez ha surgido como abanderada, quizá muchos antagonistas del bolivarianismo participen en el debate del que se han excluido ellos mismos por temor a parecer títeres de Estados Unidos.
