La maldición de la casa de Winchester
Cuando se anuncia una película de terror, basada en “hechos reales”, que se titula Winchester, que la dirigen los hermanos Michael y Peter Spierig, responsables de muy medianas películas del género, pero, sobre todo, que la protagonista es Helen Mirren, gran dama ...
Cuando se anuncia una película de terror, basada en “hechos reales”, que se titula Winchester, que la dirigen los hermanos Michael y Peter Spierig, responsables de muy medianas películas del género, pero, sobre todo, que la protagonista es Helen Mirren, gran dama de la escena cinematográfica, no queda más remedio que correr a verla, aunque sea por puro morbo y resulte lo que resulte.
Y resulta que es una buena muestra de que, cuando el cheque pesa, hay que aprovecharlo y no ponerse exigente con la calidad de la propuesta.
Titulada en México La maldición de la casa de Winchester, es una coproducción Australia-Estados Unidos, cuya acción se basa en una leyenda en torno a Sarah Winchester, heredera de la icónica fábrica de armas y rifles de repetición del mismo nombre. La historia se ubica a finales del siglo XIX en California cuando los accionistas de la empresa se acercan a un médico especialista en enfermedades mentales, en una muy floja interpretación de Jason Clarke, para que valore a la anciana Sarah, que está dando francas muestras de locura.
Tras la muerte del esposo, Sarah estaba convencida de que sobre su casa se cernía una maldición por la que se sentía perseguida por los fantasmas de las personas que murieron por armas Winchester, que regresaban del más allá para cobrarle sus muertes y torturarla a ella y a sus familiares. Empujada por los malos espíritus, Sarah, quien llegó a ser una de las mujeres más ricas del mundo, hizo ampliaciones caprichosas y absurdas en su casa en San José, California, que años después se convirtió en un atractivo turístico promoviéndola como mansión embrujada. Eso de “hechos reales” es francamente relativo.
La señora Winchester tuvo su casa en obra constante, noche y día, construyendo pasillos, laberintos, habitaciones, escaleras que no llevan a ninguna parte.
Helen Mirren interpreta a Sarah y sí, es lo menos malo de la película, que está llena de lugares comunes y muestra muy poca efectividad para realmente asustar al público, valiéndose de golpes de puertas que se cierran, súbitos efectos con la música, velas que se apagan, gritos y otros recursos gastadísimos en el género de terror. Los hermanos Spierig cuentan una historia predecible en la que falta pericia para la dirección de actores, salvo Mirren, quien probablemente se dirige sola.
Sus compañeros en el reparto son flojos, sobre todo Jason Clarke, que no acaba de ponerse en el personaje del médico al que la llegada a esa casa lo lleva a enfrentar sus propios fantasmas.
La premisa es muy atractiva, pues el comportamiento de la señora Winchester la convirtió en una verdadera leyenda, pero los Spierig no supieron aprovechar ni sacar carnita a una historia que se resuelve de manera complaciente.
Espérala para un sábado en la tarde. En casa.
