Love and Mercy-Amor y compasión

Inexplicablemente con casi dos años de retraso, llega a México una película que seguramente puede tener aquí muchos espectadores interesados en su contenido. Aquéllos que, como yo, están familiarizados con la música de los Beach Boys, ya sea porque crecieron con ...

Inexplicablemente con casi dos años de retraso, llega a México una película que seguramente puede tener aquí muchos espectadores interesados en su contenido. Aquéllos que, como yo,  están familiarizados con la música de los Beach Boys, ya sea porque crecieron con ella o como un gusto adquirido.

Se trata de Amor y compasión (Love and Mercy, Estados Unidos, 2014), dirigida por Bill Pohlad, cuyo nombre sonara el año pasado en la entrega del Oscar, por su trabajo como productor de 12 años esclavo. El argumento gira en torno a la vida del líder del grupo, Brian Wilson, de cuya azarosa biografía el realizador presenta un relato que más parece una declaración de amor por parte de un fan o hasta un homenaje, con el que, quienes disfrutamos de la música de Los Beach Boys, nos sentimos profundamente identificados.

En su mayoría las bandas tienen un líder, una figura que, aunque no siempre destaque públicamente sobre los demás, sí tiene un peso en el desarrollo y la creatividad del grupo. Es una especie de brújula que va midiendo los tiempos y que tiene la sensibilidad para aplicar cambios, renovar, reinventar, en ocasiones contra la voluntad del resto de los miembros. Brian Wilson era el de la “voz cantante” para Los Beach Boys, como lo es Mick Jagger para The Rolling Stones, lo fue Jim Morrison para The Doors, una combinación entre Lennon y McCartney para Los Beatles, o Freddie Mercury para Queen.

Amor y compasión recrea la vida de Wilson en dos tiempos: su adolescencia y juventud temprana interpretado por Paul Dano, que se roba la película, y su edad madura en la que le da vida John Cusack, un estupendo actor que convence en su interpretación aunque no es tan lucidora como la etapa que le toca recrear a Dano, pues es la de su periodo activo y creativo como compositor, y seguramente el actor tiene conocimientos de música. Además ganó varios kilos para representar a Wilson en su época de consumo de drogas y alcohol, que derivó en los problemas personales que lo alejaron del grupo, evitando acompañarlos en sus presentaciones en público.

Pohlad opta por un relato no lineal, poco convencional y no cae en una simple biopic musical, aunque la génesis de sus canciones más conocidas es una parte importante de la película. Por tanto mediante viajes entre el pasado y el presente se va armando el rompecabezas de una personalidad muy atormentada. Nacido en California, Brian Wilson formó el grupo con sus dos hermanos con los que practicaba desde pequeños, armonizando muy bien sus voces. Más tarde se sumaron dos miembros más. El papá era un hombre violento que explotó a sus hijos y marcó cruelmente su autoestima.

Amor y compasión es lo que parece pedir el personaje a gritos durante toda la película. En roles secundarios están Elizabeth Banks, mal aprovechada, como la vendedora de autos de la que Wilson se enamora, y Paul Giamatti, un poco sobreactuado, como el siquiatra abusivo que le diagnostica un padecimiento mental, lo manipula y acorrala para su beneficio.

Es una película que hace justicia a un gran artista en las personas de dos estupendos actores: Paul Dano y John Cusack.

Muy recomendable.

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