Muestra 55: Los insólitos peces gato

En esta Muestra 55 de la Cineteca Nacional se presentan tres películas mexicanas: Club Sándwich de Fernando Eimbcke y de la que ya hablamos en este espacio; Las horas muertas de Aarón Fernández, y Los insólitos peces gato de Claudia SainteLuce, de la que nos ocuparemos ...

En esta Muestra 55 de la Cineteca Nacional se presentan tres películas mexicanas: Club Sándwich de Fernando Eimbcke y de la que ya hablamos en este espacio; Las horas muertas de Aarón Fernández, y Los insólitos peces gato de Claudia Sainte-Luce, de la que nos ocuparemos hoy.

He insistido en la importancia de que las historias se acerquen a la realidad cotidiana de los espectadores. No tengo nada contra las películas sobre superhéroes o las grandes superproducciones en torno a fantasías espectaculares y sofisticadas, pero si un realizador o un guionista quieren tocar el corazón del público deben abordar la vida real, comprendiendo que los espectadores nos identificamos con esa probable humanidad de los personajes que sufren en la pantalla.

Eso es lo que hace la mexicana Claudia Sainte-Luce en su debut en un largometraje con Los insólitos peces gato, un título también insólito en el que cuenta una historia de personajes ordinarios que, de alguna manera, hacen que su circunstancia se convierta en algo extraordinario.

Ximena Ayala, que debutara en el largometraje Perfume de violetas de Marisa Sistach en 2001, y a la que por cierto le hacía falta un personaje protagónico a la altura de su talento, interpreta en Los insólitos peces gato a Claudia, una joven solitaria que trabaja en un supermercado en Guadalajara. Entre demostraciones de ceras para depilar la vida de Claudia transcurre monótona, callada, y dolorosamente vacía.

Un día Claudia va a dar a urgencias de un hospital por una cirugía de apéndice. Ahí conoce a Martha, una madre viuda de cuatro hijos que entra y sale de la sala de urgencias a causa del SIDA que contrajo de su marido. Martha está interpretada de manera excepcional por Lisa Owen, quien por cierto recuerda mucho en su trabajo la puesta en escena de Todo sobre mi madre.

Martha es una mujer sensible, amorosa, optimista, a pesar del proceso crítico por el que atraviesa su enfermedad. De inmediato percibe la soledad de Claudia y le saca conversación de “cama a cama”.

Sin darse cuenta Claudia se convierte en una suerte de amiga, protectora-protegida, hermana, y quinta hija de Martha, cuya familia, superado el primer desconcierto por la llegada de un nuevo y totalmente desconocido miembro, acoge a la joven con cariño y solidaridad. En lo que podría parecer un exceso de confianza hacia una desconocida, y a la inversa, hacia una familia “insólita”, pero equilibrada, ambas mujeres se adoptan mutuamente y dejan que fluya libremente esa conexión casi orgánica que se dio entre ellas desde el primer momento. Se hacen amigas, así de fácil.

Según cuenta la propia Claudia Sainte-Luce directora de la película y autora del guión, todo está inspirado en hechos reales que ella vivió, y su forma de plasmarlos en la pantalla es fresca, espontánea, honesta y, sobre todo, lejos de melodramas y chantajes.

Aunque una de las protagonistas está próxima a la muerte, Sainte-Luce no cae en lugares comunes. Es muy creativa al construir a sus personajes, tanto las protagonistas como los secundarios, los cuatro hijos de Martha, que están acostumbrados a convivir con el dolor, desde la muerte de su padre y ante la cercanía de la de su madre.

Ximena Ayala ha madurado como mujer y como actriz. Hace de Claudia una joven sólida, segura, pero enormemente necesitada de afecto, que a pesar de la soledad y el abandono, sabe ser receptiva del amor de Martha y su familia y, al mismo tiempo, corresponde con su entrega y confianza. Lisa Owen reviste a Martha de fragilidad, pero a la vez la construye como una mujer determinada, optimista, inteligente, perceptiva y amorosa.

Los insólitos peces gato es un relato convincente sobre el amor, la amistad,  la vida, la muerte y la solidaridad. Se aleja de sentimentalismos, y a pesar del cartel que evoca las imágenes de Little Miss Sunshine, se desarrolla en otra línea, quizá menos chantajista, quizá más honesta.

Es francamente recomendable.

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