Caso Narvarte: la hipótesis políticamente incorrecta
Intercambiamos ayer mensajes con el procurador capitalino Rodolfo Ríos. Le expusimos una hipótesis políticamente incorrecta que no podemos descartar: que el quíntuple asesinato en la colonia Narvarte nada tiene que ver con la libertad de expresión. Es cierto que Rubén ...
Intercambiamos ayer mensajes con el procurador capitalino Rodolfo Ríos. Le expusimos una hipótesis políticamente incorrecta que no podemos descartar: que el quíntuple asesinato en la colonia Narvarte nada tiene que ver con la libertad de expresión.
Es cierto que Rubén Espinosa, fotoperiodista torturado y ejecutado, dijo en una entrevista que abandonó Veracruz hace semanas porque temía por su vida. Fue hostigado, acosado y amenazado.
Es cierto, también, que una de las activistas asesinadas responsabilizó al gobernador de Veracruz, Javier Duarte, de lo que pudiera ocurrirle.
Eso es suficiente para abrir una línea de investigación, pero no para sacar conclusiones contundentes sobre los responsables de ese acto de barbarie.
Las acusaciones contra el gobernador de la entidad proliferan en las redes sociales.
Duarte ya fue juzgado y condenado por lo ocurrido el pasado viernes en la calle de Luz Saviñón de esta insegura Ciudad de México (lo digo por experiencia).
Resultaría muy burdo poner en manos de sicarios del gobierno veracruzano al fotoperiodista y a la activista, después de las declaraciones que hicieron. Matar a cinco personas para vengarse de críticas incómodas tampoco hace sentido.
Duarte está en el hoyo.
-¿Y si no fueron sicarios del gobierno de Veracruz, no se estaría tendiendo un manto protector a los verdaderos asesinos? —Preguntamos al procurador Ríos.
-Exacto... nosotros no vamos a parar hasta dar con los homicidas. No voy a permitir que haya impunidad y que eso pase en la Ciudad de México —repuso en un tono que quiso ser enérgico.
-¿Líneas de investigación? —Le preguntamos.
-Todas. Nada descartado —corrigió.
La PGJDF, por cierto, localizó el Mustang rojo 2006, cuya tarjeta de circulación, a nombre de una de las mujeres asesinadas, supuestamente de nacionalidad colombiana, fue encontrada donde ocurrieron los trágicos eventos.
Los asesinos abandonaron el vehículo en Coyoacán, según un comunicado de la PGJDF.
- Rodolfo Ríos había “metido las cuatro” en la reunión que sostuvo el pasado domingo con Rafael Rodríguez Castañeda, director de la revista Proceso; y Pedro Valtierra, director de la agencia Cuartoscuro; medios en los que Espinosa colaboraba, pero también con Daniela Pastrana, de la organización Periodistas de a pie.
El encuentro se realizó a instancias de Patricia Mercado, secretaria de Gobierno.
Valtierra nos contó que el procurador “estaba nervioso” durante el encuentro. Les dijo que había dos líneas de investigación sobre el caso: robo y eventualmente feminicidio.
Rodríguez Castañeda protestó. Preguntó por qué no se incluía una línea relacionada con la actividad periodística de Espinosa, a partir del hostigamiento del que fue víctima en Veracruz.
“El procurador le respondió que Rubén no estaba en funciones de periodista”, acotó el director de Cuartoscuro.
El mismísimo director de Proceso le dijo ayer a Ciro Gómez Leyva que le preocupaba el hecho de que la PGJDF no haya dicho que Espinosa venía huyendo de Veracruz y que pusiera énfasis en la hipótesis del robo.
- Valtierra iba a comer este miércoles con Rubén Espinosa. Ambos querían afinar los detalles del contrato del fotoperiodista con la agencia Cuartoscuro.
El reportero gráfico tenía semanas de haberse mudado de Veracruz al Distrito Federal. Dejó Jalapa por las amenazas recibidas. Buscó refugio en la Ciudad de México. “Ya había decidido quedarse aquí”, aseguró Pedro.
Pero el DF fue su tumba.
La muerte de Rubén engrosó la lista de periodistas asesinados en Veracruz en lo que va de la administración de Javier Duarte. Ya van 15.
El gobernador es reiteradamente responsabilizado de la violencia que ha convertido a esa entidad en la más peligrosa para el ejercicio del periodismo en el país. Lo menos que podemos decir es que ha sido omiso en el tema.
Pero Valtierra, también, tiene dudas sobre los asesinos de Espinosa. No le checa que hayan matado a cinco personas para cobrarse las imágenes críticas del gobernador veracruzano que publicó Rubén.
Más allá de la justa consternación y la rabia que producen eventos como ese, hay activistas que se montan en la tragedia para llevar agua a su molino.
- A Ricardo Nájera le tronó el cuetón antes de asumir la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos contra la Libertad de Expresión de la PGR. Lo agarramos ayer en el proceso de entrega recepción.
Tenía prisa. Nos alcanzó a decir que la Procuraduría General de la República es coadyuvante de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal en el caso del fotoperiodista, pero también que se abrió un acta circunstanciada sobre el caso. “Es todo lo que hay”, resumió.
