Educación o negocio
En 2022 debe haber cupo para 100% de quienes demanden estudios preparatorianos, lo cual parece que se logrará.
CIUDAD DE MÉXICO.
Como todos los años desde hace mucho tiempo, miles de estudiantes que acaban su preparatoria no tienen oportunidad de ingresar a alguna universidad pública por falta de espacios, sobre todo quienes aspiran a ingresar a las universidades federales que son las más demandadas. Lo anterior representa una vergüenza para el Estado mexicano que no ha sabido, ni querido, dar el paso gigantesco que se requiere para que las futuras generaciones estén bien preparadas.
Además, en pocos años nos vamos a encontrar con una terrible contradicción pues, de conformidad con lo aprobado en el Congreso de la Unión, para el año 2022 debe haber cupo para el 100 por ciento de quienes demanden los estudios preparatorianos, lo cual afortunadamente parece que se va a lograr.
Sin embargo, al paso que vamos con la educación superior, para ese mismo año la cobertura de este sistema alcanzará cuando mucho 50 por ciento de la demanda, es decir, que la mitad de los jóvenes que terminen su preparatoria no podrán acceder a la universidad.
En un país con la pobreza y la desigualdad que tenemos, muy pocos de estos estudiantes tendrán acceso a la educación superior pública casi gratuita y difícilmente podrán ingresar a alguna universidad privada con las cuotas que exigen, incluso aquellas a las que se ha denominado “universidades patito”.
Al paso que vamos, para 2022 la mitad de los jóvenes que terminen su preparatoria no podrán acceder a la universidad.
Las cuotas de casi todas las universidades privadas rebasan los 100 mil pesos anuales, monto que la mayoría de las familias mexicanas están imposibilitadas de financiar. La educación se ha convertido en un gran negocio y el mejor ejemplo de ello es que varias de ellas forman parte de fondos internacionales que lo único que buscan es obtener los mayores ingresos monetarios.
Pero no sólo eso, sino que ahora, por lo visto, también quieren piratear a los mejores estudiantes, tal como vimos recientemente con el caso del estudiante Lesthat Manelick Martínez López, con la oferta que le hizo el Tecnológico de Monterrey, misma que no ha sido desmentida por esta institución tan prestigiada en el medio privado y financiada por los grandes capitalistas del estado de Nuevo León.
La actitud y acciones del Tec no son nuevas. Recordemos que en el año 2008 se originó un problema en el futbol americano que obligó a las universidades públicas a separarse, porque la situación era insostenible con el pirateo que hacían de los mejores jugadores, ofreciéndoles beca total y otras prestaciones a cambio de irse con ellos.
Sin embargo, la jugada les salió mal porque la liga que hicieron está a punto de desaparecer, quedando sólo los diferentes campus del Tec. Poco a poco varias universidades privadas se están saliendo para regresar a la liga tradicional. Incluso, este año dos campus del Tec van a participar en la Organización Nacional Estudiantil de Futbol Americano (ONEFA).
El joven Lesthat rechazó la oferta que le hicieron de cubrirle 100 por ciento de la beca para irse a estudiar con ellos, manifestando que era un orgullo haber entrado a la UNAM a estudiar biología en la Facultad de Ciencias. Antes había sido estudiante de otra distinguida institución, el Instituto Politécnico Nacional.
Es tal el desconocimiento del Tecnológico de Monterrey que le ofrecieron irse a cualquiera de sus campus, pero en ninguno de ellos, según su página, se imparte la carrera de biología; es decir, le invitaron a irse a una institución que no tiene la carrera que quiere estudiar. Sus directivos deberían entender que no todo es el dinero; más aún tratándose de educación.
Todo lo anterior nos lleva a insistir en que la educación superior necesita mayor apoyo financiero del que ahora se ha dado, pues si no los jóvenes mexicanos difícilmente tendrán oportunidades de mejorar su vida.
Los rectores de las universidades públicas han alertado de esta necesidad en repetidas ocasiones. Recientemente, el rector de la UNAM, Enrique Graue, manifestó en el Senado que era urgente que para el próximo presupuesto se elevara por lo menos en siete por ciento su presupuesto. Esperemos que su petición sea considerada por el gobierno y los diputados.
