PAN: el indefinido…
A nadie sorprendió que el presidente partidista dejara en claro la necesidad de insistir en temas específicos que garanticen pluralidad, respeto a la libre participación ciudadana, gobernabilidad y, entre otras cosas, desarrollo sostenible.
Previa la instalación de la Asamblea Constituyente capitalina, el pasado 15 de septiembre en el antiguo recinto senatorial de Xicoténcatl, la representación blanquiazul en la misma celebró, ocho días antes, una reunión preparatoria para, además de elegir a Santiago Creel Miranda como su coordinador, escuchar de su dirigente, el (aún) políticamente imberbe Ricardo Anaya Cortés, la línea a seguir en las discusiones de cara a la aprobación de una Carta Magna para la naciente Ciudad de México.
Jueves y viernes anteriores, efectivamente, los quince representantes de Acción Nacional en la recién estrenada instancia legislativa se dieron cita en la emblemática Torre Azul de Reforma para, ahí, definir la agenda, la temática a proponer y defender por ellos en los debates por venir y, claro, para encuadrar el esfuerzo a realizar en el marco de la estrategia global de coyuntura del otrora “partido de las derechas”.
Definido así el objetivo del encuentro, a nadie sorprendió que apenas iniciar actividades fuera el presidente partidista, quien primero hiciera uso de la palabra para, amén de externar su confianza en el trabajo a cumplir por ellos y delinear “la visión humanista…” de la naciente entidad, dejar en claro la necesidad de insistir en temas específicos que garanticen pluralidad, respeto a la libre participación ciudadana en un entorno de respeto a derechos humanos, gobernabilidad y, entre otras cosas, desarrollo sostenible.
Nada hasta ahí parecía alterar el ritmo de una reunión convocada “para poner en común la propuesta a llevar al Constituyente…”.
Nada, hasta que el propio Anaya Cortés, —“en ánimo de ganar en claridad, queremos pensar…”— aludió a la existencia de temas polémicos, controversiales a discutir e incluir en el nuevo ordenamiento, tales como la legalización de la mariguana y los (ahora en boga) llamados matrimonios igualitarios respecto de los cuales, en concreto, aseguró que el PAN no tenía aún una postura, una decisión tomada e, incluso, les habría dejado entrever que el posicionamiento que ellos asumieran (en el debate con sus contrapartes en la Asamblea, se entiende) serviría de base para definir una postura a nivel partido.
Más de uno entre los asistentes, ante la contundente aseveración del queretano, levantó las cejas pero nadie, habría que destacarlo, le contradijo o debatió…
…nadie, muy probablemente, por la certeza existente de que, al margen de lo establecido en el punto 2 de sus Principios de Doctrina aprobados en la asamblea fundacional panista del 15 y 16 de septiembre de 1939, en que se destaca que “la nación no está formada por individuos abstractos ni por masas indiferenciadas, sino por personas humanas reales, agrupadas en comunidades naturales, como la familia…” o bien, por sólo citar otro caso, en el texto revisado (Proyección de…) de aquellos, aprobado en 1965 que refiere a que “la familia tiene como fines naturales la continuación responsable de la especie humana…”, cada vez son más los militantes —la mayoría de sus constituyentes ahora, presumiblemente— para los que, pronunciamientos como los que se mencionan, son (literalmente) letra muerta.
Habrá pues que ver en qué sentido, finalmente, se decanta el voto azul. Será, sin duda un buen parámetro…
ASTERISCOS
* En medio del más ríspido desencuentro en las últimas décadas, entre gobierno e Iglesia, los sacerdotes Alejo Nabor Jiménez Juárez y José Alfredo Juárez de la Cruz, de Poza Rica, Veracruz, unieron sus nombres a los de una docena más de religiosos católicos asesinados durante la actual administración. La exigencia de esclarecimiento pleno de los hechos por parte de la Conferencia Episcopal que preside el cardenal Francisco Robles Ortega no se hizo esperar…
Veámonos el viernes, con otro asunto De Naturaleza Política.
Twitter: @EnriqueArandaP
