¡Gallina!

El juego se basa en la presión hasta que un participante se eche atrás.

El cierre del gobierno en EU es un juego de gallina entre republicanos y demócratas.

En teoría de juegos, el de la gallina es una competencia de automovilismo o motociclismo en la que dos participantes conducen un vehículo en dirección al del contrario; el primero que se desvía de la trayectoria del choque pierde y es humillado por comportarse como un gallina.

El juego se basa en la presión sicológica hasta que uno de los participantes se echa atrás.

La expresión “juego de gallina” se aplica como metáfora a una situación en la que dos bandos se enzarzan en una escalada en la que no tienen nada que ganar y en la que sólo el orgullo evita que se echen atrás.

Y así están ahora. Los republicanos presionando sin votar el presupuesto del año a menos que estén de acuerdo los demócratas en que la reforma al sistema de salud se quede sin fondos y por ello no sea aplicada.

La reforma, mejor conocida como Obamacare, es el sello de Barack Obama. Fue aprobada en 2010; ratificada por la Suprema Corte cuando los republicanos la quisieron echar abajo por la vía jurídica; y de nuevo ratificada cuando Obama fue reelecto.

Pero ahora los republicanos, empujados por una minoría que pertenece al Partido del Té, quieren salirse con la suya como si fueran una mayoría.

En el intento están ganándose la enemistad de la opinión pública, que si bien no concuerda toda ella con Obamacare, tampoco están de acuerdo en que sea vía un chantaje legislativo como se tumben las reformas que no les gustan.

De acuerdo con la más reciente encuesta de The Washington Post, hoy 70% de los estadunidenses están en desacuerdo en cómo están manejando los republicanos de la Cámara de Representantes el conflicto sobre el presupuesto.

Hace una semana era 63% quienes no estaban de acuerdo. La cifra está aumentando al igual que el apoyo al Presidente, quien ha dicho que no cederá frente a los republicanos que quieren chantajear a su gobierno.

De cualquier forma, el escenario es complicado para ambos, ya que Obama es visto como un político que ha fracasado en lo que fue su principal promesa de campaña: acabar con las diferencias en Washington y unir a los estadunidenses.

Pero los republicanos sienten que Obama actúa más como presidente de partido que como un estadista y esto ha colocado a EU en el borde del precipicio en el que se encuentra.

¿Van a seguir acelerando gobierno y republicanos, con la expectativa de que sea el otro la gallina? ¿O van a abandonar esta lucha de poder absurda que amenaza con dejar una crisis económica mundial como saldo al conflicto político entre dos bandos que nada más no encuentran el centro?

Estas preguntas mantienen en vilo al mundo, mientras los políticos juegan a la gallina.

@AnaPOrdorica

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