Retrato hablado: Abu Bakr al-Baghdadi, el enemigo número uno
El líder del Estado Islámico es considerado el enemigo número uno del mundo, ocupando el puesto que dejara el fallecido jefe de Al-Qaeda, Osama bin Laden

CIUDAD DE MÉXICO, 1 de marzo.- Abu Bakr al-Baghdadi, el jefe del Estado Islámico (EI, antes ISIS), es hoy por hoy el enemigo número uno del mundo, ocupando el puesto que alguna vez ostentó el fallecido líder de Al-Qaeda, Osama bin Laden.
De acuerdo con analistas, el objetivo central de Al-Baghdadi, de cuyo verdadero nombre se cree que es Awwad Ibrahim Ali al-Badri al-Samarrai, es crear un califato en Irak y Siria, bajo la estricta aplicación de la Sharia (la ley islámica). Aunque sus seguidores y ataques se han extendido por Europa y Norteamérica.
Tan sólo hay que recordar que el pasado 23 de octubre, Michael Zehaf-Bibeau, un hombre de 32 años, educado en Quebec y que se convirtió al Islam disparó a un soldado canadiense cuando hacía guardia en un monumento en honor a los caídos en la guerra y después atacó el Parlamento.
En Europa, el 11 de enero dos extremistas atacaron la revista satírica Charlie Hebdo, dejando 12 muertos, sólo cinco semanas después, un atentado estremeció a Copenhague: dos personas murieron durante dos ataques, uno de ellos dirigido, presuntamente, contra el caricaturista sueco Lars Vilks.
El verdadero heredero de Osama bin Laden es líder del Estado Islámico, Al-Baghdadi,” escribió en 2014 en el diario The Washington Post, el periodista estadunidense David Ignatius.
El gobierno de Estados Unidos, que encabeza Barack Obama, ha ofrecido una recompensa de diez millones de dólares por la captura de Al-Baghdadi, oferta que ha tenido poca convocatoria, pues el número de extranjeros que se han sumado al Estado Islámico es de aproximadamente 15 mil, según un informe de la CIA.
Las fuerzas castrenses estadunidenses anunciaron en octubre de 2005 la muerte en un ataque aéreo de Abu Dua, uno de los alias de Al-Baghdadi,
pero este reapareció de nuevo en 2010 a la cabeza del Estado Islámico de Irak, el brazo iraquí de Al-Qaeda.
Al-Baghdadi es considerado el “nuevo califa del terror islamista”; es el cerebro de la nueva ola de terroristas no sólo en Siria e Irak, sino también es el artífice de una serie de atentados en Europa y Norteamérica.
Alrededor del líder yihadista se ha levantado un espesa cortina de humo y fantasía que impide tener un perfil completamente fiable de él, pero se cree que nació en la década de los 70 del siglo pasado, en la localidad iraquí de Samarra, a unos 100 kilómetros de Bagdad, de acuerdo con información recabada por la BBC.
Algunas fuentes apuntan a que no es un miliciano de formación, sino que tiene un doctorado en estudios islámicos, incluyendo poesía e historia, por la Universidad de Bagdad.
Al-Baghdadi se ha investido de un aura casi mítica para ganar adeptos a su causa, aunque se cree que combatió contra las tropas estadunidenses durante 2003, cuando entró en contacto con las facciones yihadistas iraquíes, y estuvo preso en Camp Bucca entre 2005 y 2009.
Tras actuar varios años en la sombra, Al-Baghdadi apareció inesperadamente —el 4 de julio de 2014— en un video grabado en Mosul, donde pronuncia un discurso ante los fieles congregados durante la oración del viernes en una mezquita de esa ciudad iraquí conquistada durante la ofensiva lanzada el 9 de junio.
En el video el líder del Estado Islámico, bajo el nombre de califa Ibrahim, ordenó a todos los musulmanes a jurarle obediencia. “Soy el wali (líder) designado para dirigirlos, pero no soy mejor que vosotros. Si piensas que tengo razón, ayudame. Si crees que estoy equivocado, aconsejame y guíame en el buen camino”, dijo un barbudo Al- Baghdadi vestido con turbante y túnica oscuros.
Antes de convertirse en el líder del entonces Estado Islámico para Irak y Siria, fue el jefe de Al-Qaeda en Irak (AQI), en 2010, saltó a Siria para combatir contra el gobierno sirio de Bashar al-Assad en alianza con la facción local, el Frente al Nusra.
Sin embargo, estos negaron tal extremo y juraron lealtad al nuevo jefe de Al-Qaeda, Aymán al-Zawahiri, el egipcio expulsó a Al-Baghdadi de la organización y lo degradó ante el resto de líderes yihadistas. Sin embargo, esto no le amedrentó, y, presionado por la ofensiva de las tropas sirias, regresó a su país al frente de un contingente de entre seis mil y diez mil combatientes.
Al-Baghdadi tiene una reputación como un táctico de batalla altamente organizado y despiadado, que según los analistas hace que su organización sea más atractiva para los jóvenes yihadistas que la de Al Zawahiri, un teólogo islámico.
Bajo su mando, el EI ha instaurado un régimen del terror en las zonas ocupadas en Oriente Medio y ha puesto en marcha una amplia campaña publicitaria en las redes sociales para aglutinar el mayor número de simpatizantes a su causa, de acuerdo con el periodista Borja M. Herraiz.
Mientras, en las ciudades que controlan entre Siria e Irak, todo aquel que les rinde pleitesía recibe protección e incluso se reparten toneladas de caramelos entre los niños.
Algunos le quitan mérito y señalan a antiguos combatientes del derrocado dictador iraquí Saddam Hussein como los verdaderos responsables del imparable avance por Irak. Lo cierto es que AlBaghdadi está al frente de lo que muchos consideran que ya es la fuerza terrorista mejor preparada de Oriente Medio.
Y sus alcances apenas comienzan a descubrirse, mientras una coalición de potencias mundiales, encabezada por Estados Unidos, realizan ataques aéreos para tratar de frenar las ambiciones expansionistas de Al-Baghdadi, él ha comenzado a acechar Libia y a tener mayor influencia en África.
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