A 100 años de Klaus Barbie
Fue uno de los miembros más sanguinarios de la Gestapo, con más de 11 mil asesinatos

CIUDAD DE MÉXICO, 25 de octubre.- Se cumplen hoy 100 años del nacimiento del Carnicero de Lyon, Klaus Barbie, uno de los miembros más sanguinarios y escurridizos de la Gestapo, calificativos que sus más de 11 mil asesinatos y los 16 años que esquivó a la justicia avalan.
Durante su juventud abrazó la fe e incluso sintió la llamada al sacerdocio. Sin embargo, a los 19 años cambió la cruz por la esvástica y comenzó su carrera en la Gestapo.
Sus méritos lo llevaron a encargarse de la zona rebelde de Lyon (Francia), donde usó técnicas como inyectar ácido en los pulmones de sus víctimas, ahogar en agua congelada o su predilecto: el salto mortal. En éste, situaba a la víctima sobre una escalera para que con un tiro de gracia tuviese una caída perfecta.
Entre sus miles de crímenes destacó la “limpieza” de un orfanato de las afueras de Lyon, donde mandó a Auschwitz a 44 niños judíos.
Tras la caída del régimen nazi, el juicio contra Barbie fue sobreseído por falta de pruebas. No lo dudó, tras eludir la condena huyó como vagabundo hasta engrosar durante años las filas de espías de la CIA.
Cuando dejó de ser útil para el gobierno de Estados Unidos, comenzó su éxodo por América Latina usando el nombre falso de Klaus Altmann (apellido del rabino de su pueblo).
Pasó por Perú, aunque las presiones políticas le obligaron a huir a Bolivia donde fue uno de los líderes del crimen organizado durante años.
Allí fue protegido por diversos regímenes militares y a cambio compartía sus conocimientos sobre cómo tratar a los opositores.
Mientras se sentía intocable en Bolivia, Serge y Beate Klarsfeld, una pareja de cazadores de nazis, dsesarrollaron por más de 15 años un juicio mediático y una persecución incansable en su contra.
El resultado favorecido por el cambio de régimen en Bolivia fue la deportación de Barbie, quien insistía en su inocencia y no reconocía su identidad pasada, a la Guayana Francesa. Una vez en territorio francés fue enjuiciado y condenado a cadena perpetua. Sin embargo, su pena fue de 4 años; ya que la leucemia firmó su sentencia de muerte.
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