Sergio Ramírez recibe el Premio Internacional Carlos Fuentes
Enrique Peña Nieto, presidente de México, reconoció la ansiedad y sensibilidad del autor nicaragüense por cambiar al mundo

CIUDAD DE MÉXICO, 24 de febrero.- Para el narrador y ensayista Sergio Ramírez (Masatepe, Nicaragua, 1942), la novela es un descenso al infierno de cada vida, cada cuerpo mutilado e incinerado; el escritor se asume como un cazador de monstruos y al final la literatura sólo existe por una razón: para hacer preguntas.
Así lo dijo ayer luego de recibir el Premio Internacional Carlos Fuentes a la Creación Literaria en Idioma Español, en una ceremonia donde se dio cita una parte de la comunidad intelectual en el vestíbulo del Museo Nacional de Antropología.
El premio, que fue instituido en 2012 para rendir homenaje a Carlos Fuentes (1928-2012), incluye una escultura del artista plástico Vicente Rojo y un estímulo económico por 250 mil dólares, fue entregado ayer por el presidente Enrique Peña Nieto.
En su discurso, Ramírez aseguró que para él México no sólo es un país que le ha dado la bienvenida a los exiliados centroamericanos, sino su patria literaria. “México es mi patria literaria, desde que Juan Rulfo me enseñó que la desolación de Comala era también la de América Latina, repetida en la urdimbre de murmullos de sus muertos”, sin dejar de lado la prosa de Alfonso Reyes y los laberintos poéticos de Xavier Villaurrutia y Octavio Paz.
Después habló sobre el oficio del novelista, al que definió como “esa especie de cronista de la violencia y las revoluciones”, como lo hiciera Fuentes en su momento. De paso recordó al escritor portugués José Saramago, para quien este oficio significaba levantar piedras.
“Así que no es mi culpa si debajo de esas piedras lo que encuentro son monstruos que quedan al descubierto; el escritor no es otra cosa que un cazador de monstruos”.
Añadió que a lo largo de su historia, “la palabra ha luchado por defenderse de las imposiciones intransigentes, las dictaduras militares, los autoritarismos mesiánicos, los sectarismos religiosos, los nacionalismos extremos, la veleidad desde el poder económico, la intransigencia dogmática y las ideologías totalizantes que pretenden imponer un pensamiento único”.
Y alertó que en nuestros días la violencia que vive América Latina no busca una transformación social. “No es una violencia que busque transformar la sociedad para hacerla más justa, sino una violencia criminal para envilecerla, pero tiene la misma raíz: la pobreza… para entrar en el siglo XXI debemos dejar atrás primero el siglo XIX”.
El autor de Margarita está linda la mar, Flores oscuras y Juan de Juanes también habló sobre el poder soberano del libro y la imaginación. “Puede ser que un libro no cambie el mundo, pero sí a quien lo ha escrito y a quien lo lee, porque la imaginación tiene un poder soberano”.
Así que “un libro debe ser para un escritor un territorio libre de imposiciones, libre de la cobardía, la autocensura y, al mismo tiempo, libre de la pretensión de imponer verdades, pues toda verdad siempre estará sujeta a revisión, porque las creencias eternas se vuelven inmóviles y la inmovilidad significa la muerte”, aseguró.
Por último, se refirió a Carlos Fuentes, el escritor que pintó con palabras un mural en movimiento, donde coincidieron historia e imaginación.
“Pero al pintar la historia de México con colores de la imaginación, que nunca desprecia la realidad, pintaba también a América Latina y nos enseñaba en su visión ecuménica que somos un organismo vivo de vasos comunicantes, realidades, sueños y derrotas, desilusiones y esperanzas compartidas, porque nuestra identidad está en la diversidad”.
Plumas y espadas
Durante la ceremonia, Rafael Tovar y de Teresa, titular de Conaculta, comentó que, en aras de la pluralidad y la transparencia, para este premio se convocó a la Academia Mexicana (AML) y la Real Academia Española de la Lengua (RAE).
Aseguró que la obra del autor nicaragüense se ha empapado de realidad y ha celebrado la ficción, por lo que “en la vasta lengua de la “ñ”, Sergio Ramírez nos dice: una lengua se nutre de dos vertientes, la calle y la literatura; ambos espacios constantes de invención”.
Para cerrar la ceremonia, el presidente Peña Nieto felicitó a Ramírez y expresó que con este premio galardona a los exponentes de las letras en el ámbito internacional.
Luego recordó que, en la historia universal, grandes personajes se decidieron a transformar su sociedad, pero en algún momento enfrentaron el dilema de inclinarse entre la pluma o la espada, tal como sucedió con Miguel de Cervantes Saavedra, Napoleón Bonaparte y el propio Vicente Riva Palacio.
Y aseguró que la palabra es inspiración y acción. “Así lo han demostrado grandes autores como Carlos Fuentes, que con pensamiento profundo y poderosa escritura advirtió a sociedades y gobiernos sobre los grandes desafíos y retos de la humanidad; o como Mario Vargas Llosa, Nobel de Literatura, quien ha alzado su pluma contra el autoritarismo”.
En la ceremonia estuvieron Emilio Chuayffet, secretario de Educación Pública; José Narro, rector de la UNAM; Jaime Labastida, director de la AML; Silvia Lemus, viuda de Carlos Fuentes, la diputada Margarita Saldaña y el escritor Alberto Ruy Sánchez.
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