Esperanza López Mateos cuestiona suicidio de hermana radical

La escritora Adriana González Mateos explora el misterio que hay tras la muerte de la familiar “incómoda” del expresidente Adolfo López Mateos

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CIUDAD DE MÉXICO, 20 de enero.- ¿Esperanza López Mateos se suicidó o fue asesinada? De esta pregunta parte la primera novela policiaca de la escritora Adriana González Mateos (1961), en la que explora el misterio que ha rodeado a la muerte de la hermana “radical, incómoda” del ex presidente Adolfo López Mateos.

“Inteligente, rubia, bella, activa, comprometida, luchadora social”, la traductora al español de la obra de Bruno Traven y cuñada del fotógrafo de cine Gabriel Figueroa amaneció muerta en su casa de Coyoacán en 1951 de un tiro en la nuca.

“Su muerte oficialmente fue un suicidio, pero desde el principio existieron rumores de que fue asesinada. Incluso, al interior de mi familia aún subsisten éstos, por eso decidí escribir una novela policiaca sobre su vida”, afirma en entrevista la sobrina nieta de Esperanza. “Ella era prima de mi abuelo Juan Antonio Mateos”.

González Mateos comenta que desde niña le intrigó esa mujer que descubrió en una fotografía en la recámara de su abuela, cuya historia ha sido olvidada. “El misterio rodea su vida. No se sabe en qué año nació, si en 1906 o 1908, y si su padre era Mariano Gerardo López o el español Gonzalo de Murga y Suinaga”, agrega.

“Para mí ella fue un gran descubrimiento. Hace años empecé a averiguar datos y encontré varias fotografías. Ví que era una mujer muy interesante y me sorprendió que fuera una desconocida. Ella está prácticamente olvidada. Es la razón por la que escribí esta novela. Ni siquiera tiene un artículo en Wikipedia”, añade.

Quien realizó un doctorado en la Universidad de Nueva York lamenta que, en general, las mujeres desaparecen de la Historia. “Hay una tendencia a ir pasando por alto lo que las mujeres hemos hecho. Nos enteramos de lo que hacen y piensan los hombres y el caso de Esperanza es el mismo de otras mujeres, que van quedando en el olvido. En la historia que conocemos sólo intervienen los grandes hombres, por eso quise dar mi visión femenina”.

La autora de la novela El lenguaje de las orquídeas (2007) recrea, a la par de la vida de la defensora de los mineros de Nueva Rosita (Coahuila), el México de los años 50 desde la óptica de la cultura, la política y la nota roja.

Dice que Otra máscara de Esperanza explora en el posible asesinato de su tía-abuela. “La novela trabaja, por una parte, con hechos comprobados, con las versiones oficiales, y, por otra, sigue dos hipótesis de por qué fue asesinada”.

Una de ellas, señala, es que los mismos que reprimieron de manera violenta la huelga de los mineros, quienes encabezaron una marcha en la Ciudad de México, “a lo mejor dieron un paso más y la liquidaron”, pues ella llegó a recibirlos en su casa.

“Una vez que se declaró ilegal su movimiento y los huelguistas fueron derrotados, les pidieron que se regresaran a Coahuila y los mandaban en un tren para ganado. Ellos, con razón, se sintieron insultados y lograron irse en autobuses. Pero, misteriosamente, esos trenes con ganado, en donde debían ir, se volcaron”, indica.

Y la segunda hipótesis en la que hurga la también cuentista es que desde la esfera de la política se ordenó su desaparición. “Cuando muere, su hermano Adolfo es senador y un año después será nombrado secretario del Trabajo en el gabinete de Ruiz Cortines. Es un político en ascenso, identificado con el régimen y con don Isidro Fabela, el fundador del grupo Atlacomulco. Y es ese momento aparece una persona incómoda para quien sería presidente del país de 1958 a 1964. Tener una hermana radical habría sido un poco conflictivo. Pero de ahí a decir que ellos la asesinaron, no lo puedo comprobar. Pero ese es el ambiente de sospecha que se vivió”.

La narradora utiliza a un personaje central, el agente del Ministerio Público Marco Tulio Aldama, quien a través de sus entrevistas con todos los involucrados arma desde la ficción una versión distinta de los hechos.

“Me di cuenta de que el personaje estaba en una posición muy difícil, porque lo que se esperaba de él no es que resolviera el misterio, sino que contribuyera a promover la versión oficial del suicidio. Se encuentra atrapado, pero al final decide romper con todo y alejarse”, concluye.

Huelga en Nueva Rosita

La Huelga de Nueva Rosita fue un movimiento laboral que tuvo lugar en 1950 en el mineral de Nueva Rosita, Coahuila, en contra de la empresa Mexican Zinc Co, filial de la American Smelting and Refining Co.

Ésta había recortado las prestaciones de los trabajadores, además de que las condiciones laborales en la mina eran deplorables. En septiembre de ese año, los mineros emplazaron a huelga, pero la Junta de Conciliación y Arbitraje de la Secretaría del Trabajo declaró improcedentes las demandas. Los patrones contrataron a mil 500 esquiroles y despidieron a los huelguistas. Nueva Rosita fue sitiada por el Ejército y los soldados patrullaban las calles. El conflicto se prolongó por seis meses.

La Mexican Zinc Co., que controlaba la tienda de abasto y el servicio médico, le negó la atención a los huelguistas y a sus familias. 27 niños murieron de hambre. Ante tal situación, los mineros emprendieron, el 10 de marzo de 1951, la Caravana del Hambre, que llegó hasta la Ciudad de México.

Los mineros acamparon en el Deportivo 18 de Marzo, el cual fue rodeado por la policía, acto que fue considerado el encarcelamiento masivo más grande en México.

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