Reúnen 90 años de trova yucateca
El surgimiento de una clase media, producto de la supresión del esclavismo en Yucatán, permitió que el género viviera una época dorada entre 1920 y 1950

La canción yucateca es producto de la anulación de la esclavitud y heredera de los trovadores provenzales. El surgimiento de una clase media, generada por la supresión del esclavismo en Yucatán, permitió que la canción local viviera una época dorada entre 1920 y 1950, afirma el investigador y escritor Roger A. Martínez, autor de La magia de la canción yucateca. Noventa años de historia:1890-1980 (DGP/Conaculta, 2014), en donde hace un repaso de los nombres y acontecimientos que permitieron el surgimiento y desarrollo del género romántico.
En 1914 se suprime el servicio forzoso de deudas, que era lo que permitía la esclavitud en las haciendas yucatecas. Durante 50 años los criollos y mestizos que quedaban se dedicaron a denostar a los indígenas y eso permitió en la época del oro verde (henequén) en Yucatán que 50 familias tuvieran 150 mil esclavos, cuando eso se suprimió en 1914 empezó a surgir a grandes pasos la clase media; a su vez, eso posibilitó que en Yucatán surgieran tantos poetas y tantos compositores”, afirma en entrevista.
Martínez Peniche ha dedicado más de 16 años a elaborar el libro. “Pensé que tenía que hacer algo cronológico que explicara cómo fueron surgiendo las canciones y qué pasaba en esa pétrea península durante ese espacio y así empezamos a hacer investigaciones”.
El autor consultó a su propio padre, quien durante más de 80 años recolectó datos sobre lo que pasaba en la zona. “Luego me asesoré con mi tío abuelo Ricardo López Méndez, autor del poema México creo en ti, y con él platiqué largo y tendido; también entrevisté a Edgardo Peniche, un diletante y enamorado de la trova que creó varios bambucos”, explica.
El investigador parte de que Yucatán era una zona prácticamente apartada del resto del país. “Se señala en el libro que nosotros éramos una parte de México totalmente distinta, hasta 1955 no se podía llegar a Mérida por tierra, los barcos que salían de Mérida sólo movían 60 o 70 habitantes, la aviación no existía; no éramos separatistas, estábamos realmente separados”.
En el surgimiento de la canción que cultivó Ricardo Palmerín y Guty Cárdenas coincidieron varios factores: dice Martínez que la conquista del territorio peninsular no la realizaron hombres del Renacimiento sino de la Edad Media, quienes habrían heredado la facilidad para versar.
A nosotros no nos conquistaron hombres del Renacimiento sino hombres de la Edad Media que tenían costumbres de los trovadores provenzales que le cantaban a una mujer etérea, lejana (“Yo sé que nunca besaré tu boca, tu boca de púrpura encendida, yo sé nunca que nunca llegaré a la loca y apasionada fuente de tu vida”), así se mantuvo esa corriente en Yucatán durante 400 años, incólume, sin tocarla”.
Esta tradición, afirma, y el surgimiento de esa nueva clase media fueron el caldo de cultivo para la trova. “Definitivamente surge en la clase media y es la mezcla de la cultura maya con lo español; el acento yucateco se empezó a dar alrededor de 1890, pero hizo explosión alrededor de 1914. Su ritmo y clamor proviene de los trovadores provenzales y de la mezcla maravillosa de la grandeza y la sencillez de los mayas con el estudio y la capacidad literaria de los españoles. Los yucatecos siempre recurren a los grandes maestros de la literatura mundial, a un grado tal que su vuelo semeja a una golondrina: por un lado está la poesía y por el otro la música y el vuelo es perfecto”.
¿Pero cómo se encuentra la canción yucateca después de 90 años?, se le pregunta al autor. “Queramos o no, el compositor que ha manejado la música romántica en los últimos 50 años se llama Armando Manzanero, tiene 25 éxitos mundiales, ha creado escuela y siguen y siguen surgiendo músicos. En Yucatán hay una nueva religión en la que la diosa es la mujer y el compositor es el sacerdote”, afirma.
Con prólogo de Roberto Mac-Swiney Salgado y prefacio del propio Manzanero, el libro de Martínez se divide en tres partes: en la primera se ocupa de la época de los precursores que ubica entre 1890 y 1920 y habla de los orígenes mayas, así como de las condiciones sociales y económicas de la región en esa etapa; posteriormente se ocupa de la época dorada que llega hasta 1950 y en el que se da la creación de las más famosas canciones románticas y de los compositores más afamados como Huay Cuuc, Pepe Domínguez, la Orquesta Típica Yukalpetén, Ricardo Palmerín o el trío Los Panchos.
La época de la Sociedad Artística Ricardo Palmerín abarca de 1950 a 1980; el volumen se compone con una colección de anécdotas en torno a la canción yucateca, un breve cancionero y poemario, así como una bibliografía básica en torno al tema.
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