El Bordo Poniente causa miocarditis, vómitos, cáncer...

Habitantes de las zonas aledañas sufren las consecuencias del mal manejo

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CIUDAD DE MÉXICO.

El mal manejo y saneamiento del exrelleno sanitario Bordo Poniente, además del problema ambiental que representa, tiene efectos nocivos serios en la salud de la población que vive en colonias aledañas, así como incomodidades para toda la ciudad, principalmente por el mal olor que se expide y dispersa durante la tarde y noche casi todos los días, advirtió Pablo Solís, especialista en Salud Pública de la Facultad de Medicina de la UNAM.

Dijo que los más comunes e identificados por la población afectada son dolor de cabeza, de estómago y el desarrollo de alergias, debido al fuerte olor que produce la planta de composta, la presencia de fauna nociva que contamina alimentos y las partículas en el aire que dañan piel y vías respiratorias.

“Vivir cerca de un relleno sanitario no es recomendable, pero para muchos es inevitable. Aunque por norma las zonas habitacionales deben estar al menos a 400 metros a la redonda, en Bordo Poniente la primer colonia está a 100 metros, por lo que los impactos nocivos son directos”, indicó.

Un ensayo realizado por investigadores del Centro Molina para Estudios Estratégicos sobre Energía y Medio Ambiente indica que quienes viven en zonas aledañas al bordo durante todo el año perciben olores desagradables y fauna nociva, y las relacionan con enfermedades y malestares como la cefalea, vómito, hipertensión, dolor abdominal y miocarditis.

Señalan que elementos provenientes del relleno sanitario como el benceno, tolueno, cloruro de vinilo, dicloroetano y cloroformo, entre otros, son clasificados como cancerígenos.

El especialista de la UNAM reconoció que no hay una estadística específica sobre los efectos de la contaminación que emite el relleno sanitario, y los centros de atención médica tanto del Estado de México como de la Ciudad de México que se ubican en la periferia no reportan una relación específica de la sintomatología, aunque de manera informal sí advierten a los pacientes que se debe a las condiciones de la zona.

“En los reportes que emiten las secretarías de Salud local y del Estado de México no marcan una correlación directa, pero sí existe y los médicos en consulta recomiendan prevenir la exposición, aunque para muchos de los que ahí viven es inevitable someterse a esta”, apuntó.

Hasta el momento, se carece de una medición focalizada de lo que se emite dentro del bordo, aunque estiman 150 mil toneladas de gas metano al año, pero en cuanto a partículas y otros contaminantes no hay detalles.

El registro más cercano de lo que ahí ocurre lo realiza el Sistema de Monitoreo Atmosférico, que pertenece a la Secretaría de Medio Ambiente de la ciudad, a través de las estaciones Nezahualcóyotl y La Paz, cuyo rango de medición se acerca al perímetro del lugar, pero se combina con otro tipo de emisiones, por lo que no hay un dato preciso.

Por su parte, Rafael Estrada, ingeniero ambiental del Instituto Politécnico Nacional, comentó que el mal olor que expide el lugar y que desde las tardes, por la noche y gran parte de la madrugada se dispersa por toda la capital, proviene de la Planta de Composta de la Ciudad de México que trabaja a su máxima capacidad y tiene demasiado material en espera de ser tratado.

En dicho espacio, cuya extensión es de 38 hectáreas, ingresan en promedio al día dos mil toneladas de basura orgánica que se descompone y genera olores desagradables durante el proceso de composteo que tarda alrededor de 60 días, y otros 30 días para su maduración y uso como abono en áreas verdes.