Centro Cultural, un mar de lava y arte universitario
Uno de los espacios más nombrados por los capitalinos y quizá, también, menos explorados por su terreno agreste

CIUDAD DE MÉXICO, 30 de agosto.- “Bésame, rápido. Luego te cuento”, escrito con un ya no muy visible corrector de tinta en Las serpientes del Pedregal, escultura de Federico Silva que atraviesa el entorno del Centro Cultural Universitario (CCU), puede leerse inscrito en lo más alto de la serpiente de piedra volcánica.
Montar en una serpiente de lava petrificada del volcán Xitle, activo hace aproximadamente mil 600 años, es posible con breves brincos entre cada una de sus articulaciones pétreas enclavadas en el CCU de Ciudad Universitaria, al sur de la ciudad.
Uno de los espacios más nombrados por los capitalinos y quizá, también, menos explorados por su terreno agreste; territorios ocultos entre esculturas geométricas de gran dimensión y matorrales xerófilos, más propios de reptiles que de universitarios que aprovechan sus recovecos para enamorar.
El Espacio Escultórico del CCU fue propuesto por el mismo Federico Silva en 1977 e inaugurado el 23 de abril de 1979. Enclavados en sus terrenos se encuentra una mezcla de cultura, arte, estética y ecología que se expresa a través de salas de cine y música, de teatros, foros, librerías, museos y esculturas al aire libre que se ubican a un lado de la Biblioteca Nacional y dan forma al Espacio Escultórico de Ciudad Universitaria
Los jardines que ganaron espacio al terreno seco de la roca volcánica reciben a familias y a grupos de universitarios que dejan atrás las aulas de las facultades, en ocasiones tan opacas, para dibujar entornos arquitectónicos in situ, elaborar escenografías sobre trenes progresistas y también abrazar árboles.
Cada desnivel del complejo cultural arroja al caminante a un nuevo entorno: el Museo Universitario de Arte Contemporáneo, la Sala Nezahualcóyotl, el teatro Juan Ruiz de Alarcón, el foro Sor Juana Inés de la Cruz, la sala José Revueltas y la Hemeroteca Nacional, entre otros espacios.
El corazón del complejo del CCU se llena de visitantes los fines de semana, que aunque no pueden acceder al Paseo de las Esculturas, abierto únicamente de lunes a viernes de 8:00 a 16:00 horas, sí pueden disfrutar de exposiciones, un paseo en la librería Julio Torri o unos molletes en la terraza del restaurante Azul y Oro.
A unos metros de ahí, cruzando el circuito Mario de la Cueva, se localiza el centro del cosmos del mundo prehispánico: un círculo de 120 metros de diámetro conformado por 64 basamentos monumentales, al centro nuevamente una marea de lava petrificada y en sus puntas uno de los miradores más hermosos del sur de la ciudad.
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