En Cuba, el futbol es de niños

Aunque el beisbol es el deporte que más despierta interés entre la población de la isla, cada vez es más frecuente ver a los niños en las calles jugando futbol

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CIUDAD DE MÉXICO, 16 de marzo.- En uno de sus ratos de tregua, mientras preparaba la batalla de Santa Clara, Ernesto Che Guevara jugaba ocasionalmente al futbol. Era 1959. Esta anécdota, sumada a la expedición de cubanos que jugaron el Mundial de Francia 1938, es lo que quedaba de futbol en la isla.

Otra cosa: lo más cercano que se tenía de futbol en un país en el que el beisbol arrasa eran las visitas de Diego Armando Maradona al presidente Fidel Castro y, ocasionalmente, la información del país que quedaba campeón del mundo.

Ahora es distinto. En las calles de La Habana es común observar a niños con playeras del Real Madrid o del Barcelona, “aunque en realidad codician cualquier camiseta de futbol de la marca que sea”, afirma Ariel B. Coya, jefe de deportes en el diario Granma en La Habana.

El beisbol sigue siendo el deporte rey en la isla. Son usuales los ecos por los jonrones y los recuerdos de los tres oros olímpicos gracias a la pelota caliente, pero desde 2013 a la fecha el futbol ha ganando simpatías.

“Cuando la selección Sub 20 ganó su pase al Mundial de Turquía 2013 y nuestros muchachos forzaron a México hasta los penales en los Juegos Centroamericanos de Veracruz, hubo una implosión, porque ganamos el bronce”, comenta el comisario de la Asociación de Futbol de Cuba, René Pérez.

El reciente anuncio del partido del Cosmos de Nueva York ante la selección cubana el 2 de junio en el Estadio Pedro Marrero, un inmueble con capacidad para 28 mil espectadores, ha despertado interés entre los isleños.

“Es una realidad que cada vez más chicos se interesan por el futbol. Ahora es cotidiano verlos en las calles con un balón de futbol, aunque el beisbol, por ser una bandera política, sigue siendo lo más importante”, cuenta Gustavo Borges, periodista cubano de la agencia internacional EFE.

Hay zonas de Cuba en las que con soltura y brillo se practica desde hace varios años el futbol.

“Por ejemplo, Villa Clara, en el occidente, un sitio montañoso, no tan cálido, con una meseta de 630 metros sobre el nivel del mal, ahí donde jugaba el Che Guevara. De ese sitio es el equipo que más títulos tiene en la liga, el Villa Clara, con 10”, cuenta René Pérez.

Orientados hacia otros deportes como la gimnasia, el box o el atletismo, los cubanos tienen poca memoria para el futbol. En 1938 se clasificaron por primera y única vez al Mundial de ese año en Francia y en 1991 jugaron la final de Concacaf, representados por el equipo Pinar del Río, que perdió ante el América.

Cuba, como en la edición de 2011, volverá a encontrarse con  la selección de México para la Copa de Oro en este año en la fase de grupos. La vez anterior perdió 5-0.

“Somos una liga de 10 equipos. Nuestros estadios no están estructurados para transmisiones de televisión. Los juegos se hacen siempre en sábado para no entorpecer con el calendario del beisbol, pero aun así hay un auge gracias a los éxitos del 2013 a la fecha”, comenta Pérez.

En 2010, la Bundesliga abrió la puerta para que los cubanos vieran partidos por televisión. Actualmente, por medio del canal deportivo Tele Rebelde, se ven los de la Liga española en vivo, “y los partidos de Champions League pasan diferidos. Los chicos quieren ser Messi o Cristiano y muchos de sus familiares les mandan las playeras de otros países. Así es, pero aún faltan algunas barreras que derribar”, finaliza Pérez.

Picao Arnauda y la vieja guardia

No se demoró Edelmiro el Picao Arnauda, un cubano en el futbol mexicano, en demostrar su valía.

En tres cortos años ascendió de la Tercera División al máximo circuito a los Halcones de Oaxtepec, de 1979 a 1982, y tuvo, entre otros, a jugadores como Ricardo  La Volpe, Alberto Jorge, Sergio Lira y Víctor Manuel Vucetich.

Sin embargo, en Francia 1938 viene un recuerdo en sepia que se conserva con alfileres, el de Cuba accediendo a los cuartos de final.

Era otro tipo de competencia que se jugaba a eliminación directa. Los cubanos quedaron enfrascados en un duelo ante Rumania, que empataron a tres en tiempo extra con un gol agónico de Juan Tuñas.

Se fueron a un segundo partido y vencieron 2-1, pero se encontraron después a los suecos, que los vapulearon 8-0.

Uno de los héroes de esa selección, Juan Tuñas, vino a México en 1940 para jugar con el España. Tras él vinieron tres más: Antonio Bolillo Rodríguez, Manuel Cubanaleco Gil y el portero Juan Ayra.

El hijo de Juan Tuñas, Manuel, recuerda que “era raro que un cubano fuera fichado por el España en México, pero mi papá hizo 28 goles con su equipo en su última temporada en Cuba, su más cercano perseguidor hizo 14, entonces era fácil deducir que necesitaban un goleador y lo encontraron”.       

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El cartel que reconocía a Cuba en el Mundial de Francia 1938.  Foto: Especial