Piratería de libros, un crimen que deja miles de víctimas en México

“¡Chécale!, ¡algún título en especial?”, “¡más de mil libros en un CD!”, son algunas de las frases recurrentes que suelen escucharse o leerse en puestos que ofertan libros piratas físicos y digitales en Centro Histórico de la Ciudad de México, en ocasiones, a menor precio que en librerías; sin embargo, esta actividad resulta ser un crimen con muchas víctimas: miles de familias que dependen de la industria editorial.

Y es que detrás de un libro hay escritores, editores, formadores, correctores, diseñadores, libreros, y más personas, por lo que se estima que cerca de 400 mil familias dependen de la industria editorial y a todas ellas las afecta la piratería, incluso al Estado, pues no hay pagos por derechos de autor ni de impuestos, por ejemplo.

Por lo anterior, en el marco del Día Internacional del Libro, la presidenta del Consejo Directivo de la Coalición por el Acceso Legal a la Cultura (CALC), Quetzalli de la Concha Pichardo, llamó a los lectores a adquirir productos oficiales para apoyar a quienes producen éstos y con ello hacer frente la piratería —que de acuerdo con el Instituto Belisario Domínguez del Senado, podría estar ligada al crimen organizado—.

“Este Día Internacional del Libro ojalá también sirva como un recordatorio para decir: ‘voy a poner mi granito de arena y voy a ir a comprar un libro’, porque cada libro que se compra es un apoyo para un autor, para todas las familias que dependen de la industria editorial.

Como sociedad estamos invitados a hacer equipo y a rescatar a nuestros escritores y editores de México, lo necesitan mucho. Fueron años muy difíciles, estos años de pandemia que casi son tres años de estar en una situación atípica y extraña que no termina aún de aterrizar”, dijo en entrevista con Excélsior Digital.

Detalló que esta problemática no sólo afecta a los libros, sino también a las industrias del audio y video, que en suma, cerca del 80 por ciento son empresas pequeñas y medianas “que hacen un gran esfuerzo por sobrevivir” aun frente la crisis sanitaria que se vive y que terminó por acabar con algunas de esas firmas.

La abogada resaltó la importancia de estas industrias en la cultura del país, ya que, afirmó, por ellas México es el único país latinoamericano dentro de los 20 principales exportadores de cultura en el mundo.

“Es un orgullo, pero hay todo que colaborar para que ese orgullo siga siendo posible”, dijo.

SUBE LA LECTURA DIGITAL… PERO MUCHA ES PIRATA

Nuestro país es uno con un gran número de lectores y durante el confinamiento a causa de la pandemia por covid-19, de acuerdo con el Módulo sobre Lectura 2021, el 43 por ciento de la población alfabeta mayor de edad leyó al menos un libro en los últimos 12 meses, 0.8 por ciento más que en 2019 y 2 por ciento más que en 2020.

Hoy día es más común que haya personas que aprovechan la tecnología para leer, muestra de ello es que el estudio desveló que entre 2016 y 2021 creció el porcentaje de la población que lee libros digitales, al pasar de 7.3 por ciento a 21.5 por ciento; es decir, un incremento de 194.5 por ciento.

No obstante, aunque los datos parecieran ser alentadores en este último indicativo, la realidad es que 48 por ciento de los materiales que se lee de manera virtual se debe diversas formas ilegales de difusión de éstos, de acuerdo con el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial.

Entre las principales formas no legales en las que se difunden materiales editoriales están los siguientes:

• Piratería digital
• Reproducción y difusión ilegal
• Páginas web con archivos “gratuitos” en PDF
• El compartir por redes sociales libros electrónicos

De la Concha Pichardo, vicepresidenta del Centro Mexicano de Protección y Formato de los Derechos de Autor (CeMPro), lamentó que pese al incremento de lectura en formato digital, el incremento en la facturación de libros virtuales no sea similar, pues consideró que ello se debe a los distintos tipos de divulgación de éstos.

“Se sigue leyendo mucho porque lo necesitamos para aprender, por educación, por cultivarnos, por cultura, y yo diría que hasta por supervivencia emocional, entonces, sí aumentó la lectura, pero no la venta de libros, eso sí es algo preocupante.

Esto es porque tenemos un problema de consumo ilegal, de piratería, de sitios piratas que parecen como crímenes sin víctimas, pero tiene muchas, al final hubo editoriales que tuvieron que cerrar, autores que ya se tuvieron que preguntar si se tienen que dedicar a otra cosa, una disminución importante de la venta de libros”, sostuvo.

COMBATE A ESTE ‘CRIMEN ORGANIZADO’

En este Día Internacional del Libro, De la Concha Pichardo no sólo llamó a reflexionar sobre las afectaciones de la piratería a la industria editorial, sino a trabajar sociedad, organizaciones y autoridades para hacer frente a la problemática.

Reconoció que México está estancado en lo que se refiere al combate a la piratería pese a las denuncias contra ésta, así como de sitios en los que se comercializa, por lo que se requiere de autoridades conscientes sobre las repercusiones.

Las autoridades deben tomar muy en cuenta este problema, que además es delincuencia organizada, no es cosa menor, un artículo pirata hoy, mañana es tráfico de drogas, de personas… porque es delincuencia organizada”, mencionó.

Si bien la presidenta del CALC resaltó los esfuerzos de esta coalición, así como de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana, el CeMPro y el IMPI, reconoció que aún hay mucho qué hacer pues las cifras de piratería aún no van a la baja.

Además, solicitó el apoyo de la ciudadanía para dejar de adquirir estos libros que se comercializan de manera ilegal con el objetivo de que “la delincuencia ya no va a mirar a robar el trabajo creativo de los autores”.

*jci