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Nacional

Niño de 14 años aprende a ‘limpiar’ las calles de templarios

Tiene 14 años y desde hace dos no va a la escuela, todos lo conocen como 'Kika', ahora forma parte de los grupos de autodefensa de Antúnez

Miguel García Tinoco/ Corresponsal | 13-02-2014

PARÁCUARO, 13 de febrero.— Kika, es un adolescente de 14 años; no va a la escuela desde hace dos años, pero en la calle aprendió a odiar a Los Templarios y ahora forma parte de los grupos de autodefensa de Antúnez, para “limpiar” del crimen organizado todas las comunidades de la Tierra Caliente michoacana.

No hay una playera de su talla que lo identifique con  el grupo civil armado, pero se enfunda en una “S” que se le ve holgada ya le cubre desde los hombros hasta las rodillas, “estoy aquí porque Los Templarios hicieron muy mal las cosas y ahora estoy dispuesto a combatirlos”, dijo el niño quien no se opone ser videograbado y fotografiado, porque quiere a su comunidad libre de secuestros, violaciones y cuotas.

Kika porta un rifle calibre 223, calibre AR-15, de culata recortada, para que pueda empuñarlo fácilmente; no pasa de un metro 45 centímetros de estatura, pero se dice decidido a disparar el rifle contra quienes lo “encerraron por un delito que no cometió”.

“Me agarraron por un celular (teléfono) que decían que me robé, pero no era cierto; yo vi cuando una mujer se metió al hotel con un jefe y luego se le perdió el celular y me echaron la culpa”, comentó Kika quien forma parte de un grupo armado responsable de avanzar a terrenos donde  abundan Los Templarios.

“Me amarraron tres días y me pegaron; pero no era cierto que yo me había robado el teléfono”, comentó el niño menudito, ataviado con botas de color beige y un pantalón negro de mezclilla, “está muy flaco pero es muy valiente”, dice otro joven de los grupos de autodefensa quien ve a Kika como ejemplo de valentía para enfrentar a un grupo delictivo que sometió a los habitantes de Parácuaro durante una década.

Nadie lo detiene

El niño autodefensa como le llaman, habla hasta por los codos, pero ante las cámaras se vuelve tímido, “le platico lo que quiera, pero no ante la televisión, no quiero que me vea la gente de El Tucán (líder Templario prófugo) y me vuelvan a mecatear. Son unos cabrones”, comentó.

Kika es conocido por comandantes y elementos del grupo de autodefensa que opera en este municipio; ellos, los adultos armados, saben que no lo van a convencer de ir a su casa y desistir de combatir a quienes, cuando él tenía cuatro años de edad ya controlaban vidas y haciendas en esta región de Michoacán.

“Yo los voy a buscar y si los encuentro les voy a tirar con el R (rifle AR-15)”, arma que dice haber aprendido a disparar con un familiar, sin precisar quién es su ser querido; “no les voy a decir quién me enseñó a manejar armas, porque luego lo matan”, expresó.

Kika viaja en las caravanas de la autodefensa en una camioneta de lujo que según el chofer fue decomisada al crimen organizado; el vehículo está blindado, pero el niño autodefensa decide salir por el quemacocos con la AR-15 en las manos “listo para disparar”; los adultos con quienes viaja, justifican que no hay peligro para el menor porque “el camino está limpio y no le vamos a quitar la idea de ser un seguidor de la justicia”.

Kika dice estar dispuesto a continuar con el movimiento civil armado de Michoacán hasta que se acabe el crimen organizado y “todos podamos ser libres de levantones, asesinatos y mecateadas”.

 

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