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Expresiones

Tesoros del arte victoriano; piezas adquiridas en mercados de pulgas

Las 32 obras de 12 pintores, extraviadas durante dos siglos, se expondrán a partir de hoy; en diciembre de 2021 serán subastadas

JUAN CARLOS TALAVERA | 22-09-2021
Entre las piezas expuestas en Tesoros ocultos del arte victoriano está Bridge, de Charles A. Boot.

CIUDAD DE MÉXICO.

Al menos 32 obras de 12 pintores y maestros acuarelistas británicos como James Burrell Smith, Charles A. Boot, Edward Hastings, James
Holmes, James Arthur Henry Jameson y James Pollard son expuestas por primera vez en México, como parte de la muestra Tesoros ocultos del arte victoriano.

La exhibición se inaugura hoy y permanecerá abierta hasta el 30 de septiembre en una casa diseñada por el arquitecto Benito Artigas, ubicada en Cerro del Crestón 50, Campestre Churubusco, Coyoacán, donde se revela un conjunto de piezas que fueron ubicadas y adquiridas en distintos mercados de pulgas y casas de caridad de Londres, las cuales serán ofertadas en la primera semana de diciembre de 2021 en la Casa de Subastas Morton.

La investigación corrió a cargo del artista y curador mexicano Pablo Lugo, quien detalló a Excélsior los pormenores del rescate y de la muestra: “Compramos piezas en mercadillos y tianguis del Reino Unido, algo así como La Lagunilla, pero menos divertida, sin micheladas; y otras más las encontramos en casas de caridad”, comenta el artista.

Tal como se supone en estos casos, abunda Lugo, las piezas se extravían al pasar de un dueño a otro y se diluye su información valiosa, por lo que al ser revendidas se desconocía su origen. “Nuestro trabajo consistió en comprar mucha obra que después evaluamos de diversas formas hasta reunir algunos cientos”.

Estas piezas permanecieron extraviadas o se dieron por perdidas durante dos siglos, explica Lugo. “Así que se evaluó cada pieza, se definió su relevancia y se sometieron a un proceso de autentificación riguroso conforme a los estándares en el Reino Unido. Y así logramos identificar estas 32 piezas”, de las cuales 17 son del periodo georgiano y el resto del victoriano, las cuales pertenecen a autores que aparecen en colecciones como la British National Trust, la Wallington Gallery, el Mississippi Museum of Art, la National Gallery of Art en Washington D.C., la Tate Gallery de Londres y el Denver Art Museum, entre otras.

“Se trata es una exposición única, porque nadie más ha hecho esto en México: que desde la iniciativa privada se traiga una colección de arte para exhibirla públicamente y de forma gratuita”, asevera.

Entre las piezas expuestas se encuentran obras como Waterfall y Bridge, de Charles A. Boot (1855-1930);
Berwickshire Heath, de James Burrell Smith (1822-1897); Fisher girls, de James Holmes (1777-1860); y Lake Connemara, de James Arthur Henry Jameson (1883-1923).

Así como Cottage and tree, de Reginald Jones (1857-1929); Mail coach in snow, de James Pollard (1792-1867); Burgh Hall y Shoreline, de George James Rowe (1804-1865); No 4 Brig on Shore Kilnsea, de Joseph Newington Carter (1835-1871); Langdale Pikes, de Arthur Joseph Meadows (1843-1907); y una pieza sin título de Louisa Davenport.

¿Por qué no hay información de estas piezas en internet?, se le cuestiona a Pablo Lugo. “La escasez de documentación es generalizada para muchos artistas de este tipo ya que se les ha restado importancia. Si bien los museos tienen piezas de algunos de ellos, no hay un interés académico por desenterrarlos”.

¿No se trata de una exposición con un contenido apócrifo que busca explorar los alcances del mercado del arte? “¡No! Suena interesante. Como artista mi trabajo es transgresor y disruptivo, pero como curador y con una empresa de por medio (Glocal Art Markets Consultants, de la que forma parte), hay una responsabilidad ética, legal y es un trabajo serio. Nosotros estamos cien por ciento seguros de estas 32 piezas y por eso las mandamos a la CDMX para exhibirlas y subastarlas”.

¿Por qué no exhibir la obra en Bellas Artes? “Sí buscamos espacios expositivos. En Bellas Artes, por ejemplo, a Miguel Fernández Félix, su director, le encantó el proyecto y nos ofreció un espacio para exhibir… pero dentro de cuatro años. Mientras que el Museo Franz Mayer nos propuso dentro de dos años y el Kaluz en un año. Sí nos interesan los museos, porque son un espacio fundamental para el arte y su legitimación, pero tenemos el compromiso de subastar las piezas este mismo año”, concluye.

 

 

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