Logo de Excélsior                                                        
Expresiones

Ricardo Acosta debuta en Suiza con El perro perdido

El pianista y compositor mexicano realizará el estreno mundial de su primera ópera, luego de seis años de no componer

Juan Carlos Talavera | 16-04-2024
Ricardo Acosta, pianista
La obra, que será cantada en español durante su estreno, contará con las voces de la soprano Julia Frischknecht y del tenor Luigi Chiaramonte. Foto: Cortesía Ricardo Acosta

Inspirado en los relatos de El doppelgänger y El rey de los Elfos, musicalizados por Schubert, el pianista y compositor mexicano Ricardo Acosta (Torreón, 1993) escribió la ópera El perro perdido, que estrenará el próximo 28 de abril, en la Sala de Conciertos Hotel Jardín, en Berna, Suiza.

La obra, que será cantada en español durante su estreno, contará con las voces de la soprano Julia Frischknecht, el tenor Luigi Chiaramonte, el barítono Arion Rudari y el bajo Leo Bachmann, acompañados por la Sinfonietta Bern.

En entrevista con Excélsior, el también director de orquesta comenta que esta pieza —que escribió con ayuda del cineasta Ruffo Genchi— tendrá dos presentaciones en Berna y una más en la Ciudad de Wohlen.

La presentación forma parte de un proyecto de colaboración entre la colectiva WorkshOpera Bern, donde colaboro como director musical, y la Sinfonietta Bern, que es una orquesta de cámara en la ciudad.

La ópera, creada con una dotación de cuatro cantantes y orquesta, tendrá una duración de casi 30 minutos y compartirá escena con dos proyectos más: Los siete pecados capitales (1933), de Kurt Weill, y El teléfono (1947), de Gian Carlo Menotti.

El perro perdido, detalla Ricardo Acosta, cuenta la historia de un hombre que ha sido abandonado por su mujer, y al inicio de la trama se encuentra en un bosque tratando de encontrar a su perro.

La búsqueda no fructifica y, en ese trance, el personaje tropieza con dos de sus dobles, los cuales se pueden identificar como el Ego y el Miedo.

Ambos personajes intentan someter la mente y la actitud del protagonista hasta que esa batalla lo sumerge en una especie de crisis nerviosa, mientras que la música lo acompaña en ese colapso que parece sin final.

Al final de aquella escena aparece un tercer doble, que podría ser su niño interior, quien le reclama sobre su pasado y le pide que aprenda a aceptarse a sí mismo para vivir la vida como un perro, es decir, tranquilo, sin mayores preocupaciones y liberado de artefactos materiales.

Aquel personaje no sabe si ha enloquecido o si todo ha sido producto de su imaginación, pero decide irse con aquel niño mientras, juntos, buscan al perro”, apuntó.

¿Y encuentran o no al perro?, se le pregunta al compositor. “Eso no te lo puedo decir, sólo te diré que es un final abierto”.

¿Por qué eligió ese tema?, se le pregunta a Acosta. “Bueno, cuando uno elige un tema siempre sale algo de nuestra experiencia como artista y como ser humano.

Recién cumplí 30 años y mis amigos me decían que quizá era una crisis, pero más bien a mí me gustan los perros y me quedé con la idea de hacer algo con una canción que me gusta mucho: Der doppelgänger (El doble), de Schubert, una canción sencilla pero con un texto y un efecto absolutamente aterrador”.

¿Cuál es su búsqueda sonora en esta obra? “Algo que siempre me ha llamado la atención en el terreno de la música es cómo Schubert y Beethoven lograron sobreponer lo sencillo en su música.

A mí me parece que esos  momentos son los más bellos y honestos que tienen. Y, al mismo tiempo, me interesa explorar esa música más intensa que tiene que ver con el miedo y el ego, porque son elementos con los que todos nos podemos identificar”, apunta.

¿Cómo divide su trabajo como pianista y compositor? “Ser compositor no es algo ajeno para mí.

Lo que sí ocurrió fue que, cuando acabé mi licenciatura en la afamada Eastman School of Music, bajo la tutela del maestro de piano Barry Snyder y los reconocidos compositores mexicanos Ricardo Zohn-Muldoon y Carlos Sánchez-Gutiérrez, quedé un poco bloqueado”.

¿En qué sentido? “Bueno, por un lado tenía la música que tocaba al piano, de compositores como Brahms, Beethoven y Ravel, y, por el otro, tenía mis composiciones, que egocéntricamente  comparaba con las de ellos.

Así que siempre había un desgarre dentro de mí y, entonces, me bloqueaba. Por esa razón dejé de componer durante cerca de seis años”, reconoce el músico, que ha dado recitales en Estados Unidos, Francia, España y Rusia.

Ricardo Acosta ha sido acreedor de diversos premios en concursos internacionales, así como becas por excelencia artística, y ha colaborado con artistas de talla mundial, como Patricia Kopatchinskaja, Steve Reich y los Solistas de la Yehudi Menuhin Academy, entre muchos otros.

Desde 2020 es profesor de piano en el Konservatorium Bern y ha rescatado música para piano del compositor mexicano José F. Vásquez, en especial el Ciclo de 15 Impresiones para Piano.

 

 

Aquí podrás acceder a noticias en tiempo real

Conoce lo más viral en Facebook Trending 

Lee a los columnistas de Excélsior Opinión

 

clm

 

 

Te recomendamos

Tags

Comparte en Redes Sociales