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Expresiones

‘La poesía, una tabla de salvación’: Pura López Colomé

La poeta, traductora y ensayista, quien recibirá el Premio Alfonso Reyes en Humanidades, reflexiona sobre sus tres oficios

Virginia Bautista | 05-04-2024
Foto: Cortesía Arturo López
Foto: Cortesía Arturo López

Desde la palabra vivo, hacia la palabra voy. No sé estar de otra manera”, afirma sin dudar la poeta, traductora y ensayista mexicana Pura López Colomé (1952).

La palabra tiene la carga existencial, la de las emociones y la carga del pensamiento se proyecta en ella. La palabra es todo”, comenta en entrevista la ganadora del Premio Alfonso Reyes en Humanidades 2023.

Ahora, la música de la palabra puede ser muy engañosa. Sola nada más no funciona para escribir un poema. Tiene que ir acompañada de la luz del intelecto. Y si ésta no complementa un poema, que es lo que te hace revisar, corregir, transformar, no hay nada”, agrega quien recibirá el galardón el martes 9 de abril, a las 17:00 horas, en El Colegio de México.

La autora de El sueño del cazador (1985), Santo y Seña (Premio Xavier Villaurrutia, 2007) y Visita guiada a una sala de estar (2018) confiesa que “me siento afortunada de haberme podido dedicar toda esta larga vida a la poesía, y a la literatura, de la cual no puedo y no quiero salir ya.

Eso me ha ofrecido no solamente un quehacer y un gozo, sino una verdadera tabla de salvación ante el embate de la oscuridad y de la realidad, que veo tan complicada y dolorosa para tantísima gente”, explica.

Para la también Premio Nacional de Traducción de Poesía 1992, por Isla de las estaciones, de Seamus Heaney, lo que detona sus poemas es “a veces una palabra, otras un sueño o un recuerdo; otras es la contundencia de un dolor que te hace buscar una manera de aliviarlo en la palabra o, su contraparte, una enorme alegría que también te hace ir por ese camino”.

Señala que “cuando uno se mueve entre palabras, te haces un poco torpe con el mundo. Como que no puedo responder a los estímulos de este mundo, y menos en este momento.

Pero como tengo la suerte de haberme podido encerrar, de vivir en un lugar rodeado de naturaleza y de silencio, creo que eso es lo ideal para poderse concentrar. Y pues no sé vivir de otra manera”, indica desde su casa en Morelos.

En cuanto a su oficio como traductora de poesía, López Colomé aclara que su apuesta es por la recreación. “La aspiración es lograr un buen poema en español, como si hubiera nacido en español; es decir, que no se te atore en la boca cuando lo estás diciendo, que no le veas los hilvanes de inmediato.

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Y esa es la parte más difícil de lograr, porque el respeto total se le debe tener a la propia lengua; porque si no, la lengua te lo cobra, y te lo cobra con desafinación”, dice.

Y como ensayista detalla que “me encanta la zona del ensayo literario, porque siento que realmente estoy escribiendo poesía en prosa. Y le dedico mi atención al ensayo autobiográfico, sobre todo. Estoy escribiendo acerca de autores cuyo quehacer comparto o con el que me siento identificada”.

Sin embargo, la escritora admite que hay una práctica que une su poesía, sus ensayos y sus traducciones. “Nunca he dejado de revisar, de corregir. Soy una correctora total de todo lo que escribo y, aquí entre nos, satisfecha, digamos, nunca llego a quedar; pero tampoco puedo hacer otra cosa”.

Por esta razón, la doctora en Lengua y Literatura Hispánicas e Hispanoamericanas por la UNAM considera que el Alfonso Reyes en Humanidades “es un premio a la persistencia, un reconocimiento a la obsesión nunca abandonada.

Uno nunca sabe si está en el camino correcto. Pero me he hecho a mí misma, para no claudicar, una divisa a partir de la frase popular ‘uno nunca sabe’ y yo paso a la de ‘uno nunca sale’. Uno nunca sale de aquí. Y tampoco quiero salir. No sé vivir más que entre libros”, expresa.

Pura López Colomé impartirá tras recibir el premio la conferencia La lección multiabarcante del placer literario. “Considero que es esencial el placer literario como inicio, es factor indispensable de cualquier texto al que acudes. Si estás leyendo algo y te engancha, el placer literario está ahí. Cuando no está, todo se vuelve difícil, no lo asimilas de la misma manera, lo olvidas rápidamente. Y el placer literario te hace recordarlo para siempre”, concluye quien define su estilo como “oscilante entre el tempo lírico y el poema en prosa”.

 

cva

 

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