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Expresiones

Apuntalan relectura histórica; colección Femsa

Curada por Daniel Garza Usabiaga, esta exposición, que reúne 84 obras de 54 artistas, se inaugura mañana en el Museo de Arte e Historia de León

JUAN CARLOS TALAVERA/ Enviado | 01-03-2024
Una revisión de la Bienal Femsa
El arte es también un arma muy poderosa y potente para decir lo que sucede a nuestro alrededor en cada momento que vivimos.” Rosa María Robles, artista plástica. Foto: Juan Carlos Talavera

LEÓN, Gto.

“Hoy es imposible responder qué es arte, porque no hay una definición concreta. Lo que creo es que es algo que, a través de nuestros sentidos nos provoca algo, y puede ser un dibujo o una escultura que tiene una intencionalidad. En esta exposición tenemos algo que hizo alguien, con cierta intención y eso nos provoca algo a nosotros”, expresó ayer el curador Daniel Garza Usabiaga durante un recorrido previo por la muestra 30 años en el mundo del arte. Una revisión de la Bienal Femsa, que abrirá mañana en el Museo de Arte e Historia de Guanajuato.

Concebida como una cápsula del tiempo que aborda temas como el refugio, la marginación, la guerra, la violencia, la felicidad o el grito de la naturaleza en contra de la contaminación, integra 80 obras de 54 artistas, incluyendo a 10 invitados y dos obras de arte moderno, Dos soluciones, de Manuel Felguérez (1974); y Los mitos (1944), de Juan O’Gorman.

Destacan las pinturas Moradores (1992), de Laura Quintanilla; Byron en Grecia (1994), de Estrella Carmona; y Formas (1998), de Katrien M. Vangheluwe Trini, que muestran nuevas narrativas en torno a la pintura. Así como la pieza Refugio para un lecho de rosas (1994), de Betsabeé Romero, que expone su primera etapa como artista.

Otra más es la instalación El alimento (1996), de Claudia Fernández, relacionada con la vida cotidiana, en la que la artista demuestra que el peltre puede ser apreciado desde un punto de vista pictórico; Calzado de alta resistencia, de Sandra Cabriada, que hace una crítica sobre diversos calzados que fueron usados y desechados para exhibir su materialidad; y La máquina distópica (2018), de Verónica Gerber, inspirada en un cuento de Amparo Dávila.

Otra pieza destacada es Álamo Santo (1992), de la sinaloense Rosa María Robles, una de las ganadoras de la primera bienal Femsa, quien charló con Excélsior.

“Siempre he sido una defensora de la naturaleza. En aquel momento estaba derribando árboles en Culiacán. Este álamo fue derribado por que se iba construir el nuevo malecón y quise hacer que este árbol gritara.

“Eso lo comentó también la crítica de arte Raquel Tibol, señaló que las esculturas eran un grito, un grito de defensa de la naturaleza y que era muy interesante llevarlo al campo del arte”.

¿Qué le dice de nuestro tiempo? “La especie humana es tan maravillosa como terrible, nuestra especie ha alcanzado momentos maravillosos de expresión en el arte, en la ciencia, en la tecnología, pero también es terrible la devastación de esta especie destructora y, me parece que el artista no puede ser un espectador, porque el arte es también un arma muy poderosa y potente para decir lo que sucede a nuestro alrededor en cada momento que vivimos”, aseveró.

Otros artistas que forman parte de la muestra son: Adela Goldbard, Adolfo Patiño, Alejandro López, Alfredo Jaar, Carlos Amorales, Marysole Wörner Baz, Carolina Esparragoza, Circe Irsama, SEMEFO (colectivo artístico fundado por Arturo Angulo, Carlos López y Teresa Margolles), Leo Marz y Patricia Belli, entre otros.

Concebida en 1992 como un concurso que se desarrolló en Monterrey durante 12 ediciones, esta bienal experimentó una transformación al convertirse en una plataforma curatorial itinerante descentralizada, incorporando iniciativas pedagógicas y editoriales y abordando temáticas específicas en cada edición, como Zacatecas en la edición 13, Michoacán en la 14 y Guanajuato este año.

Al respecto, Luis Quirós, gerente de Arte y Cultura de la colección, comentó que “en 2024 celebramos 30 años en el mundo del arte, manteniendo el compromiso de fomentar el apoyo a la creación artística en la diversidad de sus prácticas y habilitar las condiciones para que se prueben y promuevan nuevas formas y metodologías que permitan a más personas acercarse al arte, fomenten el pensamiento crítico y sean una plataforma que impulse las trayectorias de sus participantes”.

Cabe señalar que con esta exposición se intenta aportar un análisis de la evolución de la Bienal a lo largo de los años, consolidándose como un referente tanto a nivel nacional como regional. Asimismo, brinda la oportunidad de apreciar distintas transformaciones en la producción artística realizada en México desde la década de los noventa.

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