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'Hacer a un pederasta me derrumbó': Juan Manuel Bernal

La película 'Obediencia Perfecta', basada en los abusos sexuales del padre fundador de Los Legionarios de Cristo fue el talón de Aquiles de este actor

Ana Luisa Castillo / Fotos: Octavio Lazcano | 01-05-2014

CIUDAD DE MÉXICO, 1 de mayo.- Para Juan Manuel Bernal haberle dado vida al padre católico, Marcial Maciel, conocido por haber abusado sexualmente de varios jóvenes mexicanos seminaristas, en la película Obediencia perfecta, fue una experiencia aterradora. Independientemente del gran nivel actoral que le dejó realizar esta cinta, dirigida por Luis Urquiza que se estrena hoy en todas las salas del país, este experimentado actor, reveló que interpretar a un hombre con esta mente perversa, “lo tiró a la lona”, tanto así que requirió de tratamientos médicos y una reimplantación de su persona para superar dicho personaje.

—Juan Manuel, por fin se estrena una película que ha generado mucha expectativa...

Sí, es una película que el director Luis Urquiza ya tenía desde hace tiempo y justo salió de un libro que leyó que se llama Perversidad y dentro de esa publicación existe una historia que se llama Obediencia perfecta, luego contrató al escritor para que se le diera mayor realismo y se llevará a cine. Tardaron cinco años para realizarla, dos años haciendo el guión, luego el financiamiento, y ahora la exhibición.

—¿De qué trata Obediencia perfecta?

No es otra cosa más que la historia de un niño y lo que vive como seminarista con su padre fundador, el padre superior de una orden. En ese tiempo el niño aprende lo que es la “obediencia perfecta”, los tres pasos para llegar a la perfección que ya lo entenderán cuando vean la película y que es para todo el público porque parte de todo esto ese es el reto, que todo el público vaya a verla. Aquí damos a conocer lo que es la obediencia, lo que los adultos son capaces de hacer con sus palabras, y que los niños no juzgan, se dejan llevar por todo lo que dice un adulto. Es una historia de un padre pederasta que seduce a un niño; un cura que ejerce el poder y que construye todo para su bien.

—Tengo entendido que esa película está basada en los hechos del padre pederasta Marcial Maciel, ¿cierto?

Está basada en la mounstrosidad de Maciel porque justo cuando Luis (el director) estaba leyendo el libro que te comento, estaba muy latente este tipo que les hacía la vida imposible a estos chavos. Algunas de las escenas están muy asemejadas a la realidad porque son las únicas que están documentadas.

—¿Cómo te convenció el director para aceptar este personaje?

Yo tenía desde hace mucho tiempo el conocimiento de esta historia en particular, no del guión, sino de la documentación, de los programas que han salido relacionados a este terrible suceso. Soy alguien que suele leer las noticias, cada vez menos por la decepción, pero las leo, y recuerdo que por esos días abrí el periódico y estaba muy consciente de todo esto y justo por eso me animé a interpretar a este hombre. Me sensibilizó mucho el tema.

—Sé que tuviste una experiencia amarga con este personaje, ¿nos la podrías compartir?

Irónicamente después de 27 años de carrera actoral, es increíble ¿no? la gente puede pensar que todo ha pasado, pero me pasó en el rodaje de esta película que me marcó mucho y me dejó muy mal porque me mandó al ring, me tiró a la lona, me dejó muy mal y después de todos estos años, no pensé que me fuera a suceder. La manera de pensar de ese señor era espantosa, terrible, la verdad es que sí quedé tocado con eso. Darle vida a un pederasta es impresionante, me derrumbó. Tuve que atenderme médicamente por los ataques de ansiedad que me daban. Sí la pasé muy mal.

—¿Y qué hiciste para recuperarte?

Paré. Hice un alto en el camino, descansé y replanteé a dónde y cómo quería ir. La telenovela que hice después que fue la de Vivir a destiempo me ayudó mucho, fue justo lo primero que hice después de haber terminado el rodaje de esta cinta. No me animaba a hacer otras cosas.

—¿Cuánto tiempo tardaste en desprenderte de este papel?

Mucho, lo que me ayudó mucho también fue la meditación, la yoga, el cuerpo no sabe si es verdad o mentira y tuve que poner mi cuerpo en vacío para que no me quedara con los vicios de éste.

—¿Moralmente cómo te afectó?

Soy católico, vengo de una familia absolutamente católica, digamos que sé separar perfectamente mi trabajo de mis ideologías, así es que no me afectó en ese sentido.

—Marcial Maciel digamos que, ¿marcó un antes y después en ti?

Exactamente. Este personaje es muy importante y retador para un actor, es muy desgastante y la noticia de que el Papa Benedicto XVI haya renunciado a su cargo me hizo tan bien, pues después de conocer toda la historia de este pederasta, me alegra que personas como Ratzinger renuncien.

—¿Dudaste en algún momento hacer este personaje?

En algún momento. Dudas por algún lado porque hay que tratar de encontrarle al personaje, pero por otro lado como actor estos personajes son los que te hacen crecer, te exigen crecer. Soy un actor que con cada proyecto se exige demasiado para tratar de avanzar como profesional, porque si no me conformaría seguir haciendo proyectos más fáciles.

—¿De qué manera puede impactar esta película en la sociedad?

Estamos hablando de una película que sucede en la década de los años 60 o 70, cuando pareciera que tener un sacerdote en la familia es tener las puertas de Dios aseguradas. Lo que vemos es cómo a una temprana edad los padres entregan a sus hijos con los ojos cerrados. Y al sacerdote, las Sagradas Escrituras le dan el poder de hacer y deshacer con esos seres humanos.

—¿Cómo fue el casting para encontrar a los niños actores que salen en la película?

Duró año y medio, ¡imagínate! Tuvieron mucho tiempo de preparación para lograr lo que hicieron en la película. Todo el trabajo fue en equipo, todos estuvimos en sintonía, y ¿qué fue lo que sucedió? Se logró un trabajo con un gran compromiso social, una gran responsabilidad y con el mayor profesionalismo que te puedes imaginar, porque no es un tema común ni corriente, y ¿con qué finalidad? Con la finalidad de que no va a ver nada grotesco, la imaginación de cada uno de ustedes puede a llegar a ser más perversa. En el casting llegaron cerca de 3 mil niños, fue un poco difícil encontrarlos porque los papás se asustaban un poco sobre la temática, hasta que dimos con el protagonista Sebastián Aguirre y el resto de los chavos que verán ahí.

—¿Cómo ensayaste las escena fuertes con Sebastián?

Pues con sus papás presentes, siempre al pendiente de todo y con el cuidado correspondiente, con un sicólogo de por medio, todo lo tomamos súper profesional y con la seriedad que nos caracteriza.

—¿Cuál puede ser la enseñanza de la película?

Ayudar a los padres para que nunca dejen a sus hijos solos. Yo me puedo dar por bien servido si en algo puedo orientar a los papás, si alguien salva de una experiencia desagradable que le puede marcar la vida. Creo yo que la responsabilidad de nosotros es esa, la gente debe crecer de manera normal y que al final, los chavos puedan escoger lo que quieren ser en la vida, siempre y cuando tengan la edad necesaria para tomar cruciales decisiones por sí solos.

—¿Listo para la polémica que esto puede llegar a generar?

Creemos que más que polémica, esta película va a servir mucho más para aprender. El mexicano va a poder hablar de este tema, cuando pones los temas en la mesa, la gente reconoce y habla de eso. Hay que crecer como sociedad, aprender de la violencia y del abuso de niños. Somos el segundo país con más turismo sexual en niños, ¡imagínate! y creo que los papás sabrán entender y manejar el tema. Ojalá les sirva de algo.

hch

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