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Alejandra Ambrosi saca a flote su sensualidad

La guapa actriz disfrutó mucho darle vida a Emilia y Marina en Las trampas del deseo, lo cual representó un gran reto en su carrera

Ana Luisa Castillo / Fotos: Octavio Lazcano | 20-03-2014

CIUDAD DE MÉXICO, 20 de marzo.- Nunca antes Alejandra Ambrosi se había sentido tan segura y sexy como ahora. Y es que la protagonista de la serie Las trampas del deseo adjudica a sus personajes de Marina y Emilia, en la producción de Argos Televisión, su confianza y poder de decisión; cualidades que día con día aplica tanto en la ficción como en la vida real.

—Alejandra, ¿feliz de seguir entrampada con esta serie?

Sí, estoy más que feliz pero con nostalgia al mismo tiempo porque ya estamos en la recta final del entrampamiento pero ha sido bien padre todo el proceso y la retroalimentación del público de todas las noches al conectarme en Twitter y hablar con ellos. Ese término (entrampar) surgió casi al mes de que se estrenó la serie y el #hashtag Entrampados ha estado muy solicitado. Yo, en lo particular, me siento muy agradecida por haber tenido la oportunidad de haber estado en un proyecto tan padre y de haber interpretado un personaje tan fuerte, con muchos matices, con circunstancias de la vida que la llevan a estar siempre al límite.

—Actoralmente el reto es muy fuerte, ¿cierto?

Por supuesto. Esto fue un gran reto para mí, por el simple hecho de hacer dos personajes en uno que es Marina y Emilia, una, la policía y la otra, una prostituta, y eso actoralmente tiene mucho juego. Cuando estoy en La mansión de los leones siempre tengo que estar jugando a ser alguien más, es la actriz dentro de la actriz. Marina tiene que ser muy buena actriz para que no la cachen que es Emilia y eso actoralmente está bien padre. Cada escena me ofrece algo. Yo defino esto como jugar a hacer alguien más dentro de alguien más ¿me entiendes? Y esto me hacía sentir que estábamos haciendo dos teleseries al mismo tiempo, porque trabajo con las dos unidades de grabación.

—O sea que sí has sentido tal cual tu personaje...

Sí, ahora sí que me doy mucha idea de lo que sienten las personas que se infiltran. Las que se hacen pasar por alguien más, y sí me ha pasado mucho que me cuestiono: “¿hasta dónde estoy yo? y ¿hasta dónde está el personaje que interpreto?”

—Estos últimos días tu personaje está causando algo muy polémico y eso es la decisión que vas a tomar para el final...

Sí, no sabes cómo esto está dando vueltas en las redes sociales, y todo porque Marina tuvo una constante de cómo encontrar a su hermana y, cuando de repente logra encontrarla y hacer justicia, se lleva una sorpresa pues se da cuenta que es la jefa de la red de prostitución a la que investiga. Y eso la rompe por completo, ella daba su vida en encontrarla, siempre pensó que su hermana era parte de esa red, pero como víctima, y ahora lo que está en conflicto es ¿qué pesa más? Su deseo de hacer justicia o la sangre, y no sabes la cantidad de comentarios que me llegan en mi Twitter. Me dicen mucho: “luchamos, vamos a seguir la investigación y pase lo que pase, yo voy a acabar con la trata de personas”. Este es una especie de personaje muy heroico, y ahora puede ser el héroe puesto en duda, así es que los comentarios en mi red social están fuertes. Tengo gente que me apoya y que me dice que la familia es primero y otros que de plano continúe con mi búsqueda de justicia, entre otras cosas.

—El público está muy enganchado con la trama y el claro ejemplo fue la concurrencia que tuvieron en la pasada firma de autógrafos...

Ha sido muy impresionante la retroalimentación, y eso tiene que ver porque es gente que quiere ver más allá de las historias rosas, sencillas, digo, no tengo nada en contra de esas historias pero vi en la firma que a la gente le gusta que las teleseries los hagan cuestionar mucho, opinar y no que al final ya sepan lo que va a pasar. Llegaron muchas mujeres a decirnos: “gracias por darnos estos contenidos, nos encantan”. Y finalmente eso es lo que me gusta a mí también, que la gente reciba nuestros mensajes, nuestras actuaciones y nuestros contenidos tan humanamente hechos. Siempre se agradece que haya un reconocimiento pero con esa percepción de lo que estamos haciendo y ese agradecimiento de regreso por el esfuerzo que estamos haciendo por contar una historia que trate de hacer el espejo de la realidad.

—¿Prueba superada entonces?

Yo creo que sí. Fue todo un proceso y yo me acuerdo que Epigmenio habló conmigo semanas antes de la producción y me dijo: “tú tienes que ser el objeto del deseo de la serie, tienes que ser lo más sexy posible, y yo, sinceramente, no me consideraba objeto del deseo, digo, siempre supe que tenía mi sensualidad pero yo así caminar por la vida sintiéndome la última Cocacola del mundo, no, así es que fuimos construyendo poco a poco una seguridad que me ha gustado, porque los dos personajes han requerido de mucha seguridad para hacer lo que quieren; tanto la policía como la prostituta no pueden dudar de su profesión, de su desempeño, no pueden caminar titubeando, sus movimientos tienen que ser certeros. En caso de la prostituta el poder de la seducción es lo primordial; la policía a la hora de sacar el arma lo tiene que hacer tajante. Y yo en mi vida soy un poquito más relajada, yo dudo mucho en mi vida, soy muy desidiosa hasta con el helado que me voy a comer, y ese poder de decisión de mis personajes me han ayudado como no tienes idea. Adquirí una seguridad que tal vez no la tenía muy clara.

—¿Y qué hay de las armas?

Fue padrísimo el aprendizaje de cómo disparar, también el hecho de observar y aprenderle más a los extras, fue magnífico. Lo que siempre digo, y es verdad, es que lo que más disfruto de mis personajes es la parte física de ellos, lo que conlleva a hacer todo.

—¿Qué fue lo que más te impactó de Las trampas del deseo?

Pues sin duda el tema de la trata de personas y ahora que me adentré en ese tema me di cuenta que yo como mujer y como figura pública sí tengo que hacer algo y estoy apoyando la fundación Unidos Contra la Trata, de Rosi Orozco, quien fue la persona que inició con esto en nuestro país. Lo hice realmente porque me puse en los zapatos de Marina y sentí al igual que ella la necesidad de aportar algo a este tema, que sin duda están miles de personas involucradas. Gracias a Rosi tenemos esta ley contra la trata.

—Alejandra, dices que ya están en la recta final de la serie. ¿Ya estás pensando en hacer otro proyecto?

Pues sí me están llegando varias propuestas pero por ahora quiero descansar un poco. Lo increíble de estos personajes es que son muy intensos y sí requieren de un descanso en la playa (risas) porque el nivel de desgaste físico y emocional también requiere de su proceso de desintoxicación, así es que una vez que terminen las grabaciones me daré un tiempo para hacer todo lo que no pude hacer durante esto. Después veré qué haré. Quiero aprovechar este buen momento por el que estoy pasando y por el éxito que está teniendo la serie y por supuesto que quiero seguir haciendo cosas que me reten.

—¿Entre esos planes, contemplas seguir siendo una chica Epigmenio y Argos, tal y como lo has estado haciendo durante estos años...?

Claro que me encanta serlo y si me vuelven a ofrecer otro proyecto y todo se da para que esté ahí, yo encantada. Realmente admiro mucho a Argos y a Epigmenio y Verónica (Velasco), quienes son los que levantaron este proyecto y no sabes cómo admiro estas ganas de hacer esa televisión más abierta que nunca, porque son contenidos totalmente nuevos.

hch

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