Pensar el Entendimiento Bicentenario

El objetivo es claro: buscamos que nuestros países sean más seguros para nuestras sociedades. Particularmente, buscamos disminuir el número de homicidios en México. El aspecto central de este mecanismo es proteger a nuestra gente, invirtiendo en salud pública para tratar adicciones, apoyando el desarrollo económico y educativo para crear alternativas económicas y, así, hacer nuestras comunidades más seguras. A su vez, propone acciones clave para prevenir la delincuencia transfronteriza, como reducir significativamente el tráfico de armas y drogas, apuntando las cadenas de suministro ilícitas y reduciendo el tráfico ilegal y la trata de personas. Otro de los compromisos bilaterales se enfoca en desmantelar las redes criminales internacionales, persiguiendo a las personas vinculadas a financiamientos ilícitos y fortaleciendo los sectores de la seguridad y procuración de justicia. Es decir, más inteligencia y tratamientos médicos. Menos fuerza bruta que abona a la espiral de violencia en la región.

Esta nueva visión, estructurada como el Entendimiento Bicentenario, tiene tres vertientes principales: 1) dejar atrás la lógica asistencialista sin objetivos ni metas claras; 2) normar la cooperación con base en la estrategia de seguridad de ambos países y 3) ampliar el concepto de seguridad para que incluya la atención a la salud y el desarrollo de comunidades como aspectos fundamentales de cualquier acción en materia de seguridad. Estas son prioridades de la actual administración del presidente López Obrador y son ejes rectores del nuevo documento que se presentó el viernes 8 de octubre. Las prioridades del gobierno de México tienen el mismo peso que las de Estados Unidos en nuestro Entendimiento compartido.

No obstante, el DANS permitió esclarecer las múltiples coincidencias entre las dos administraciones. El fin al tráfico ilícito de armas; la atención a las adicciones a drogas desde una perspectiva de salud pública; la urgencia de mejorar las condiciones de los sistemas carcelarios; el combate a la corrupción y la prioridad de la inteligencia sobre la fuerza son ideas distintas, nunca antes puestas en marcha como visión en materia de seguridad, que, además, ambos presidentes comparten. Con esto, priorizamos la atención a las víctimas y a los orígenes de la violencia a través de políticas públicas efectivas, basadas en evidencia empírica, que será utilizada para medir el éxito de nuestros distintos programas.

El Entendimiento Bicentenario responde a una nueva época y a una nueva visión de cómo atender el crimen desde una perspectiva humanista. Tras meses de arduo trabajo, la diplomacia mexicana que encabeza el secretario Ebrard —trabajando codo a codo con las secretarías de Seguridad y Protección Ciudadana, de la Defensa Nacional y de la Marina, así como la Guardia Nacional, entre otras— ha logrado edificar un acuerdo entre iguales con Estados Unidos para hacer frente a una materia que es de interés vital para México.

Los resultados de los últimos meses dan muestra tanto del excelente estado de la relación bilateral como de una nueva política exterior: efectiva y con una visión centrada en el beneficio de nuestro pueblo. El éxito de nuestro trabajo internacional, por supuesto, parte de la visión y el liderazgo del presidente López Obrador, como dejó en evidencia la misiva que le envió el presidente Joseph Biden el mismo 8 de octubre.

                *Abogado y maestro en políticas públicas.    Jefe de la Unidad para América del Norte
                de la Secretaría de Relaciones Exteriores