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Cambio de paradigmas

Martín Espinosa

Martín Espinosa

En estos tiempos de trabajar en casa, permanecer con la familia y sentarse a dialogar, conversar frente a frente, sin mayores distractores ni barreras del mundo moderno, los seres humanos pareciera que nos estamos reencontrando con nosotros mismos y con los demás. No es nada menor el hecho de que hoy los intelectuales, sociólogos o filósofos hayan advertido un mayor desquiciamiento de la especie debido a esta circunstancia que nos acompaña en las últimas semanas: aseguran que bajo esta situación sale “lo mejor”, pero también “lo peor” de nuestra especie.

Algunos ya comienzan a describir el resultado de sus observaciones, acompañadas de profundas reflexiones, sobre lo que sucederá en unos cuantos años con la humanidad que surja de la nueva era, que apenas asoma, tras el golpe traumático a la convivencia social que nos ha propinado el nuevo virus.

Todos los modelos y patrones a los que estábamos acostumbrados hasta antes de 2020 se resquebrajan a una velocidad inusitada, tal como se ha propagado el coronavirus a través del mundo.

Hace unos días, el doctor Raúl Domingo Motta, sociólogo y filósofo argentino y catedrático de varias universidades latinoamericanas, advertía sobre las consecuencias de la pandemia, pues todavía “es difícil establecer cuál será la magnitud del cambio a partir del ‘día después’. Habrá también una fuerza de no-cambio impulsada por los beneficiarios de lo preexistente. Sin embargo, más allá de esta fuerza conservadora, la situación inédita ya ha impactado y nada será igual”. Puntualiza el experto que el coronavirus “es un fenómeno que caracteriza la emergencia de las sociedades complejas. Ello implica que las instituciones y modalidades de gobierno, relativamente eficientes en el pasado, hoy poco pueden aportar a este desafío. La incertidumbre y la emergencia de lo e-norme (fuera de la norma conocida) son sus características principales... cuya dinámica rompe con las dimensiones de lo manejable (tamaño, sincronicidad, velocidad de expansión, etc.), tal como parece ser el caso del COVID-19, y que dispara otras complejidades asociadas, como las consecuencias económicas y sociales de su impacto”.

El autor señala que, tal vez, el impacto de la pandemia no implique el surgimiento de un mundo nuevo, porque los factores regenerativos de lo existente también actuarán con su impulso conservador, ya sea para bien o para mal. Sin embargo, lo que sí se ha manifestado de forma inédita es lo que él llama la “percepción planetaria” –en tiempo real– de la fragilidad de las organizaciones humanas y la “ceguera” que las constituye expresada en sus liderazgos (México es un ejemplo de ello).

Y destaca el doctor Motta que “la recontextualización de la sociedad, la redefinición del progreso y el desarrollo humano, junto a la reinvención del futuro, serán los grandes temas que sobrevolarán, implícita o explícitamente, los desafíos de las agendas de las políticas públicas del futuro inmediato, a nivel global y local”.

Concluye con la reflexión de que “la nueva agenda” podría radicar en, al menos, seis aspectos: “La calidad de la percepción del cambio producido por la pandemia y la necesaria configuración en las instituciones de gestión, la construcción global de un prisma estratégico-institucional colaborativo para la gobernabilidad de las consecuencias de la pandemia, la calidad de liderazgo y su aprendizaje institucional y organizacional a partir de esta experiencia a nivel local y global, la gestión del conocimiento necesario y debidamente articulado con las habilidades de investigación asociadas que demandará la situación, el desarrollo de una dinámica de toma de decisiones a nivel planetario que hasta el presente no existe y, finalmente, la consideración de que el tipo de desafíos caracterizados como complejos y e-normes requiere de una dinámica de participación social que no puede reemplazarse por un líder populista ni por una ‘tecnocracia iluminada’, sino que –por el contrario– requiere de una ‘inteligencia colectiva’ dentro de un contexto deliberativo inédito”.

Liderazgo estatal: Una de los estados cuyo mandatario trabaja intensamente para aminorar los efectos de la pandemia es Yucatán. Mauricio Vila no sólo ha tomado medidas para proteger la salud de los habitantes, sino que también su economía. En apenas 24 horas de haber iniciado el registro de un Seguro de Desempleo se inscribieron 57 mil solicitudes, las cuales serán verificadas por una comisión de la sociedad civil.

 

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