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Gráfica alemana contemporánea

El Museo Nacional de la Estampa exhibe, dentro del proyecto Lubok, lo más selecto del arte germano

Luis Carlos Sánchez | 15-03-2012

CIUDAD DE MÉXICO, 15 de marzo.- Leipzing es la ciudad de los libros y también podría serlo de la gráfica. Tierra de impresores en la que el libro tuvo un gran desarrollo desde el siglo XV cuando apareció la imprenta, la ciudad –junto con toda Alemania, los Países Bajos y Flandes– fueron cuna de la estampa y no es casual que ahí se encuentre la sede de la Academia de Artes Visuales (Hoschschule für Grafik und Buchkunst) fundada en 1764.

Producto de esa tradición nació Lubok Verlag. Primero como un experimento y ahora como un proyecto que ha concentrado lo mejor de la gráfica contemporánea de la ciudad alemana y de toda la región. Más de 190 obras de 27 artistas que han pasado por la editorial se reúnen por primera vez en México en la exposición Lubok. Gráfica contemporánea y libros de artistas de Leipzig que se inaugura hoy en el Museo Nacional de la Estampa (Munae).

Lubok toma su nombre de los grabados populares que podían comprarse en cualquier mercado ruso del siglo XIX y, desde 2007, ha publicado más de 70 libros. El artista y editor Christoph Ruckhäberle, fundador del sello, explica que todo surgió tras estudiar en la Academia de Artes Visuales: “conocí de mera casualidad a un impresor, él tenía prensas antiguas y publicaba pequeños tomos de poesía. Le pregunte si era posible imprimir mis grabados en linóleo, me dijo que sí y así nació el primer libro con trabajos míos”.

La primera edición de obras gráficas originales tuvo un tiraje de 500 ejemplares que se agotó rápidamente. Para 2011 salió el número diez y actualmente llevan más de 70 libros de los que se hacen de 300 a mil 500 ejemplares y que se venden en alrededor de 50 euros, “un precio que resulta democrático”, a decir de  Ruckhäberle, por tratarse de obras gráficas originales.

Como sucedía con el trabajo de José Guadalupe Posada en México, la idea de Lubok es socializar el arte. “No queremos que los libros sean sagrados y que haya que tocarlos con guante blanco, queremos que se puedan tocar y oler, esta idea de tener arte para todos es realmente democrática”. Los libros de Lubok han participado en ferias de arte y libros de artista de todo el mundo. En junio de 2010, por ejemplo, fueron uno de los ocho sellos invitados a Art Basel.

Pero la muestra que se presenta en el Munae no sólo exhibe libros. Realmente se trata de dos exposiciones, en las paredes del espacio cuelgan más de 190 obras de los artistas que han sido seleccionados por  Ruckhäberle para los libros. Curada en conjunto con Henriette Weber, la selección incluye litografías de artistas famosos como Neo Rauch, aguafuertes de Matthias Weischer, linóleos de Wolgang Mattheuer, serigrafías de André Butzer y grabados del danés Tal R o de Karl-Georg Hirsch, ganador del Premio Gutemberg por su trabajo del grabado en madera.

La obra gráfica, sin embargo, está totalmente ligada al trabajo editorial. Todo nace con la invitación a imprimir el trabajo en forma de libro. Ruckhäberle se encarga de seleccionar a los artistas participantes y el impresor Thomas Siemon estampa los libros en su taller con una prensa rápida Präsident de 1958. En ellos no hay jerarquías, como en la exposición de obras, los libros pueden incluir trabajos de artistas tan famosos como Rauch o de jóvenes que empiezan, pues el único objetivo es que las obras puedan ser gozadas por todos. 

Acepta error con Posada

Octavio Fernández Barrios, director del Museo Nacional de la Estampa (Munae), aceptó que se cometió un error al adjudicar obras de Manuel Manilla a José Guadalupe Posada en una exposición-homenaje al aguascalentense, por lo que después de verificar la falta se extenderá una disculpa y las obras serán sacadas de la muestra que itinerará por otros estados del país.

“Estamos por verificar exactamente, fue un error curatorial del momento, me parece que no es tan grave, es un error que se comete en una selección, si hay un error lo asumimos como tal, pedimos una disculpa y se eliminarán esas obras de las siguientes sedes”, dijo ayer a Excélsior tras un recorrido por la nueva exposición del museo que dirige.

A través de la columna La República de las letras, de Humberto Musacchio, este diario dio cuenta el 20 de febrero pasado que, en una exposición inaugurada en el edificio de la Lotería Nacional, se endilgaron erróneamente a Posada las obras Calavera zapatista y Calavera alcohólica que pertenecen realmente a Manilla.

El error, señaló Fernández Barrios, “nos lo hizo saber una investigadora Emma Bonilla. Le agradecemos mucho el comentario, porque esto es una cuestión académica, de inmediato tomamos nota del asunto para hacer la investigación, estamos recopilando información o todo lo que pudiera existir en torno al tema y si es así se corrige de inmediato”.

La muestra, explicó, actualmente se encuentra en el Munae en espera de que las instituciones solicitantes –una de ellas de Veracruz– formalicen la petición para exhibirla. De acuerdo con el director las dos piezas confundidas “se tardó algún tiempo en definir estas cuestiones (de autoría) precisamente por la manera de trabajar de Manilla y de Posada, como estuvieron trabajando los dos con Venegas Arroyo en ese periodo simultáneamente, hubo piezas en las que Posada retomó cosas de él y viceversa”, dijo.

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cian

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