CIUDAD DE MÉXICO.
Acostumbrados a hacer grandes pasteles para bodas, cumpleaños y XV años, Fernando y Fanny Lomelí pensaron que, con las cancelaciones de los festejos por la pandemia, sus pedidos se irían a cero.
Pero el 28 de marzo, un cliente muy atinado, dicen ellos, les hizo un encargo. El novedoso pedido salvó a La Fête, negocio que emprendieron hace tres años.
Nos pidió un pastel, un pastel del ¡coronavirus! no pensábamos que existiera ese pastel, sin embargo, nos volteamos a ver y dijimos ¿qué hacemos?, ¿lo hacemos o no?”, contó Fanny.
Al día siguiente el matrimonio de emprendedores entregó su primer Covid-Cake.
Es verde y tiene unos pinchitos que asemejan como las antenitas que tiene el coronavirus, nosotros le pusimos ojitos, ahora ya los hicimos más grandotes, con cara de malo, le ponemos sus cejitas también, una boquita de enojón, que esa misma boquita nos puede dar oportunidad de hacerlo feliz”, describió la chef.
Un perfecto papel de baño, un cubrebocas, un termómetro, un gel y hasta un Lysol hecho en fondat, por el cake designer Fernando Lomelí, complementan el decorado, que además, se puede comer.
La sensación que ha causado el Covid-Cake es tal, que, hasta el momento, La Fête ha entregado, en promedio, uno diario.
Nos han pedido pasteles para todas las edades; para personas que cumplen 51 años, así como para niñitos o bebés que cumplen un año, el Covid-Cake se ha convertido en un pastel de época”, detalló Fanny.
¡Ay, está padrísimo!
Sin importar la distancia, Fernando se ha encargado de hacer la entrega de los Covid-Cake prácticamente por todas las zonas de la Ciudad de México y el área Metropolitana.
Hemos ido a Tultitlán, Ecatepec, y hecho entregas desde el norte de la ciudad hasta el sur, también en Santa Fe. Han sido pasteles pequeñitos para 5, 10 o 15 personas, que les permiten festejar en privado y lo más gratificante es ver como les da gusto recibir un pastel que, a pesar de que sea un coronavirus, disfrutan y yo más, porque, al cerrar la puerta el cliente, yo me estoy retirando y escucho los gritos de algún familiar diciendo ‘ay está padrisimo, ay está increíble’”, contó.
Aunque hay una pequeña frontera por los sentimientos encontrados de que, cómo es posible que algo tan maligno y tan nocivo para todos nosotros, se convierta en un punto de festejo o en un pastel, nosotros lo vemos por el lado el positivo y lo tratamos de transmitir de esa manera, en ningún momento es transmitir lo nocivo del virus, todo lo contrario, es un mensaje de fe, de esperanza, de que hay que protegernos y de que aun con la pandemia y con esta contingencia, podemos disfrutar de un momento agradable en familia”, agregó Fernando.
Por eso, si los ingredientes del Covid-Cake tuvieran que ser sentimientos para Fanny y Fernando debería llevar: 1 taza de felicidad, 1 taza de esperanza, 1 taza de agradecimiento y una taza de amor.
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cva
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