Logo de Excélsior                                                        
Global

El asesino de Londres: La historia de Jack 'El Destripador'

Un doctor en Londres envenenaba con una sustancia mortal llamada estricnina, lo que lo llevó a confesar sus horribles crímenes al pie de la horca

Reuters | 10-08-2016
Reuters

LONDRES

Las últimas palabras del doctor Thomas Neill Cream fueron supuestamente “Yo soy Jack, el…”, de alguna manera interrumpidas por puertas azotándose, mientras colgaba de la horca.

El doctor Cream juro no hacer ningún daño, pero construyo una carrera lejos de ese juramento. Estaba a favor de la estricnina, una sustancia venenosa que era utilizada para matar mujeres –sobretodo prostitutas- entre 1881 y 1892. Su método de asesinato, así como el eventual lugar donde residía en Lambeth, Londres fue lo que le valió el sobrenombre. “El envenenador de Lambeth”.

El primer enfrentamiento de Cream con la ley, fue en Ontario Londres, cuando su amante Kate Gardner fue hallada muerta en un callejón detrás de su quirófano, donde murió por envenenamiento con cloroformo. Gardner estaba embarazada, y Cream quien había auxiliado secretamente a prostitutas con abortos, se hizo sospechoso. Por lo que viajo de urgencia a Estados Unidos, de este modo, evitando toda investigación por el asesinato.

Instalando un consultorio ilegal en el barrio rojo de Chicago, Cream estaba de vuelta en el negocio. Pronto fue sospechoso de otro homicidio. En agosto de 1880, Mary Ann Faulkner fue hallada muerta por haberse practicado un aborto. Sí había muerto por el trabajo de Cream, o accidentalmente durante el proceso, o alguna otra causa, nunca pudo ser esclarecido el hecho.

La señorita Stack, murió en diciembre de 1880. Era conocida paciente del doctor Cream, quien intento ocultar el crimen culpando a un farmacéutico local, amenazando con acusarlo por darle una prescripción mezclada.

En Abril de 1881, Daniel Slott murió de envenenamiento por estricnina, tras tomar un remedio para epilepsia prescrito por Cream. El asesinato de Daniel causo sospechas tanto del él, como de su amante, quien era pareja de Daniel Slott por lo que fueron arrestados. Cara a cara con una posible ejecución, la esposa de Slott le echo la culpa a Cream, quien recibió una sentencia de por vida en la prisión Joilet de Illinois. El juego había terminado, por ahora

Pero no por mucho tiempo.

El gobernador Joseph Fifer perdonó a Cream en julio de 1891, después de repetidas suplicas por parte del hermano de su hermano, quien supuestamente soborno a las autoridades. Cream era libre para matar nuevamente.

Y vaya que lo hizo en numerosas ocasiones.

El 13 de octubre, mato a Ellen Donworth, una prostituta a quien envenenó con estricnina. Cream intentó acusar al rico e influyente Smith, quien era encargado del almacén W.F.D., Heredero de la cadena de tienda de libros W.H. e hijo del Primer Lord de Admiralty, del homicidio. Una carta anónima de Cream al juez exigía 300 mil libras a cambio del nombre del asesino. Otra carta sin embargo, estaba destinada a Smith, exigiendo una gran cantidad de dinero a cambio de no señalarlo como asesino.

El 20 de octubre, la prostituta Matilda Clover murió, convulsionándose en un dolor indescriptible. Al inicio se creía que había sido el alcoholismo lo que la pudo haber matado,  hasta que restos de estricnina fueron encontrados durante la autopsia. Cream estaba inmiscuido. Pero no iba a parar, por lo que tomó unas largas vacaciones en Canadá, posiblemente para evitar atraer atención a Scotland Yard.

Regresando de Canadá, conoció a la prostituta Louise Harvey el 2 de abril, 1892. Quizá su encanto le falló, o quizá ella fue muy suspicaz al no tomarse las píldoras que Cream le ofreció. De modo, que pretendió tomar los medicamentos, pero los tiro al río Támesis.

El 11 de Abril, las prostitutas Emma Shrivell y Alice Marsh no tuvieron la misma suerte. Aceptaron bebidas gratis de un cliente, y murieron de envenenamiento por estricnina. Antes de morir, una de las mujeres dio una descripción minuciosa del generoso cliente. El perfil descrito, coincidía con Cream.

Los intentos de Cream de extorsionar y chantajear no funcionaron correctamente. En un intento por culpar a dos doctores de los numerosos homicidios de mujeres, incluyendo a la difunta Matilda Clover, Cream escribió una carta a la policía donde mencionaba  el alcoholismo de Clover, algo que la policía no había expuesto al público. Cream había sido amistoso con un detective americano que estaba de visita en Londres, llevándolo a visitar las escenas del crimen. Scotland Yard pronto puso a Cream bajo vigilancia. Aprendieron de sus intereses por las prostitutas. Los detectives, se pusieron en contacto con la policía americana y descubrieron la convicción homicida de Cream. En julio de 1892, Cream fue arrestado.

Su juicio inicio en Old Balley el 17 de octubre. Para el 21, Cream fue condenado, sus cartas y el testimonio de su casi víctima, Louise Harvey convencieron fácilmente al jurado de su culpa. Fue condenado a la horca. El 15 de noviembre mientras sus pies colgaban de la horca y de acuerdo con su verdugo, James Billington, Cream pronunció sus últimas palabras.

Yo soy Jack, el…”

Encontró la muerte antes de que terminara sus palabras.

Era indudable que Cream, era Jack el destripador. Estuvo en Joilet durante los asesinatos de Whitechapel. Era alguien, sin embargo, para quien asesinar era un placer genuino. La estricnina podía ser comprada en el mostrados fácilmente, pero Cream, como doctor no pudo haberla diagnosticado por error. Él sabía que ese veneno es probablemente una de las formas más horribles de morir para un ser humano.

Para el sádico psicópata, Thomas Neill Cream, esa era la principal atracción.

Esta historia fue publicada en un principio en The-Line-up.com

sarr

Te recomendamos

Tags

Comparte en Redes Sociales