Luis Gerardo Méndez, de corredor de F1 a papá

CIUDAD DE MÉXICO.

A través de su cuenta de Ins­tagram Luis Gerardo Mén­dez le comunicó a sus fans a principios de agosto que se encontraba en Italia filman­do Murder Mystery, junto a Jennifer Aniston y Adam Sandler, hecho que le emo­cionó debido a que él creció viendo a esta dupla de actores estadunidenses.

Fue un rodaje muy espe­cial, fue una experiencia muy mágica. Fue una experiencia increíble y la posibilidad de trabajar con estos actores fue muy enriquecedor y emocio­nante. Crecí viendo Friends, crecí viendo las películas de Adam Sandler, cuando yo te­nía 15 o 16 años, entonces no solamente son un referente de la cultura pop que tengo den­tro, sino que también son un referente de alguna manera en mi escuela de comedia. Es­tar en un set con ellos y reco­nocerlos, reconocer su timing en mí mientras estábamos trabajando fue muy especial”, expresó a pregunta expresa Luis Gerardo Méndez.

Durante dos meses y me­dio el histrión viajó durante un mes a Italia, un mes a Canadá y un par de semanas a Móna­co para rodar esta historia en la que in­terpreta a un corre­dor de la Fórmula 1.

Checo (Sergio) Pérez me echó la mano. Él es buen amigo y me rega­ló un par de escenitas para coachearme y explicarme qué hacer. Ya verán, ya verán”, acotó Luis Gerardo Méndez al cuestionarle si se le verá llevando a cabo alguna escena de acción.

Según lo expresado por Méndez, el que él fuera parte de Murder Mystery se lo debe en cierta forma al estaduni­dense Rob Schnei­der, actor casado con la productora mexicana Patricia Maya, quien le co­mentó a Adam Sandler sobre la existencia de Luis Gerardo Méndez.

Después me enteré que él (Schneider) habló con Adam Sandler sobre mi trabajo”, apuntó el hidrocálido.

Mientras espera el estre­no de Murder Mystery, el ac­tor de 36 años está a punto de estrenar este fin de sema­na en la cartelera de nues­tro país Tiempo compartido, cinta que se hizo acreedora, a principios de este año, al Pre­mio a Mejor Guión del Festival de Cine de Sundance. Bajo la dirección de Sebastián Hof-mann, el actor se mete en la piel de Pedro, un hombre que compra un tiempo compar­tido en Acapulco para pasar unas vacaciones junto a su esposa Eva (Cassandra Ciang­herotti) y su hijo Pedrito. Todo marcha bien hasta que otra familia toca a la puerta de esa villa que el protagonista pagó, diciendo que ellos también pagaron por el mismo espa­cio. A partir de ese momento se desata una relación entre esas dos familias que se ven en la necesidad de compartir la misma villa.

Para esta película todo el tiempo pensaba en mi papá. Mi referencia más clara para hacer este personaje siem­pre fue mi padre. Cuando leí el guión me llegó un flashback de mi infancia, justo unas va­caciones en Acapulco. Yo era de clase media baja, nunca nos faltó nada, pero nos íba­mos de vacaciones una vez al año con muchos esfuerzos de mi papá. Una vez fuimos a Acapulco con estas promo­ciones (tiempo compartido) y teníamos que ir a un desa­yuno. Había un ejército de vendedores presionando a mi papá, mostrándonos fo­tos y videos, diciéndonos que eso era lo que necesitábamos para ser felices. Mi hermano y yo estábamos extasiados viendo eso y diciéndole a mi papá que debía comprar todo eso y recuerdo a mi papá su­dando porque no tenía dinero para comprar todo eso por 20 años”, expresó Méndez.

Tiempo compartido com­plementa su elenco con los mexicanos Andrés Almeida, Miguel Rodarte, Montserrat Marañón y el actor estaduni­dense RJ Mitte, quien se dio a conocer a nivel mundial al in­terpretar a Walter White Jr. en la serie Breaking Bad.

RJ va a universidades y tiene este discurso de ‘a mí me dijeron que no podía ser actor’ porque nació con parálisis ce­rebral. Su mensaje es ése, cuál es tu excusa cuando a mí me dijeron que no podía hacer lo que ahora hago y ahora soy exitoso. Julio (Chávez Montes, productor) me mando unos videos de él en YouTube y dije que era perfecto para repre­sentar a su personaje. Él es­taba muy contento porque le encantó la idea de interpretar a un personaje oscuro cuando siempre le ofrecen personajes románticos, justo como el de Breaking Bad”, apuntó Sebas­tián Hofmann.

hch